jueves, 13 de septiembre de 2012

EL SECRETO DE LA FLOR DE ORO




 










El secreto de la flor de oro

 “Utilizando el resplandor brillante
Regresas de nuevo a la Luz
Sin dejar que nadie te dañe
A esto se llama entrar en lo eterno.”

Tai I Gin Dsung Dhi

 

Es un manual de métodos budistas y taoístas, destinados a alcanzar la libertad mental. El origen se remonta al siglo 8, los preceptos datan al “Huésped de la caverna”, Lü Jen, nacido el 755d.C., el que remonta su origen a Guan Yin Hi, el “Maestro del desfiladero”, al cual Lao Tzé habría entregado el Tao Te King. En el libro hay varios pensamientos que nacen de las enseñanzas místicas y esotéricas del Tao Te King.

Este libro representó una reforma debido a que el taoísmo en la dinastía Han, degeneró en una magia externa. Las designaciones alquímicas se tornan signos de procesos psicológicos y con esto se produce un nuevo acercamiento a la doctrina de Lao Tzé. Lü Jen, busca el polo fijo en la fuerza de los fenómenos, donde el adepto puede participar en la vida eterna, no niega el yo sustancial.

El budismo mahayana tuvo bastante influencia en el libro, el método de la “contemplación fijativa,” es budista. También tiene influencia del I Ching, los 8 signos clásicos, (trigramas) son usados en diversos pasajes, en relación con procesos internos.

El término Gin Hua, Flor de Oro, es un signo secreto que se usó durante la persecución, esta fue la razón por la que el libro fue divulgado con mucha posterioridad y en forma estrictamente secreta. Puesto un signo chino sobre el otro, tocándose, forman la palabra Luz.

El fundamento de la cosmovisión, se erige sobre la premisa, ya conocida, de que Cosmos y hombres obedecen a las mismas leyes, lo que significa que partiendo de un estado, se revela el acceso al otro. Mundo exterior, cosmos, mundo interior, psique. El Tao o Sentido, doma al hombre y a la naturaleza, visible e invisible, el hombre participa en el acontecer cósmico, porque está entretejido interna y externamente con él y las leyes naturales se reflejan en el cuerpo, (la tierra), en la mente (el cielo) y en el orden del Universo, el Tao de la Naturaleza.

El objetivo de la búsqueda de las leyes naturales por parte del taoísmo, es develar y activar sensibilidades latentes, que permitan al individuo establecer una relación cada vez más íntima, inspiradora y vitalizante con la vida, en todos sus aspectos. La finalidad esencial del libro, independientemente de las formas que pueda adoptar, puede utilizarse para trascender las barreras personales y culturales, sin perder la riqueza de la diversidad.

“La esencia y la vida son el más fino secreto del Tao” Como sinónimo de Tao se emplea la Luz del Cielo. Esencia y vida están contenidas en la Luz del Cielo. La Luz es el equivalente simbólico de la consciencia.
Si se preserva el espíritu original, se vive fuera del Yin y Yang, lo cual sólo es posible si se ve la esencia.

En el hombre, en el momento de la concepción, divergen en forma polar, esencia Sing y Ming. Sing es el asiento de la consciencia emocional, que es despertada al mundo exterior a través de los sentidos, es lo trascendente, lo que permanece. Ming es la vida que no depende de la voluntad consciente y representa para el taoísmo el juego multicolor de la Naturaleza, que no puede eludir las leyes del Tao.

El cuerpo es vivificado por dos estructuras, Hun (Yang, Creativo) o alma superior, luminosa, que reside en su trono entre las cejas, (Ajna) y Po (Yin Receptivo) alma oscura o alma inferior, la que mora en el vientre, (Hara).

La Flor de Oro, es la Luz, y la Luz del Cielo es el Tao. Allí se encuentra la “vesícula germinal” , donde esencia y vida son todavía una unidad.

