miércoles, 24 de abril de 2013

INFIDELIDAD







 



La infidelidad se refiere, popularmente, a las relaciones amorosas, a corto o largo plazo, establecidas con personas distintas del vínculo oficial  que a menudo se mantienen en secreto por considerarse como una amenaza a la institución familiar. Aunque de acuerdo con el DRAE el vocablo (proveniente del latín infidelĭtas, -ātis) denota el incumplimiento del compromiso de fidelidad o la falta de ésta. Por consiguiente, puede significar la carencia de lealtad o quebrantamiento de la misma hacia cualquier compromiso moral como la religión, la amistad, el matrimonio (situación que se conoce como adulterio) o cualquier otra relación amorosa o erótica.

La infidelidad amorosa, acepción con la que frecuentemente se asocia el término, es descrita, grosso modo, como la falta al pacto normativo que limita el número de personas involucradas en una relación amorosa o erótica y, por tanto, la prohibición de mantener otras de forma paralela, sean ocasionales o continuas. De forma que, en las relaciones con tradición monogámica la inclusión de un tercero supone una violación del acuerdo, mientras que en relaciones poliamorosas se produce al involucrar a personas ajenas al círculo aceptado. Bajo esta definición, ser infiel es romper de forma consciente un acuerdo afectivo o sexual preestablecido para el tipo de relación escogida.

Tanto en humanos como otros animales se suelen combinar las dos tácticas reproductivas opuestas: la monogamia y la poligamia, aunque históricamente muchas sociedades se oponen a esta última. Las causas de la infidelidad humana son múltiples, están relacionadas con la personalidad y la historia erótica individual; pueden ser insatisfacción, aburrimiento, curiosidad, búsqueda de novedad, narcisismo, venganza, desenamoramiento, soledad, la habilidad de conquista del tercero involucrado, necesidad de amor, comunicación deficiente, crisis, etcétera.

Vale resaltar que la tipificación de la conducta infiel, así como sus sanciones, varían conforme a los consensos individuales y sociales. Esto da píe a clasificar como infidelidad tanto a las relaciones basadas únicamente en atracción y relaciones sexuales, por un lado (infidelidad sexual); o relaciones afectivas de índole erótica sin contacto sexual, por el otro (infidelidad emocional).

Frecuentemente se refiere a la infidelidad como una de las principales situaciones que conflictúan las relaciones amorosas monógamas. Su descubrimiento generalmente trae emociones desagradables como tristeza, baja autoestima e ira para el miembro «engañado», quien en muchos casos suele retirar toda la confianza depositada en la pareja. Aunque es considerada una de las principales causas de divorcio, no necesariamente significa el final de la relación. Entre las principales causas que evitan el rompimiento, además de los fuertes vínculos afectivos, se encuentran el temor a la soledad, evitar un daño al otro, no conflictuar a los hijos y no modificar la calidad de vida.

A menudo uno de los síntomas asociados a la infidelidad son los celos,  si existe la presencia de una infidelidad real, éstos son parte de los síntomas asociados y tienen una cualidad «objetiva»; si por el contrario, no existe una infidelidad, consisten en una celopatía.  Sobre esto, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la APA señala que aunque pueden existir evidencias para sospechar que la pareja es infiel, también dichas conjeturas pueden ser de carácter imaginario, provocando en los sujetos celos infundados e incluso delirantes. Estos celos aparecen sin motivo y conllevan a acusaciones y conductas encaminadas a coartar la libertad de la pareja,  búsqueda afanosa de indicios que comprueben la sospecha, preguntas asediantes, interpretaciones erróneas y recuerdos falsos.

 

El psicólogo estadounidense Aaron T. Beck señaló que la infidelidad conyugal, a pesar de ser bastante común, causa un efecto tan traumático en el consorte ofendido debido al significado simbólico de la «aventura». Esto debido al pensamiento polar de todo-o-nada, en donde se concluye que una pareja es totalmente fiel o totalmente infiel sin cabida a puntos intermedios. También destacó que es común una visión negativa de la infidelidad, pues suele ser equiparada con palabras descriptivas como: traición, engaño, perfidia; lo que genera una «percepción catastrófica» de ocurrir. Además, expuso que un efecto frecuente tras descubrir una infidelidad es la devaluación no de la pareja sino de la propia persona, manifestando dudas sobre el atractivo y la suficiencia mediante pensamientos automáticos como «fracasé», «no sirvo para nada», «nadie me necesita», etc. Por otra parte, afirmó que la infidelidad no necesariamente es la causa de debilitamiento de una relación, sino que incluso puede ser el síntoma de una relación ya vacilante. Finalmente, él apuntó que, como muchos otros trastornos emocionales, los síntomas asociados a la infidelidad son tratados con el replanteamiento de los significados personales mediante el trabajo en terapia.

