El acoso laboral o acoso moral en el lugar del trabajo,
conocido frecuentemente a través del término inglés mobbing ('acosar', 'hostigar',
'acorralar en grupo'), es tanto la acción de un hostigador u hostigadores
conducente a producir miedo o terror en el trabajador afectado hacia su lugar de
trabajo, como el efecto o la enfermedad que produce en el trabajador. Esta persona o
grupo de personas reciben una violencia psicológica injustificada a través de actos
negativos y hostiles en el trabajo por parte de sus compañeros (entre
iguales), de sus subalternos (en sentido vertical ascendente) o de sus
superiores (en sentido vertical descendente, también llamado bossing,
del inglés boss, jefe). Dicha violencia psicológica se produce de forma
sistemática y recurrente durante un tiempo prolongado, a lo largo de semanas,
meses e incluso años, y a la misma en ocasiones se añaden "accidentes
fortuitos", y hasta agresiones físicas en los casos más graves.
Lo que se pretende en último término con este hostigamiento,
intimidación o perturbación (o normalmente la conjugación de todas ellas) es el
abandono del trabajo por parte de la víctima —o víctimas—, la cual es
considerada por sus agresores como una molestia o amenaza para sus intereses
personales (ambición de poder, de riquezas, posición social, mantenimiento del status
quo, etc.)
El científico sueco Heinz Leymann investigó el fenómeno en la
década de 1980, y fue quien utilizó por
primera vez el término mobbing para referirse al problema. Otros autores
destacados en el estudio del acoso moral y del mobbing son la francesa Marie-France Hirigoyen y el español Iñaki Piñuel y Zabala.
La incidencia poblacional del acoso laboral se calcula que se encuentra
entre el 10 y el 15 % del total de los trabajadores en activo.
El acoso laboral como riesgo psicosocial podría ser confundido con otra
patología laboral denominada 'síndrome del quemado', o burn-out. Sin embargo no representan el mismo fenómeno,
pues literalmente el burn-out significa 'estar quemado' o desgastado por
circunstancias puntuales o características inherentes a la profesión o el
trabajo, el cual genera en el trabajador una intensa demanda en el aspecto
emocional, exigencia muy común entre maestros o enfermeras, por citar dos
ejemplos. En México puede utilizarse el término 'reventado', en lugar de burn-out.
El mobbing también es confundido con el estrés y tiene paralelismos en sus manifestaciones con
el acoso
escolar, al que se asemeja en gran medida. En la mayoría de los casos, tanto en
el acoso escolar como en el laboral, las estrategias que utilizan los
acosadores o mobbers son sutiles, como se ha visto más bien de índole
psicológica, pues la intención es no dejar rastro o huella del acoso. Lo que se
pretende es hacer pasar al acosado, o mobbed, por incompetente o
problemático y, de paso, no poder ser acusados de nada, debido a la difícil
demostrabilidad de una agresión de tipo psicológico. A tales efectos, una táctica
muy común es tratar de hacer que la víctima, debido precisamente a la tensión o
estrés a que vive sometida, acabe explotando, y en un arranque de ira
traicionándose a sí misma, bien de palabra o acto, con lo que ya se ha logrado
el pretexto para el castigo o la expulsión, y el acosador puede lavarse las
manos.
El término mobbing (del verbo inglés to mob, con el
significado antes aludido) proviene de la etología, ciencia que estudia el comportamiento de los
animales, sobre todo del campo de la ornitología, donde la conducta defensiva
de un grupo de pequeños pájaros consiste en el atosigamiento continuado a un
enemigo más grande, con frecuencia un ave rapaz. Estos comportamientos en la naturaleza
terminan frecuentemente, o bien con la huida, o con la muerte del animal
acosado por varios otros.
El mobbing puede desembocar en enfermedad profesional, es decir,
derivada del trabajo, aunque tanto autoridades como empresas se muestran muy
reacias a admitir esta circunstancia como tal.
Carácter objetivable del acoso laboral
A pesar de que el acoso laboral puede llegar a utilizar tácticas muy
sutiles y que las conductas de acoso llegan a tener un carácter clandestino,
por no dejar excesivas huellas externas, ni contar con testigos dispuestos a
revelar lo que han presenciado, el ámbito de la evaluación del acoso en el
trabajo debe ser prioritariamente algo objetivo y no meramente
subjetivo.
Su definición correcta implica establecer y objetivar el carácter real y
fehaciente de una serie de comportamientos que, a pesar de que son
habitualmente negados por quienes los practican, se pueden establecer o
acreditar externamente por testigos, registros, grabaciones o documentos.
Tales indicadores objetivables muestran que el mobbing no se encuentra tan
solo en una especie de mente paranoide o autorreferencial de las víctimas, sino
las conductas de hostigamiento de que se compone existen en la realidad.