El nacimiento del proceso alquímico tiene lugar, cuando lo oscuro da nacimiento a la Luz. Debe elevarse la consciencia de los opuestos, para iluminar la morada de la consciencia espiritual. Lo primero es tener un firme asidero en la realidad cotidiana. Sólo así se puede cultivar la Realidad y comprender la esencia. Se debe retrotraer la atención a un recinto sacro interno que es origen y meta del alma, y que contiene esa unidad que se tuvo, se perdió y que se ha de volver a encontrar.

Luz y Vida es Tao, su manifestación es la “luz blanca” que reside entre los ojos, es la evidencia del “punto creativo”, una intensidad inextensa, pensada junto con el espacio. Es una manifestación que se exterioriza como “liberación”, porque refuerza la lucidez de la consciencia en forma intensa y abstracta y conduce a la solución de las complicaciones anímicas.

El curso circular se refiere a fijar y concentrar, vivificar todas las fuerzas lúcidas y oscuras de la naturaleza humana, que conducen al “no hacer”, lo periférico es subordinado a lo central. Significa llegar al auto conocimiento. Todos los factores externos y psicológicos influyen en la mente y producen el efecto que la energía no se malgaste. Su voluntad de vida es dirigida al estado de consciencia sin contenido que, no obstante, deja existir todos los contenidos.

El “movimiento” retrógrado ascendente (el descendente es la unión de Po y Hun, que condenan a una muerte definitiva) de las fuerzas vitales, produce liberación de las cosas externas que no se codician, con esto se produce la pérdida de la ilusión. Las fuerzas Po son dominadas por Hun, con este resultado se supone que el “yo” permanece viviente después de la muerte. Al internalizarla, ha impedido el desgaste de la energía.

La generación del “cuerpo diamantino”, debe ser precedida de una elevación de la consciencia y de la vida. La unión de ambas produce Vida Consciente, sólo así se consuma el Tao.

El nacimiento de tal personalidad, crea una actitud invulnerable al conflicto emocional. La unión de los opuestos sobre un nivel más elevado, se consigna en símbolos llamados Mandalas. Ellos son imágenes plenas de expresión y efecto que dan un presentimiento de la esencia individual y permiten evitar la distracción por lo externo.

Se ha creado un centro de vida independiente de la existencia corporal, que existe mientras dure la rotación interna. Los seres de esta condición están sometidos aun al espacio y al tiempo. Son mortales.

Al desligarse internamente de toda obligación con las cosas, superando este peldaño, hace transponer el “yo” y lo hace penetrar en el Tao, el Uno. La Luz, ha retornado sobre sí misma, es la Flor de Oro. Se debe asir el espíritu primordial, cuando esto sucede, la Luz se ha cristalizado, y forma un cuerpo espiritual.

Esta doctrina se basa en trabajar con la esencia. Los taoístas creen que las maravillas más sublimes se encuentran en el corazón, en el que se concentra el espíritu perfectamente abierto y consciente. Se le llama “Apertura Primordial”

Los secretos más elevados de la alquimia son, el agua de la vitalidad, el fuego del espíritu y la tierra de la atención. El agua de la vitalidad es la energía de la auténtica Unidad primordial. El fuego del espíritu es la iluminación, la tierra de la atención, es la Mente Celestial, la intuición.

En el alma superior, Hun, mora el espíritu, reside entre los ojos durante el día, entonces, ve. De noche reside en el hígado, entonces sueña. ” Por lo tanto, hacer girar la luz, es un medio de refinar el alma superior, que es un medio de preservar el espíritu, que es un medio de controlar el alma inferior, que es un medio de interrumpir la consciencia”.

Las personas crean un cuerpo, mediante la atención. El cuerpo no es el cuerpo físico, porque en él hay un alma inferior. El alma inferior funciona asociada con la consciencia y la consciencia se desarrolla basándose en un alma inferior. El alma inferior es la sustancia de la consciencia. Si la consciencia no es interrumpida, la transformación y transmutación del alma inferior continúan sin fin de vida en vida y de generación en generación.

Hacer girar la Luz, es el secreto para disolver la oscuridad y controlar el alma inferior. Entonces, ésta se transforma en Luz, porque no existe un secreto para restaurar lo “creativo”, salvo el secreto de hacer girar la luz. La misma Luz es “lo creativo,” hacerla girar, es restaurarla.

Una vez que la verdadera naturaleza de la consciencia unificada ha caído en la cámara de lo “creativo”, se divide en alma superior e inferior. El alma superior está en la mente celestial, yang, clara y luminosa, Se obtiene del espacio cósmico y posee la misma forma que el comienzo original. El alma inferior, yin, tensa, opaca, se adhiere a la mente ordinaria que tiene forma.

Cuando se comienza a practicar esta técnica, es como si el no-ser estuviera dentro del ser. Después, cuando se realiza el trabajo y existe un cuerpo más allá del cuerpo, es como si hubiera un ser dentro del no-ser.

La respiración es muy importante; cuando es rítmica y tranquila, se obtiene una consciencia precisa, ésta, es la aplicación del método de inversión. Uno debe sentarse derecho, cómodo, en silencio, porque todos los fenómenos desembocan en la calma física y quietud interior.

La práctica debe ser constante, se cierran los párpados sólo hasta ver la punta de la nariz, a esto se llama “contemplación fijativa”. Se debe fijar el pensar en el punto que está en medio de los ojos, el taoísmo le llama Castillo Central, éste es el portal de entrada, es importante porque produce la consolidación de la iluminación.

Hay que contemplar e instituir nuevamente la fijación. La lengua se fija contra el paladar. En 100 días de trabajo concentrado, la luz es real, sólo entonces se convierte en fuego del espíritu.

Hacer girar la luz es agotar la compulsión de la rutina de siempre, debe hacerse girar en la misma energía de la creación, porque no se trata de detener la fantasía sólo temporalmente. Una vez que se hace girar la luz, todo el universo gira. “Todos los rayos del cuerpo humano, fluyen hacia arriba, en la “apertura del espacio”

La Realización existe, cuando “el cielo es abierto, la tierra es ancha y todas las cosas son como son”.

Concentrarse no significa quedarse rígidamente fijado, la concentración en el centro, es comprender que es omnipresente y que el universo entero está dentro de él. Uno se concentra en él para atravesar la puerta; indica el mecanismo de la creación. Debe haber concentración y comprensión interna. Se debe investigar el origen de cada pensamiento, de donde surgen y cuando se comprueba que no pueden ser agarrados, ya no se necesita buscar su origen. “Habiendo buscado mi mente me doy cuenta de que no puedo agarrarla”. Esto es correcta visión. Una vez que es imposible atraparla, continuar practicando la contemplación.

Girar es detenerse. La Luz es ver. Al detenerse sin ver, se llama girar sin luz, a ver sin detenerse, se llama tener la luz sin girar.

Obstáculos


Los más importantes son la negligencia y la distracción. La técnica para eliminarlas, es poner la mente en la respiración. Por lo tanto, en el giro de la luz debe armonizarse la respiración, que debe ser inaudible. A mayor sutileza, más quietud, después se hará perceptible la sustancia de la mente.

La “Preservación de la energía pura” se produce cuando la mente es sutil. Cuando la mente está unificada, moviliza la energía, cuando la energía está unificada, moviliza a la mente. La estabilización de la mente, debe ser precedida por el desarrollo de la energía, la mente no tiene espacio para ponerse a trabajar.

La vida del espíritu, procede de la muerte previa de la mente. Matar la mente, significa concentración sin dispersión. La distracción significa que el espíritu está vagando, la negligencia significa que el espíritu no es claro.

“Mirar” es la luz de los ojos que miran hacia dentro; no mirar hacia fuera, pero estar alerta, es mirar hacia dentro.

“Escuchar” no es escuchar hacia fuera, pero estar alerta, es escuchar hacia dentro.

El núcleo del Secreto de la Flor de Oro, es un proceso que va directamente a la fuente que se halla en la raíz misma de la consciencia, no utiliza imágenes ni ideas. Los taoístas expresan que esta experiencia nos hace co-creadores, en lugar de ser prisioneros de la creación.

Una vez que se ha desarrollado el poder del despertar mental, se puede profundizar sin límites. No tiene dogmas ni ritos. Se puede practicar en el transcurso de la vida cotidiana.

La imagen de la apertura de la flor de oro en la mente, alude a un efecto realmente inefable.



El secreto de la Flor de Oro ("Tai Yi Jin Hua Zong Zhi",《太乙金華宗旨》), obra taoísta china sobre meditación, fue traducida por Richard Wilhelm (también traductor, en los años 20, del clásico filo


sófico chino el I Ching). Wilhelm, amigo
 de Carl Gustav Jung, era alemán, y sus traducciones del chino al alemán fueron más tarde traducidas al inglés por Cary F. Baynes. De acuerdo a Wilhelm, Lü Dongbin fue el principal origen del material presentado en el libro. Recientemente (1991), la misma obra ha sido traducida por Thomas Cleary, un erudito sobre estudios orientales.

Existen diferencias significativas entre las traducciones de Wilhelm y Cleary. Wilhelm fue introducido en la obra a partir de su maestro chino,  mientras Cleary,  como erudito dotado, llegó a su propia traducción e interpretación.

Recolección de la luz, primera etapa de meditación.

Los trabajos clásicos de filosofía china conservan un espectro de ciencia premoderna, procedentes de un tiempo en donde filosofía y ciencia aún no se hallaban tan diferenciadas.  La fundación de sus enseñanzas a menudo no se corresponde a la ciencia moderna, aún las enseñanzas son de una eficacia significativa a la hora de suministrar un grado de conciencia que de otra manera podría permanecer oscurecido por la atención de la sociedad moderna a las normas más rigurosas de pensamiento racional (para una discusión más amplia sobre posibles beneficios, ver Meditación). En términos chinos, estos trabajos filosóficos incluyen pensamiento yin con pensamiento yang, es decir, reflejan tanto percepción intuitiva como racional. La percepción intuitiva se acumula y se mejora con la práctica y el tiempo. El pensamiento racional se beneficia de una mayor agudeza de la percepción intuitiva.

La traducción de Wilhelm fue el resultado de su presencia en China, donde aprendió filosofía clásica de un sabio chino. En el sentido de transmitir las impresiones recibidas de su maestro, el trabajo de Wilhelm tiende a retratar el aspecto mas yin de El Secreto de la Flor de Oro, mientras que el de Cleary es una traducción más académica, mas yang. Jung proporciona comentarios para sendas traducciones principales chinas de Wilhelm, incluyendo (en 1949) las diecinueve páginas (pp. xxi-xxxix) del prefacio sobre la traducción de Wilhelm/Baynes del I Ching, aumentando su aspecto filosófico. Cleary se toma varias oportunidades a la hora de criticar la validez de la traducción de Wilhelm.

Al igual que la historia de los ciegos describiendo un elefante, parece que el aspecto poético de la filosofía china comunica una imaginería que sirve para informar y confirmar a los practicantes de acuerdo a sus propias predisposiciones. La imaginería poética transmite esencialmente ideas y percepciones más adecuadas a la imaginación que al razonamiento, con la esperanza de que con el tiempo una convergencia de imaginería y razón llegue a ocurrir de un modo que sea informativo.

Nacimiento del nuevo ser en el espacio de la fuerza, segunda etapa de meditación.

A pesar de la diversidad de impresiones, interpretación y opinión expresadas por Wilhelm, Jung y Cleary, la técnica de meditación descrita en El Secreto de la Flor De oro es una técnica sencilla, silenciosa (la descripción del libro de meditación ha sido caracterizada como Zen con detalles). La técnica de meditación, enunciada en lenguaje poético, se reduce a una fórmula sobre la postura, la respiración y la contemplación. La postura principalmente se relaciona con una posición recta. La respiración es descrita detalladamente, principalmente en términos de la fisiología esotérica del camino del qi (también conocido como chi o ki), o energía vital.

El camino de la energía asociado con la respiración ha sido descrito como semejante a una rueda interna alineada verticalmente con la columna vertebral. Cuando la respiración es constante, la rueda gira hacia adelante, con la energía vital aumentando en la espalda y descendiendo en el frente. Malos hábitos de respiración (o mala postura, o incluso malos pensamientos) pueden ocasionar que la rueda no gire, o retroceda, inhibiendo la circulación de la energía vital esencial. En contemplación, se observan los pensamientos como van surgiendo y retrocediendo.

Se recomienda un mínimo de quince minutos de práctica de meditación al día. Después de cien días, habría que comenzar a conseguir un sentido para el método. La técnica de meditación es complementada con las descripciones de las afirmaciones de progreso en el curso de una práctica diaria, sugiriéndose las etapas que podrían ser alcanzadas y aquel fenómeno que puede ser aprehendido como una sensación de ligereza, como flotar hacia arriba. Tales beneficios son atribuidos a la mejora energética interna asociada con la circulación energética respiratoria, mejoras que alivian impedimentos previamente existentes. Varios dibujos retratan imágenes relevantes para la evolución personal del practicante en meditación, imágenes que pueden ser algo confusas en términos de un análisis puramente racional:

  1. La primera de tales ilustraciones representa el primero de los cien días, o la recolección de la luz.
  2. La segunda etapa representa una emergencia de la conciencia meditativa.
  3. La tercera etapa representa una conciencia meditativa que existe incluso en lo mundano, en la vida cotidiana.
  4. La cuarta etapa representa una percepción meditativa más elevada, donde todas las condiciones son reconocidas.

Entonces, condiciones variadas son retratadas como percibidas separadamente, aun cuando cada percepción separada forme parte de una conciencia total.

Taoístas chinos evalúan El secreto de la Flor de Oro


Basándose en los contenidos de este libro, taoistas chinos creen que esta obra fue escrita por Wang Chongyang, que fue estudiante de Lü Dongbin. Su enfoque se dirigió mas a las técnicas de práctica alquímica interior que a la teoría.

En la traducción de Wilhelm, su maestro chino le enseñó la siguiente explicación: el practicante verá una imagen brillante enfrente del punto medio de sus dos ojos. Esta imagen fue denominada Mándala o dkyil-vkhorin del budismo tibetano. En varias tradiciones espirituales, tales como el Tantra Mahavairocana del budismo hinduista y tibetano, Mándala es una parte clave en la práctica meditativa.

Taoistas chinos creen que esta imagen brillante tiene una estrecha relación con la Esencia Original, Flor de Oro, y Luz Original. Si el practicante ve el Mándala, significa que él o ella ve parte de la Esencia Original, y el o ella están entrando en el nivel inicial de la esencia inmortal. En la traducción de Wilhelm, describe algunas de las imágenes de Mándala.

En septiembre de 2007, cien años después de que Wilhelm conociese a su maestro chino, el 18º transmisor de la Dragon Gate Taoism, Taoist Wang Liping entrenó a ocho europeos basándose en las técnicas de El secreto de la Flor De oro. Al sexto día del curso de entrenamiento, algunas personas vieron el Mándala, y finalmente seis de ocho vieron el Mándala y dibujaron las imágenes. Los resultados fueron publicados en «Investigación Académica Contemporánea» pag. 24, enero de 2008, bajo el título «Estudio de El secreto de la Flor de Oro. Práctica alquímica interna».






 

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