Por su parte, los sociólogos Philip Blumstein y Pepper Schwartz, en su libro American Couples, también citados por Beck, estimaron que por lo menos el 21% de mujeres y el 37% de hombres había tenido una aventura extramarital en diez años de matrimonio (datos de Estados Unidos en 1983), y que aún consideraban a la monogamia como un ideal. Además, ellos observaron que (dadas ciertas diferencias de género socialmente establecidas) en las parejas heterosexuales los hombres y las mujeres tienden a interpretar las conversaciones sobre la infidelidad de modo distinto: los esposos creen que han recibido el consentimiento de sus esposas, mientras que éstas suponen que les han reiterado su oposición.

El también psicólogo estadounidense Albert Ellis opinó que la infidelidad generalmente no «destruye» un matrimonio y que es un motivo exagerado para terminar una relación. Para él, el sexo extramarital sólo es dañino cuando a las personas involucradas realmente no les gusta convivir.  Es decir, la perspectiva de la TREC sobre la infidelidad es que ésta sólo es conflictiva cuando va acompañada de creencias irracionales que desencadenan emociones inapropiadas. Bajo el modelo A-B-C, el descubrimiento de la infidelidad sería el activante, el enojo y la tristeza serían la consecuencia indeseable, en medio de estas dos habría un sistema de creencias racionales (por ejemplo: «no es grato que mi pareja haya tenido relaciones sexuales con otra persona»), pero sobre todo ideas irracionales como: «esto no puede estar pasando», «es horrible», «no puedo lidiar con esto», «soy indigno de ser amado», etc. También se presentarían exigencias absolutistas de ser amado y aprobado (por todos y en todo momento). De igual manera, la conmoción generada por el proceso vendría a distorsionar la percepción; así, por ejemplo se vería a la pareja como un completo desconocido y se sesgaría u omitiría los momentos agradables con la pareja. De este modo, la persona iría creando conclusiones rápidas y precipitadas que lo llevarían incluso a un estado depresivo y autoderrotista. Para el tratamiento de estos síntomas, Ellis y los terapeutas racionales debaten con el cliente cuestionando sus ideas rígidas y tendenciosas, demostrando la ausencia de evidencias y buscando generar ideas más lógicas. Al final, la persona podría aceptar que la infidelidad de su pareja, aunque dolorosa, no es «catastrófica» y que aunque ésta pueda ser considerada moralmente «mala» no haría a quién la cometió una mala persona (pues para Ellis, el ser no es definido por la conducta).

Desde la perspectiva biológica, un estudio en ratones reveló una estrecha relación entre la exclusividad de las parejas y la regulación, determinada genéticamente, de oxitocina y vasopresina.19 La disminución de dichas sustancias podrían traer como consecuencia el fenómeno descrito como infidelidad. Asimismo, es probable que las sustancias encontradas en los ratones también jueguen un papel importante en la fidelidad/infidelidad humana.20 21 Igualmente, algunos biólogos suponen que la tendencia a la infidelidad tendría un origen adaptativo: en las hembras vendría a asegurar mayor protección y recursos para los hijos cuando se cuenta con varios amantes; mientras que para los machos, aseguraría una mayor contribución genética para la próxima generación.

Para el psicoanálisis y la terapia psicodinámica, la infidelidad proviene de fijación en la etapa sádico-anal, dando la variante dominante/dominado, sádico/masoquista y celos/ infidelidad, además consiste en un reflejo del triángulo edípico. Se puede manifestar de dos formas: una «benigna» y otra «maligna». En la primera, el tercero involucrado funge como un objeto transicional, es decir, pasajero y en función de las propias necesidades conscientes o inconscientes de la pareja formal. En la otra forma, el tercero funciona como un facilitador de agresión, menosprecio, rechazo o venganza.