Estrategias y modalidades de mobbing
Según el profesor Iñaki Piñuel y Zabala son estrategias habituales en
el acoso laboral las siguientes:
- Gritar,
avasallar o insultar a la víctima cuando
está sola o en presencia de otras personas.
- Asignarle objetivos o proyectos con plazos que se saben inalcanzables o imposibles de cumplir, y tareas que son manifiestamente inacabables en ese tiempo ( Presentación en 24 horas Proyecto Construcción Hospital Quito de Dirección Medica IESS a Subdirección de Salud Pichincha-Esmeraldas - 2008).
- Sobrecargar
selectivamente a la víctima con mucho trabajo.
- Amenazar
de manera continuada a la víctima o coaccionarla.
- Quitarle
áreas de responsabilidad clave, ofreciéndole a cambio tareas rutinarias,
sin interés o incluso ningún trabajo que realizar («hasta que se aburra y
se vaya»).
- Modificar
sin decir nada al trabajador las atribuciones o responsabilidades de su
puesto de trabajo.
- Tratarle
de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra
él, con vistas a estigmatizarlo ante otros compañeros o jefes (excluirle,
discriminarle, tratar su caso de forma diferente).
- Ignorarle
(hacerle el vacío) o excluirle, hablando sólo a una tercera persona
presente, simulando su no existencia («ninguneándolo») o su no presencia
física en la oficina, o en las reuniones a las que asiste («como si fuese
invisible»).
- Retener información crucial para su trabajo o manipularla para inducirle a error en su desempeño laboral, y acusarle después de negligencia o faltas profesionales ( Dirección Medica IESS a Subdirección de Salud Pichincha-Esmeraldas IESS - 2008).
- Difamar
a la víctima, extendiendo por la empresa u organización rumores maliciosos
o calumniosos que menoscaban su reputación, su imagen o su
profesionalidad.
- Infravalorar
o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por la víctima, negándose a
evaluar periódicamente su trabajo.
- Bloquear
el desarrollo o la carrera profesional, limitando retrasando o
entorpeciendo el acceso a promociones, cursos o seminarios de
capacitación.
- Ignorar
los éxitos profesionales o atribuirlos maliciosamente a otras personas o a
elementos ajenos a él, como la casualidad, la suerte, la situación del
mercado, etc.
- Criticar
continuamente su trabajo, sus ideas, sus propuestas, sus soluciones, etc.
- Monitorizar
o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a atacarle o a
encontrarle faltas o formas de acusarle de algo ( ( Dirección Medica IESS a Subdirección de Salud Pichincha-Esmeraldas - 2008).
- Castigar
duramente o impedir cualquier toma de decisión o iniciativa personal en el
marco de sus responsabilidades y atribuciones.
- Bloquear
administrativamente a la persona, no dándole traslado, extraviando,
retrasando, alterando o manipulando documentos o resoluciones que le
afectan ( Dirección Medica IESS a Subdirección de Salud Pichincha-Esmeraldas - 2008).
- Ridiculizar
su trabajo, sus ideas o los resultados obtenidos ante los demás
trabajadores, caricaturizándolo o parodiándolo.
- Invadir
la privacidad del acosado interviniendo su correo, su teléfono, revisando
sus documentos, armarios, cajones, etc.
- Robar,
destruir o sustraer elementos clave para su trabajo.
- Atacar
sus convicciones personales, ideología o religión.
- Animar
a otros compañeros a participar en cualquiera de las acciones anteriores
mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad.
Consecuencias psicológicas y laborales
- Lento
deterioro de la confianza en sí misma y en sus capacidades profesionales
por parte de la víctima.
- Proceso
de desvaloración personal.
- Desarrollo
de la culpabilidad en la víctima (la propia familia suele cuestionarla
sobre su comportamiento).
- Creencia
de haber cometido verdaderamente errores, fallos o incumplimientos.
- Somatización del conflicto: enfermedades físicas.
- Insomnio, ansiedad, estrés,
irritabilidad, hipervigilancia, fatiga, cambios de personalidad, problemas
de relación con la pareja, depresión.
- Inseguridad,
torpeza, indecisión, conflictos con otras personas e incluso familiares.
- Bajas
laborales que el acosador suele aprovechar contra el trabajador.
Otras consecuencias:
- Agresividad
con la familia.
- Aumento
de la conflictividad con la familia.
- Aumento
de las enfermedades de los hijos y problemas escolares.
- Retraimiento
de la víctima con la familia y amigos.
- Abandono
de los amigos y rechazo por parte del entorno de la víctima, cansados de
la "obsesión" con el problema laboral. «No te quejes, que nosotros
no estamos mejor: el puteo va con el sueldo».
- Falta
de apoyo de los familiares ante los intentos de la víctima de hacer frente
a la situación, legal o psicológicamente.
