La gratitud, agradecimiento o apreciación es un sentimiento, emoción
o actitud de reconocimiento de un beneficio que se ha recibido o recibirá. La
experiencia de la gratitud ha sido históricamente un foco de varias religiones
del mundo, y ha sido tratada
de forma extensa por filósofos de la moral como Adam Smith
El estudio sistemático de la gratitud dentro de la psicología
no comenzó hasta aproximadamente el año 2000, posiblemente porque la psicología
ha estado tradicionalmente más centrada en la comprensión de sentimientos
desagradables que en entender las emociones positivas. Sin embargo, con la
llegada de la psicología positiva, la gratitud ha pasado a
formar parte del estudio de la psicología convencional. El estudio de la
gratitud dentro de la psicología se ha centrado en la comprensión de la
experiencia a corto plazo de la emoción de la gratitud (el estado de gratitud),
las diferencias individuales en la frecuencia con que la gente se siente
gratitud (los rasgos de gratitud), y la relación entre estos
dos aspectos.
La gratitud no es lo mismo que la deuda moral. Aunque ambas
emociones se producen después de recibir una ayuda, la deuda moral se produce
cuando una persona percibe que tiene la obligación de compensar dicha ayuda Las
dos emociones conducen a diferentes acciones, la de deuda moral puede motivar a
los receptores de la ayuda a evitar a la persona que les ha ayudado, mientras
que la gratitud puede motivar al receptor a buscar a su benefactor y mejorar su
relación con él.
La gratitud también puede servir para reforzar las relaciones sociales
futuras de los benefactores. Por ejemplo, un experimento demostró que los
clientes de una tienda de joyas a los que se les llamó y se les dio las
gracias, incrementaron en un 70% las compras. En comparación, los clientes a
los que se dio las gracias y se les habló de otra venta, solo mostraron un
incremento del 30% en las compras, y los clientes que no fueron llamados no
mostraron ningún aumento. En otro estudio, los clientes habituales de un
restaurante daban mayores propinas cuando los camareros escribían
"Gracias" en sus facturas.
Principales enfoques
teóricos
El vínculo entre la espiritualidad y la gratitud se ha convertido
recientemente en un tema popular de estudio. Si bien estas dos características
no son ciertamente dependientes la una de la otra, los estudios han encontrado
que la espiritualidad es capaz de mejorar la capacidad de una persona para
estar agradecida y por lo tanto, aquellos que asisten regularmente a los
servicios religiosos o participan en actividades religiosas son más propensos a
tener un mayor sentido de gratitud en todos los ámbitos de la vida. La gratitud
está vista como una tendencia humana muy apreciada entre musulmanes cristianos,
budistas, judíos, e hindúes. La oración con gratitud a Dios es un tema común en
dichas religiones y por lo tanto, el concepto de gratitud impregna los textos
religiosos, las enseñanzas y tradiciones. Por esta razón, es una de las
emociones más comunes que las religiones aspiran a provocar y mantener en sus
seguidores y se considera como un sentimiento religioso universal.
Visión judía
En el judaísmo, la gratitud es una parte esencial del acto de culto y forma
parte de todos los aspectos de la vida del creyente. De acuerdo con la visión
del mundo hebreo, todas las cosas vienen de Dios y debido a esto, la gratitud
es extremadamente importante para los seguidores del judaísmo. Dos ejemplos que
se incluyen en el Libro de los Salmos son: "Señor, Dios mío,
voy a dar gracias a ti por siempre", y "Voy a dar gracias al Señor
con todo mi corazón" (Sal. 30:12;. Salmo 9:1). Las plegarias judías
también suelen incorporar gratitud, empezando por el Shemá,
donde el creyente profesa su gratitud, "Amarás al Eterno, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas" (Deuteronomio
6:5). La oración conclusiva, el Aleinu, también habla de la gratitud, agradeciendo a Dios por
el destino particular del pueblo judío. Junto con estas oraciones, los fieles
adoradores recitan más de cien bendiciones llamadas berakhots a lo largo del día.
Visión cristiana
Se ha dicho que la gratitud moldea y da forma a la vida cristiana. Martín Lutero
se refirió a la gratitud como "la actitud básica cristiana" y hoy en
día todavía se la menciona como "el corazón del evangelio." Dado que
los cristianos creen que han sido creados por un Dios personal, se les
recomienda alabar a su creador. En la gratitud cristiana, a Dios se le ve como
el dador generoso de todas las cosas buenas y debido a esto, hay un gran
sentido de deuda moral que permite a los cristianos compartir un vínculo común,
la configuración de todos los aspectos de la vida de un creyente. La gratitud
en el cristianismo es un reconocimiento de la generosidad de Dios que inspira a
los cristianos a dar forma a sus propios pensamientos y acciones en torno a
tales ideales. La gratitud cristiana no se ve como un mero sentimiento, sino
como una virtud que da forma no solo las emociones y pensamientos, sino también
a acciones y hechos. Según el teólogo Jonathan Edwards en su “A Treatise
Concerning Religious Affections”, el amor y la gratitud hacia Dios están entre
los signos de la verdadera religión. Debido a esta interpretación, las
tendencias modernas de espiritualidad religiosa incluyen evaluaciones de
agradecimiento y gratitud hacia Dios. Allport (1950) sugiere que las
intenciones religiosas maduras provienen de los sentimientos de profunda
gratitud y Edwards afirmó que el "sentimiento" de gratitud es una de
las maneras más precisas de encontrar la presencia de Dios en la vida de una
persona. En un estudio realizado por Samuels y Lester (1985) se encontró que en
una pequeña muestra de monjas y sacerdotes católicos, el amor y la gratitud
fueron las emociones hacia Dios más experimentadas, de un grupo de 50 emociones
distintas.
Visión islámica
El libro islámico, el Corán, está lleno de la idea de la gratitud. El Islam alienta
a sus seguidores a ser agradecidos y dar gracias a Dios en todas las
circunstancias. La enseñanza islámica insiste en la idea de que aquellos que
sean agradecidos serán recompensados con grandes placeres. Un dicho islámico
tradicional afirma que: "Los primeros en ser convocados al paraíso son los
que han alabado a Dios en todas las circunstancias". En el Corán también
se afirma en la Sura 14, que a los que sean agradecidos, Dios les dará mayores
placeres. El profeta Mahoma también dijo: "La gratitud por la abundancia que
se ha recibido es la mejor garantía de que la abundancia va a continuar."
Muchas de las prácticas de la fe islámica también están destinadas a fomentar
la gratitud. El pilar del Islam, llamando a la oración diaria anima a los
creyentes a orar a Dios cinco veces al día con el fin de darle las gracias por
su bondad. El pilar del ayuno durante el mes de Ramadán se hace con el
propósito de colocar al creyente en un estado de gratitud.
Gran parte de la reciente investigación psicológica sobre la gratitud se ha
centrado en la naturaleza de las diferencias individuales en la gratitud, y las
consecuencias de ser una persona más o menos agradecida. Se han desarrollado
tres escalas para medir las diferencias individuales en la gratitud, cada uno
de ellas realiza la evolución de un modo algo diferente. El GQ6 mide las diferencias individuales en la
frecuencia e intensidad en la que la gente siente gratitud. La escala de
apreciación mide 8 aspectos distintos de la gratitud: la valoración de las
personas, las posesiones, el momento presente, los rituales, la sensación de
sobrecogimiento, las comparaciones sociales, las preocupaciones existenciales,
y el comportamiento con que se expresa la gratitud. El GRAT evalúa la gratitud
hacia los demás, la gratitud hacia el mundo en general, y la falta de
resentimiento por lo que no se tiene. Un estudio reciente mostró que cada una
de estas escalas están midiendo una misma manera de enfocar la vida, lo que
sugiere que las diferencias individuales en la gratitud incluyen todos estos
componentes.
Una gran cantidad de trabajos recientes han sugerido que las personas que
son más agradecidas tienen un mayor nivel de bienestar subjetivo. Las personas
agradecidas son más felices, se sienten menos deprimidas, menos estresadas y
más satisfechas con sus vidas y sus relaciones
sociales. Las personas agradecidas también tienen mayores niveles de
control de sus circunstancias, crecimiento personal, propósito en la vida, y
aceptación de uno mismo. Las personas agradecidas tienen formas más positivas
de lidiar con las dificultades que experimentan en la vida, siendo más
propensos a buscar ayuda de otras personas, reinterpretar y aprender de la
experiencia, y dedicar más tiempo a la planificación de cómo lidiar con el
problema. Las personas agradecidas también tienen menos estrategias negativas
de afrontar problemas, siendo menos probable que traten de eludir los problemas,
negar que existan, culparse a sí mismos, o hacer frente a ellos a través del
uso de sustancias. La gente agradecida duerme mejor, y esto parece ser debido a
que tienen menos pensamientos menos negativos justo antes de irse a dormir.
Se ha dicho que la gratitud está mucho más relacionada con la salud mental
que cualquier otro rasgo de carácter. Numerosos estudios sugieren que las
personas agradecidas son más propensas a tener niveles más altos de felicidad y
menores niveles de estrés y depresión. En un estudio sobre la gratitud, se
asignó aleatoriamente a los participantes una de las intervenciones
terapéuticas diseñadas para mejorar la calidad general de vida (Seligman et.
all., 2005) De todos estos métodos, se encontró
que se encontró que el que tenía mayores efectos a corto plazo provenía de una
"tarjeta de gratitud", donde los participantes escribieron y
entregaron una carta de agradecimiento a alguien en su vida. Este procedimiento
demostró un aumento en las puntuaciones de felicidad en un 10 por ciento y una
caída significativa en las puntuaciones de depresión, resultados que se
prolongaron hasta un mes después de la visita. De los seis procedimientos, el
que tuvo más efectos a largo plazo fue el de escribir "diarios de gratitud",
donde pidió a los participantes que anotaran todos los días tres cosas por las
que estuvieran agradecidos. Las puntuaciones de felicidad de estos
participantes también aumentaron y continuaron aumentando a medida que se
realizaban exámenes periódicos después del experimento. De hecho, se encontró
que los mayores beneficios por lo general solían ocurrir aproximadamente seis
meses después de comenzar el tratamiento. Este ejercicio tuvo tanto éxito que,
aunque a los participantes solo se les pidió seguir con el diario durante una
semana, muchos de los participantes continuaron realizándolo mucho tiempo
después de que el estudio había terminado. Se han encontrado resultados
similares en estudios de Emmons and McCullough (2003) y Lyubomirsky et. all.
(2005).
Aunque hay muchas emociones y rasgos de la personalidad que son importantes
para el bienestar, hay evidencias de que la gratitud puede ser de una
importancia excepcional. En primer lugar, un estudio longitudinal mostró que
las personas que estaban más agradecidas pudieron enfrentar mejor un cambiode
vida. En concreto, las personas que eran más agradecidas antes del cambio
estaban menos estresadas, menos deprimidas y más satisfechas con sus relaciones
después de tres meses. En segundo lugar, dos estudios recientes han sugerido
que la gratitud puede tener una relación única con el bienestar, y puede
explicar los aspectos del bienestar que otros rasgos de personalidad no pueden.
Ambos estudios mostraron que la gratitud era capaz de explicar más el bienestar
que los Cinco grandes y 30 de los más importantes
estudios de rasgos de personalidad.
La gratitud también ha demostrado servir para aumentar la tendencias de una
persona al altruismo. Un estudio realizado por David DeSteno y Monica Bartlett
(2010) encontró que la gratitud se relaciona con la generosidad económica. A
partir de estos resultados, este estudio muestra que las personas amables son
más propensas a sacrificar las ganancias individuales para el beneficio común
(DeSteno & Bartlett, 2010). Un estudio realizado por McCullough, Emmons, y
Tsang, (2002) encontró correlaciones similares entre la gratitud y la empatía,
la generosidad y amabilidad.
Teniendo en cuenta que la gratitud parece ser un factor determinante en el
bienestar de las personas, se han desarrollado varias intervenciones
psicológicas para aumentar la gratitud. Por ejemplo, Watkins y sus compañeros pidieron
a unos participantes probar una serie de ejercicios de gratitud diferentes,
tales como pensar en una persona viva por quien sintieran gratitud, escribir
sobre alguien de quien se sintieran agradecidos o escribir una carta para
entregarla a una persona por la que se sintiera gratitud. Más tarde se pidió a
los participantes del grupo de control que describieran su sala de estar. Los
participantes que habían realizado un ejercicio de gratitud mostraron aumentos
en sus experiencias de emoción positiva inmediatamente después del ejercicio, y
este efecto fue mayor para los participantes a los que se les pidió pensar en
una persona de la que estabn agradecidos. Los participantes que tenían
personalidades agradecidas desde un primer momento, mostraron un mayor
beneficio de estos ejercicios de gratitud.
Según Cicerón,
"la gratitud no es solo es la más grande de las virtudes, sino la madre de
todas las demás." Múltiples estudios han demostrado la correlación entre
la gratitud y el aumento de bienestar no solo para el individuo, sino para
todas las personas involucradas. El movimiento de la psicología positiva ha
adoptado estos estudios y en un esfuerzo por aumentar el bienestar general, ha
comenzado a hacer un esfuerzo para incorporar ejercicios para aumentar la
gratitud en el movimiento. Aunque en el pasado, la gratitud ha sido descuidada
por la psicología, en los últimos años se ha avanzado mucho hecho respecto al
estudio de la gratitud y sus efectos positivos.
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