Para el marxismo tanto la fidelidad como la infidelidad son vistas como el resultado de las condiciones sociales e históricas que legitiman o prohíben las relaciones monogámicas o poligámicas. Friedrich Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado sostuvo que en las sociedades patriarcales, donde la mujer pasa a ser propiedad privada del hombre, la infidelidad femenina es vista con desprecio e incluso castigada, mientras que la infidelidad masculina puede ser incluso un derecho. Esto debido a que la fidelidad femenina asegura la paternidad y por tanto la herencia de bienes a la progenie ligada a un único varón. Sin embargo, Engels señaló que las relaciones basadas en los derechos de propiedad y la monogamia obligatoria sólo pueden conducir a la proliferación de la inmoralidad y la prostitución.

Partiendo de un análisis microeconómico, el sujeto infiel, que mantiene una relación ilegal o informal, en contraposición a una legal, oficial o principal, oscila de una relación a otra dependiendo de la satisfacción sexual y emocional obtenida en cada una. Es decir, a medida que el beneficio disminuye y el costo aumenta en la pareja legal, se recurre a la ilegal, y cuando la calidad de ésta decrece se vuelve a la principal. Persiguiendo así el máximo de beneficios.

Es frecuente que algunas personas, apoyadas en parte desde la visión de la medicina preventiva, consideren a la infidelidad sexual en combinación con la promiscuidad como factores contribuyentes a la transmisión de enfermedades infecciosas, como gonorrea, sífilis, VPH, VIH/sida, etc. Esto bajo la suposición de que un individuo con mayor estabilidad sexual tendría menos probabilidad de contraer dichas enfermedades que uno con menor estabilidad. Sin embargo, no se debe obviar dicha relación, pues no necesariamente la infidelidad sexual conlleva a contraer ITS, ni mucho menos significa que quienes tengan estas enfermedades forzosamente fueron infieles o promiscuos. Además que las principales causas de las ITS son el sexo sin protección y la falta de educación sexual.  De tal manera que la infidelidad no es por sí misma causa de enfermedades de transmisión sexual, sino sólo si se presenta con otras conductas de riesgo (como es la ausencia de preservativos durante las relaciones sexuales).

Asimismo, el término es comúnmente asociado con un carácter moral de «pecado»; esto ocurre principalmente en las religiones abrahámicas. Cabe destacar que bajo esta concepción adulterio e infidelidad son sinónimos, pues cualquier relación sexual fuera del matrimonio es ya de por sí una acto de fornicación. En el Éxodo el adulterio es vetado en el séptimo mandamiento judío (Éxodo 20:14). También en el Antiguo Testamento, específicamente en el libro de Proverbios (Proverbios 5:18-20 y Proverbios 6:27-32) se anima a los esposos a ser fieles a sus esposas, pues no hay motivo para buscar el amor en otra mujer; indicando las consecuencias negativas de hacerlo.  En el Nuevo Testamento se señala en la Primera epístola a Timoteo (1 Timoteo 3:2) que el hombre debe ser esposo de una sola mujer, y en Epístola a los hebreos (Hebreos 13:4) recalca que los cónyuges se deben fidelidad y que el adulterio es un pecado contra Dios;  por otra parte, según el Evangelio de Mateo (Mateo 19:9) quien se divorcie por la infidelidad sexual de su pareja tiene la posibilidad de casarse de nuevo sin cometer adulterio.

En el Corán la expresión infidelidad es usada para referirse a los que niegan o no aceptan el Islam, mientras que el adulterio/fornicación es definido como «una cosa fea y un mal camino» (Sura 17:32) y una razón para repudiar a una mujer (Sura 65:1); así como una conducta que trae como consecuencia el castigo de Dios (Sura 25:68). Se destaca que para la tradición poligámica musulmana, que un hombre mantenga relaciones con sus esposas no es considerado infidelidad (Sura 4:23 -25). En otro apartado del libro de Mahoma se indica la pena al adulterio:

(24:2) Aplicaréis al hombre o a la mujer adúlteros cien latigazos a cada uno. Que la compasión no os contenga en el cumplimiento de este precepto de Dios, si creéis en Dios y en el día final. Que el suplicio tenga lugar en presencia de un cierto número de creyentes.

 (24:3) Un hombre adúltero no debe casarse más que con una mujér adúltera o con una idólatra, y una mujer adúltera no debe casarse más que con un hombre adúltero o con una idólatra. Estas alianzas están prohibidas a los creyentes.

Análogamente, para el budismo el rol de los esposos debe ser el trato respetuoso y fiel; conductas contrarias a éstas son desaconsejadas, porque consisten en actos motivados por la lujuria que conllevan al sufrimiento. Desde esta visión, las relaciones con otras personas más allá de la propia pareja traen como consecuencia el deterioro de la misma, así como una serié de conductas dañinas como la mentira y el enojo. Para la ética budista la infidelidad es producto de la ignorancia, la necedad, la insatisfacción y el deseo de eliminarla, que conllevan a la avaricia. Este deseo sexual vehemente es combatido con la práctica de la Óctuple senda.

El noble óctuple sendero (en sánscrito: āria sṭāṅga mārga y en pali: Ariya aṭṭhaṅgika magga) es considerado, según el budismo, como la vía que lleva al cese de dukkha (‘sufrimiento’). Este cese del sufrimiento se conoce como nirvana.

El noble camino es una de las enseñanzas budistas fundamentales; la cuarta parte de las Cuatro Nobles Verdades. En la simbología budista, el noble camino es usualmente representado con la rueda del dharma, donde cada rayo representa un elemento del sendero. Este símbolo también se utiliza para el budismo en general.

Los elementos del noble camino óctuple se subdividen en tres categorías básicas: sabiduría, conducta ética y entrenamiento de la mente (o meditación); para rehabilitar y desacondicionar la mente. En todos los elementos del noble camino, la palabra «correcta» o «recta» es una traducción de la palabra "sammā" (en pali), que significa ‘plenitud’, ‘coherencia’, ‘perfección’ o ‘ideal’. El noble camino es:

(pali: paññā) Sabiduría

1 (sánscrito: dṛṣṭi • pali: diṭṭhi) visión o comprensión correcta  (saṃkalpa • saṅkappa) pensamiento o determinación correcta(Sīla) Conducta ética

3 (vāc • vācā) Hablar correcto4 (karmānta • kammanta) Actuar correcto5 (ājīva • ājīva) Medio de vida correcto(samadhi) Entrenamiento de la mente

6 (viāiāma • vāiāma) Esfuerzo correcto  (smriti • sati) Estar-Presente o Consciencia del momento correcta8 (samādhi • samādhi) Concentración o Meditación correcta

Aunque el camino está enumerado del uno al ocho, normalmente no es considerado como una serie de pasos lineales por los cuales uno debe progresar; más bien, como señala el monje budista y erudito Walpola Rahula, los ocho elementos del Noble Camino «deben ser desarrollados de manera más o menos simultánea, dentro de lo que sea posible de acuerdo a la capacidad de cada individuo. Todos están unidos y cada uno ayuda a la cultivación de los otros»; siendo esta una guía práctica que se hace en paralelo.

El Noble Camino Óctuple, por la forma en que está escrito, puede comprenderse de manera ordinaria o práctica por personas no budistas o de manera trascendental y sagrada para budistas.

La categoría de la sabiduría del Noble Sendero está constituida por aquellos elementos que se refieren a aspectos mentales o cognitivos de la práctica del budista. Se dice que cuando alguien empezó a caminar en este noble sendero y además ha destruido las tres primeras cadenas abre el ojo del dharma, siendo ahora un sotāpanna.  En general, es la búsqueda de conocimiento trascendental, para así no perderse en los caminos de la ignorancia y creencia en mentiras.

La visión o comprensión, a veces traducida como ‘perspectiva’, es el paradigma o filosofía que una persona tiene acerca de la realidad.  La visión correcta se refiere al entendimiento y comprensión de las Cuatro Nobles Verdades del budismo. En el Mahāsatipaṭṭhāna Sutta, el Buda Śākyamuni explica esta faceta:

entender el sufrimiento (El sufrimiento existe)

entender su origen (El deseo es el origen del sufrimiento)

entender su extinción (El cese del deseo erradica el sufrimiento)

En el Sammādiṭṭhi Sutta, el Buda Sariputra instruye que Correcto Entendimiento puede ser logrado alternativamente a través del entendimiento de: lo sano y lo malsano, los cuatro nutrimentos, las Doce Nidanas o las tres corrupciones.