- Estigmatización
social en los sectores de actividad laboral próximos.
- El desenlace habitual de la situación de
acoso laboral suele significar la salida de la víctima de la organización
de manera voluntaria o forzosa. Otras consecuencias pueden ser el
traslado, o incluso el pase a situación de incapacidad permanente. La
recuperación definitiva de la víctima suele durar años y, en casos
extremos, no se recupera nunca la capacidad de trabajo.
«En muchos casos, el mobbing persiste incluso después de la
salida de la víctima de la empresa, con informes negativos o calumniosos a
futuros empleadores, eliminando así la empleabilidad externa de la víctima. Se
trata de una especie de re-mobbing».4
Perfil habitual de la víctima
- Personas
que tienen mayor probabilidad de ser envidiadas por sus características
personales, sociales o familiares (por su éxito social, su buena fama, inteligencia,
apariencia física).
- El
mobbing suele afectar a trabajadores perfectamente válidos y capaces, bien
valorados y creativos. Muy frecuentemente se trata de adultos superdotados, de
forma que suelen ser, paradójicamente, los mejores de la organización.
- En
otros casos se debe a haberse resistido la víctima a participar, colaborar
o a "mirar a otro lado" mientras se producían
"enjuagues", es decir, por aquello que conocen o han
presenciado.
- Otro
perfil es el de aquellos que presentan un exceso de ingenuidad y buena fe
y que no saben hacer frente desde el principio a aquellos que pretenden
manipularlos o perjudicarlos.
- También
se elige a la víctima debido a su juventud, orientación sexual, ideología
política, religión,
procedencia geográfica, etc.
- Es muy
frecuente que se seleccione a las víctimas entre personas que presenten un
factor de mayor vulnerabilidad personal, familiar o social (inmigrantes, minusválidos, enfermos,
víctimas de violencia doméstica, mujeres u hombres atractivos...). En
estos casos la posibilidad de hacer frente a los acosadores disminuye,
viéndose facilitada la impunidad de éstos.
- Las
víctimas, pues, suelen ser personas con elevada ética,
honradez y rectitud, así como con un alto sentido de la justicia. Personas
con alguna característica que los distingue, como las ya apuntadas
(jóvenes, mujeres, minorías...).
Personas altamente capacitadas. Personas populares, líderes natos.
Personas con una elevada capacidad empática, sensibilidad o comprensión
del sufrimiento ajeno. Personas con situaciones personales o familiares
altamente satisfactorias. Personas en situaciones de alta vulnerabilidad,
etc.
Perfil del acosador
El fin último del acosador es el asesinato psicológico de la
víctima, y el motivo principal encubrir la propia mediocridad, todo ello debido
al miedo y la inseguridad que experimentan los acosadores hacia sus propias
carreras profesionales. De este modo se puede desviar la atención o desvirtuar
las situaciones de riesgo para ellos, haciendo de las víctimas verdaderos chivos expiatorios de las organizaciones. La
mera presencia de la víctima en el lugar de trabajo desencadena, debido a sus
características diferenciales, una serie de reacciones inconscientes, causadas
por los problemas psicológicos previos que presentan los hostigadores. En otras
ocasiones, el temor procede de la amenaza que supone para éstos el conocimiento
por parte de la víctima de situaciones irregulares, ilegales o de fraudes.
Los agentes tóxicos del acoso son a menudo los superiores o jefes, pero
también hay muchos acosadores entre los propios compañeros de la víctima (en un
4% de casos el mobbing es de tipo ascendente, es decir, del subordinado
al superior).
Es frecuente la actuación de los acosadores en grupos o bandas de acoso,
y los actos de hostigamiento suelen ser, como se ha visto, gritos, insultos,
reprensiones constantes, humillaciones, falsas acusaciones, obstaculizaciones, bromitas,
motes... Todo lo cual puede desembocar en el auténtico linchamiento psicológico de la víctima,
que si es practicado entre todos los trabajadores es muy difícil de probar, por
lo que el asesinato psicológico habrá resultado perfecto.
La exposición a estas conductas de hostigamiento reales y observables no
es algo casual sino plenamente causal o intencional puesto que quien acosa
intenta con mayor o menor consciencia de ello, (y en cualquier caso descuenta
como algo posible y hasta probable) un daño o perjuicio para quien resulta ser
el blanco de esos ataques, muy especialmente el amilanamiento y la quiebra de
su resistencia psicológica a medio plazo.
Si bien es cierto que todo proceso de acoso psicológico en el trabajo
tiene como objetivo intimidar, reducir, aplanar, apocar, amedrentar y consumir
emocional e intelectualmente a la víctima, con vistas a anularla, someterla o
eliminarla de la organización, también es cierto que con el mobbing los que
acosan tienden a canalizar y satisfacer una serie de impulsos y tendencias
psicopáticas.