Para el conocimiento de las Cuatro Nobles Verdades se tienen que entender otros fundamentos budistas como: tri-laksana, anatta, nirvana, pratitya-samutpada, skandha y karma.

Esta faceta, a veces traducida como ‘intención’, ‘motivación’, ‘aspiración’ o ‘nuestra voluntad para cambiar’ es explicada en el Magga Vibhanga Sutta.  Un Correcto pensamiento es:

intención de nekkhamma: renuncia del camino mundano para así poder alcanzar el nirvana, dejar ir; porque nada es constante

intención de buena fe o voluntad

intención de ajimsá: no-violencia hacia otros organismos

El pensamiento correcto se refiere a las emociones, y consiste en canalizar correctamente el pensamiento para conseguir una serena libertad respecto de la sensualidad, que se aparte de la mala voluntad y de la crueldad, y que se dirija hacia la bondad y la compasión.

Esta faceta del Noble Camino es el entender que cada vez que hablamos o actuamos agregamos una carga kármica como consecuencia. La ética es considerada la base o fundación sobre la que los pensamientos y prácticas insanas terminan y los estados meditativos superiores empiezan.

Este aspecto del Noble Camino Óctuple es el más extrovertido, porque trata directamente con la relación entre budistas y demás miembros de su sociedad. Además este subgrupo del Noble Camino Óctuple constituye los Cinco Preceptos (sánscrito: pañcha śīla, pali: pañcha sīla), la base de la ética budista:

Abstenerse de destruir la vida.

Abstenerse de tomar lo que no nos es dado.

Abstenerse de conductas sexuales inapropiadas o dañinas.

Abstenerse de no decir lo que es propio.

Abstenerse de mantener visiones equivocadas de la realidad.

En AN 11.2 (un acto de voluntad) del Cetana Sutta (sutra sobre la conciencia), el Buda Gautama dice que la ética es virtud (sin aferrarse a la virtud) que da libertad de remordimiento, la cual lleva a la alegría, serenidad y otras características de la naturaleza boddhi.

Es en la naturaleza de la realidad que la libertad del remordimiento surge en la persona dotada de virtud, consumada en virtud.

En el budismo, esto es también uno de los Diez Recuerdos junto con las Tres Gemas.

Está el caso del noble discípulo que recuerda sus propias virtudes, entonces  irrompibles, sin mancha, sin salpicadura, liberadas, elogiadas por sabios, sin suciedad, propicias para la contemplación.

Es la forma en que los budistas hacen el mejor uso de su hablar o lenguaje. En el Canon Pali, este aspecto del Noble Camino es explicado de la siguiente forma:

Abstenerse de mentir.-  Abandonando la mentira, se abstiene de mentir. Habla la verdad, se mantiene con la verdad, es firme, fiable, no alguien que engaña a los demás...abstenerse del hablar calumnioso, difamador

Abandonando el hablar calumnioso, difamador se abstiene del hablar calumnioso, difamador. Lo que ha oído aquí no dice allá para separar esa gente de la gente de aquí. Lo que ha oído allá no dice aquí para separar esa gente de la gente de allá. Así, reconciliando a quienes se hubieran separado o fortaleciendo quienes están en unión, ama la concordia, le place la concordia, disfruta la concordia, habla creando concordia...abstenerse del hablar irrespetuoso

Abandonando el hablar irrespetuoso, se abstiene de hablar irrespetuoso. Habla palabras que son tranquilizadoras para el oído, que son afectivas, que van al corazón, que son educadas, atractivas y placenteras para la gente en general...abstenerse del hablar frívolo

Abandonando el hablar frívolo, se abstiene de hablar frívolo. Habla lo que conviene, habla lo que es un hecho, lo que está de acuerdo con la meta, el Dharma y la Vinaya. Habla palabras que valen atesorar, convenientes, razonables, circunscritas, conectadas a la meta.

Con respecto a decir la verdad sobre conocimiento mundano, la Cunda Kammaraputta Sutta (AN 10.176) atribuye a Gautama lo siguiente:

«Está el caso en que cierta persona, abandonando la mentira, se abstiene de la mentira. Cuando alguien ha sido llamado [...], si se le pregunta como testigo: “Venga y diga, buena persona, lo que usted sabe”: Si no sabe, dice, “No sé”. Si sabe, dice, “Sí sé”. Si no vio, dice, “No vi”. Si vio, dice, “Sí vi”. Entonces nunca dice conscientemente una mentira por su propio bien, ni por el bien de otra persona, ni por alguna recompensa. Abandonando el falso hablar, se abstiene del falso hablar».

Con respecto a decir la verdad sobre conocimiento espiritual, la Canki Sutta (MN 95) atribuye a Gautama las siguientes prevenciones:

«Si una persona tiene convicción, declara: “Esta es mi convicción”, salvaguarda la verdad. Pero no llega a la conclusión definitiva “sólo esto es verdad; todo lo demás no tiene valor”».   «Si a una persona le gusta algo [...] sostiene una tradición irrompible [...] tiene algo razonado a través de la analogía [...] tiene algo en lo que está de acuerdo, habiendo analizado distintos puntos de vista, declara: “Esto es algo en lo que estoy de acuerdo, habiendo analizado distintos puntos de vista”. Así salvaguarda la verdad. Pero no llega a la conclusión definitiva “sólo esto es verdad; todo lo demás no tiene valor”».

Walpola Rahula resume este factor del camino diciendo que absteniéndose de participar en "formas de hablar malas y dañinas" significa que "uno naturalmente tiene que decir la verdad, tiene que usar palabras amigables y benevolentes, placenteras y amables, significativas y útiles".

"Actuar correcto" o "conducta correcta" trata con la manera apropiada en que budistas deberían actuar en su vida diaria. En la Sutra Cunda Kammaraputta (AN 10.176), este aspecto del Noble Camino es explicado así:

Abstenerse de tomar la vida.-  Está el caso de cierta persona que, abandonando la toma de la vida, se abstiene de tomar la vida. Medita con su caña de pescar en descanso, su cuchillo en descanso, escrupuloso, misericordioso, compasivo por el bienestar de todos los seres vivos. abstenerse de tomar lo que no es dado, de robar

Absteniéndose de tomar lo que no es dado, se abstiene de tomar lo que no es dado. No toma, como un ladrón, cosas en una aldea o en la naturaleza, que pertenezcan a otros y no se las han dado. abstenerse de conductas sensuales inapropiadas, dañinas

El "sustento" o "modo de subsistencia correcto" está basado en el concepto de ajimsá, o inofensividad, y esencialmente declara que un budista no debería optar por oficios o profesiones en los que, de forma directa o indirectamente, dañe otros seres vivos o sistemas. Estas ocupaciones incluyen "comerciar armas letales, bebidas intoxicantes, venenos, matar animales", entre otros.  "Comerciar con humanos" —tales como comercio de esclavos y prostitución— es también incorrecto,  así como también otras formas deshonestas de ganar riqueza, tales como "corrupción, estafas, engaños, robos, intrigando, persuadiendo, insinuando, subvalorando, [y] persiguiendo ganancias con ganancias".  En resumen Medio de vida Correcto consta de:

Renunciar a un vivir incorrecto

Ganarse la vida de una manera correcta

 

En adición, para un ejemplo en el cual el Buda Gautama instruye a un laico en la forma propicia para ganar y proteger las riquezas materiales, incluyendo consejos para ahorrar, ver la Dighajanu Sutta.

Samādhi; Entrenamiento de la mente.-  Esta agrupación de los tres últimos eslabones del sendero (samādhi) es la que recibe una mayor variedad de traducciones por parte de distintos autores, que pueden referirse a él también como ‘meditación’, ‘concentración’, ‘disciplina mental’, ‘cultivo de la mente y corazón’ o ‘estar presente’. Esta sección está constituida por los elementos que tratan sobre como el practicante budista puede ir transformando la actividad de su mente, sus emociones, y la forma de ver la realidad.

Esfuerzo correcto.-  Este apartado (en sánscrito: vyāyāma) forma parte de samādhi por lo que se entiende que el esfuerzo es mental. Vyāyāma involucra el esfuerzo continuo, la práctica consciente para, esencialmente, mantener la mente libre de pensamientos que podrían perjudicar la habilidad para realizar o poner en práctica los otros elementos del Noble Camino. Por ejemplo, desearle el mal a otro organismo contradice el precepto —contenido en el pensamiento correcto— de desear lo mejor para los demás (inclusive que todos alcancen el nirvana). Este elemento se refiere al proceso de intentar desarraigar tales pensamientos malsanos y reemplazarlos.

El esfuerzo (a veces también llamado diligencia o energía) correcto, para un budista es considerado involucrarse en un esfuerzo que es sano en términos del karma; esto significa, en términos de las consecuencias que tengan esos esfuerzos.  Para lograr un correcto esfuerzo es necesario (vīria) o energía espiritual. Las cuatro etapas de esta faceta son explicadas en el sutra SN 45.8:16

esforzarse en prevenir lo insano que no ha surgido todavía.

genera deseo, esfuerzos, persistencia, defiende y ejerce su intencionalidad de que el mal no surja; antes de que estas cualidades insanas surjan. esforzarse en destruir lo insano que ha venido.

genera deseo, esfuerzos, persistencia, defiende y ejerce su intencionalidad de que el mal sea abandonado; cuando estas cualidades insanas ya han surgido. esforzarse en producir lo sano que no ha surgido todavía.

genera deseo, esfuerzos, persistencia, defiende y ejerce su intencionalidad de que el bien surja; antes de que estas cualidades sanas surjan. esforzarse en cultivar lo sano que ha venido.

genera deseo, esfuerzos, persistencia, defiende y ejerce su intencionalidad para el mantenimiento, no-confusión, incremento, plenitud, desarrollo y culminación del bien; cuando estas cualidades sanas ya han surgido.

 Smrti; atención consciente correcta.-  Este elemento trata en detalle sobre la contemplación atenta y consciente en el budismo y se refiere a la práctica de mantener la mente en el instante presente (el estar en el ahora, el presente), atenta de fenómenos conforme vayan afectando el cuerpo y la mente. En la Magga-vibhanga Sutta, y otros sutras DN 22 (Thanissaro, 2000), MN 141 (Thanissaro, 2005) y SN 45.8 (Thanissaro, 1996). Este aspecto se explica de la siguiente manera:

kayanupassana: atenta, consciente contemplación del cuerpo

contempla su propio cuerpo... consciente, atento, contemplando... habiéndose ya liberado, desarraigado del deseo y aversión mundanos. vedananupassana: atenta, consciente contemplación de la percepción de su entorno

contempla la propia percepción de su entorno.17 consciente, atento, contemplando... habiéndose ya liberado, desarraigado del deseo y aversión mundanos. cittanupassana: atenta, consciente contemplación de la mente

contempla su propia mente.17 consciente, atento, contemplando... habiéndose ya liberado, desarraigado del deseo y aversión mundanos. dhammanupassana: atenta, consciente contemplación de sus pensamientos

contempla la percepción de sus pensamientos.17 consciente, atento, contemplando... habiéndose ya liberado, desarraigado del deseo y aversión mundanos.

La Maha-parinibbana Sutta (DN 16) explica:

"Y cómo, Ananda, es una persona una isla en si misma, refugiándose en si misma, sin necesidad de buscar refugio externo; con el dhamma como su isla, el Dhamma como su refugio, sin necesidad de buscar otro refugio"

Concentración, meditación o absorción correcta.-  Este aspecto se explica en términos de los jhānas;8 niveles de absorción en la meditación:

Primer jhāna (pathamajjhana)

Bastante distanciado de la sensualidad, distanciado de estados insanos, una persona entra en la primera absorción (jhāna): éxtasis (piti) y felicidad (sukha) nacen del desarraigo, acompañados por el pensar discursivo y verbal (vitakka y vicara).segundo jhanna (dutiyajjhana)

Tranquilizando y relajando la mente, una persona entra en la segunda absorción (jhāna): éxtasis (piti) y felicidad (sukha) nacen de la concentración en la propia consciencia (ekaggata) libre del pensar discursivo y verbal (vitakka y vichara).tercer jhanna (tatiyajjhana)

Con el éxtasis desvanecido, una persona se mantiene ecuánime, atenta, consciente, contemplando, físicamente sensitiva al placer. Entra y se mantiene en la tercera absorción (jhāna); llamado ahora por personas nobles como "ecuánime y contemplativo, alguien que tiene una morada placentera" cuarto jhanna (catutthajjhana)

Con el abandono del placer y el dolor... como con la desaparición anterior del éxtasis y del estrés... entra y se mantiene en la cuarta absorción (jhāna): pureza en ecuanimidad (upeksa) y contemplación, ni en placer ni en dolor.

 El noble camino y la psicología cognitiva.-  El noble camino, en especial los tres últimos aspectos (samādhi), se relaciona con la psicología cognitiva porque prescribe una disciplina mental. El aspecto de esfuerzo (vyāyāma) correcto, en psicología cognitiva, se llama o está relacionado con la intencionalidad.

En el ensayo "Buddhism Meets Western Science", Gay Watson explica (traducción):

El budismo siempre se ha interesado en los sentimientos, emociones, sensaciones y cognición. El Buda señala tanto a las causas cognitivas como emocionales del sufrimiento. La causa emocional es el deseo y su opuesto negativo, la aversión. La causa cognitiva es la ignorancia de la manera en que las cosas realmente ocurren, o de las Tres Marcas de la Existencia: que todas las cosas son insatisfactorias, impermanentes y sin un ser esencial.

El Noble Óctuple Sendero es, desde un punto de vista psicológico, un intento para cambiar patrones de pensamiento y comportamiento. Es por esta razón que el primer elemento del camino es Entendimiento Correcto (sammā-diṭṭhi), que es como la mente de uno mismo ve el mundo. En el segundo elemento de la categoría de sabiduría (paññā) del Noble Camino, esta visión del mundo es conectada íntimamente con el segundo elemento, Pensamiento Correcto (sammā-saṅkappa), que concierne a los patrones de pensamiento e intencionalidad que controlan nuestras propias acciones. Estos elementos se pueden leer en los versos iniciales de la Dhammapada:

Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezuña del buey...Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento puro, entonces la felicidad le sigue como una sombra que jamás le abandona.

Entonces, alterando la distorsionada visión del mundo de uno, con una "percepción tranquila" en vez de una "percepción contaminada", uno es capaz de mitigar el sufrimiento. Watson explica esto desde un punto de vista sicológico (traducción):

Hay investigaciones que han demostrado que acciones, aprendizaje y memorias repetidas pueden en efecto cambiar el sistema nervioso físicamente, alterando tanto la fuerza y conexiones sinápticas. Tales cambios pueden realizarse cultivando cambio en emoción y acción; que hicieron subsecuentes cambios de experiencias.

En la Gran Sutra Cuarenta (Mahācattārīsaka Sutta),19 del canon pali, Sidharta explica que la cultivación del Noble Camino conduce a otra etapa después de alcanzar el nirvana. Esta es parte de la categoría sabiduría y es correcta liberación (sammā vimutti). Puede haber desde una hasta ocho liberaciones, pero esto no es claro todavía y se continúa estudiando.

En algunos países de América Latina y en algunas zonas de Europa se usa regularmente la palabra cornudo o la expresión «poner los cuernos», así como los nombres de animales con cuernos o astas (como el buey [en México: güey], el cabrón, el venado, etc.) para referirse al marido (o a cualquier persona) cuya esposa (o pareja) le ha sido infiel. Sin embargo, este término no sólo hace referencia al amante engañado como una muestra de desprecio social, sino también a la parafilia en la que el «cornudo» se excita e incluso consigue a los amantes para las escenas de triolismo.

El origen de la relación es incierta, probablemente sea una alusión a los hábitos de apareamiento de los ciervos que pierden a sus compañeras cuando son derrotados por otro macho.

En francés, el término es «porter des cornes» que es una mofa o un insulto.  Fue usado por Molière para describir a alguien a quien su concerté le fue infiel en su obra La escuela de las mujeres, historia de un hombre que se burla de los cornudos y se convierte en uno al final. Para Molière existen tres tipos de «cornudos»:

El «complaciente», quien se alegra de la situación y la presume.

El «protestatario», quien se queja abiertamente de su desgracia.

El «juicioso», quien toma el asunto con calma.
 


 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

http://acupunturar.blogspot.com/

EL KYBALION (completo)

EL Kybalión - Completo Capitulo I - Filosofía Hermética "Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, exce...