No es infrecuente encontrar (aunque no es siempre el caso) que esa
necesidad insaciable de agredir, controlar y destruir que suelen presentar los
hostigadores, procede de una serie de tendencias psicopatológicas o de
personalidades mórbidas o premórbidas. Suelen ser personalidades de tipo
psicopático: autopromotores aberrantes, maquiavélicos, narcisistas o
paranoides, que aprovechan la situación que les brindan los entornos más o
menos turbulentos o desrregulados de las modernas organizaciones para cebarse
sobre sus vícimas.
Los agresores suelen ser personas que frecuentemente abusan y se
prevalen de su posición de poder jerárquico formal o que usan su poder de tipo
informal en la organización para remediar sus frustraciones a través de la
violencia psicológica, compensar sus complejos o dar rienda suelta a todas y
cada una de sus tendencias más agresivas y antisociales.
Acoso laboral o mobbing maternal
No siempre el acoso tiende a la eliminación del compañero o subordinado
incómodo. Frecuentemente lo que pretende quien acosa es mostrar a la víctima o
a los demás su poder, y hacerlo mediante la destrucción de aquel al que va a
victimizar. Incluso marcar o mostrar un ejemplo de lo que puede ocurrirle a
alguien.
El llamado "mobbing maternal" o más propiamente acoso contra
las mujeres embarazadas es uno de estos casos en los que no se busca la
destrucción de la víctima de forma directa, sino que a pesar de que lo anterior
se consiga igualmente, lo que se busca más inmediata y directamente es mostrar
un ejemplo de lo que le puede pasar a “la que se atreva a” quedarse embarazada.
Es un tipo castigo ejemplarizante que debe servir de aviso para otras mujeres
que observan lo que le ocurre a la víctima y que de este modo no se atreven ya
a quedarse embarazadas.
Según datos de la Fundación Madrina, la mitad de las mujeres que
ellos atienden han sufrido mobbing en el momento en que se han quedado
embarazadas.
En el ultimo estudio Cisneros XI del profesor Iñaki Piñuel y Zabala :
- El 18 % de las trabajadoras denuncian que en su organización se
producen presiones contra las mujeres por causa de su maternidad.
- El 8 % de las trabajadoras acosadas refieren como causa principal
del mobbing su maternidad.
- El 16 % de las trabajadoras acosadas lo son por reclamar derechos
laborales que les corresponden.
- El 16 % de las trabajadoras acosadas denuncian acoso simplemente
por el hecho de ser mujeres.
Profesiones más afectadas
Son profesionales más frecuentemente afectados los funcionarios y el
personal laboral contratado de las administraciones públicas (central,
autonómica o local), los trabajadores de la enseñanza primaria, media o
universitaria, auditores, los trabajadores de la salud, cuidadores de
guarderías y escuelas infantiles, personal de hostelería y turismo, personal de
bancos e instituciones financieras, así como los miembros de organizaciones
denominadas ideológicas (instituciones y organizaciones caritativas o religiosas,
partidos políticos, sindicatos). En general, todo el sector de los servicios
resulta afectado en mayor proporción.
Tener destrezas personales para terminar con el acoso laboral es muy importante. Te recomendamos qué tácticas personales debes tener para superar el mobbing laboral.
A continuación te proponemos algunas estrategias que te pueden ser útiles para terminar con el acoso laboral:
Tener destrezas personales para terminar con el acoso laboral es muy importante. Te recomendamos qué tácticas personales debes tener para superar el mobbing laboral.
A continuación te proponemos algunas estrategias que te pueden ser útiles para terminar con el acoso laboral:
- Identifica el problema del mobbing como tal:
informarte y formarte sobre este problema.
- Documenta y registra
las agresiones de acoso laboral.
- Comunica los ataques que se recibes en secreto a los compañeros, jefes,
directivos, asesores, pareja,
amigos, familiares y autoridades.
- Controla y canaliza
la ira, evita reaccionar con ataques.
- Haz frente al mobbing, ya que esta acción, hace retroceder al
hostigador, que es cobarde en el fondo.
- Debes ser asertivo para
enfrentar los problemas de acoso
laboral sin pasividad ni agresividad.
- Protege tus datos, documentos, archivos de tu trabajo o
proyecto para que no sean manipulados o eliminados.
- Evita el aislamiento social.
- No te culpes a ti mismo por la situación de acoso
laboral.
- No intentes convencer o cambiar al
hostigador.
- No te inhibas, comparte tus sentimientos
de acoso y expresa tus emociones.
- Estimúlate profesionalmente, capacítate
y acude a cursos, mantente actualizado.
- Solicita ayuda psicológica y legal.
- A modo de liberación personal, perdona
al acosador. Sera reconocido como un ser vil ante la
sociedad circundante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario