lunes, 22 de octubre de 2012

BESO











 

 



Un beso es el acto de presionar los labios contra la superficie de un objeto (generalmente la piel o los labios de otra persona) como una expresión social de afecto, de saludo, de respeto o de amor. Los labios son un foco sensitivo en la estructura de diversos organismos animales, y funcionan primordialmente como auxiliares en la identificación del entorno, como herramientas de succión o como auxiliares en la emisión de sonidos. El beso tiene una función social humana determinante en el proceso de cortejo.

Biología y evolución

Distintos comportamientos animales muestran la presencia de la práctica del beso en diversas especies, entre ellas aves y mamíferos (sobre todo en los primates). Se sugiere que el beso como elemento cultural en la vida humana surge de un patrón en el comportamiento instintivo y la función biológica de los labios. Los labios son un foco sensitivo conformado de varias terminaciones nerviosas que tienen la principal función de transmitir impulsos eléctricos en el reconocimiento del entorno de algún animal; además tienen la función de la succión y la emisión de sonidos.

El "beso" en algunas especies animales se manifiesta con diversos comportamientos sociales interespecie que aseguran el orden en el grupo animal. Algunos comportamientos como la alimentación de la pareja en calidad de regalo nupcial (práctica animal en la que la pareja da comida u objetos a la pareja sexual como cortejo) involucran una práctica sexual relacionada con la conjunción de las cavidades bucales. Otros comportamientos similares incluyen la premasticación del alimento en algunas especies animales, en la que la cría es incapaz de consumir alimentos sólidos y depende de la labor materna de la destrucción del alimento y su traspaso bucal a la boca de la cría. En algunas especies animales (chimpancés, Agapornis y Gourami besador), la conjunción de labios se usa como medio de comunicación e identificación, y como signo del orden social en un grupo de individuos.

El contacto labial involucra la acción nerviosa relacionada con la estimulación erógena en la que intervienen cinco nervios craneales, utilizados para la identificación y reconocimientos de los elementos ambientales. Los impulsos eléctricos producidos por la acción neuronal derivan en sensaciones originadas en los focos táctiles de la piel labial, la zona supralabial y la lengua, señales decodificadas en el cerebro.[6] El contacto labial propicia la estimulación nerviosa y la respuesta cerebral a la liberación de oxitocina, dopamina y adrenalina en el torrente sanguíneo, lo que genera una gran cantidad de efectos físicos. La liberación de oxitocina (hormona relacionada con el amor materno, las contracciones uterinas, el parto y la atracción sexual) en el torrente sanguíneo origina distintas respuestas físicas, como la sudoración nerviosa y las respuestas sexuales en la erección del pene y la erección del clítoris. La dopamina produce la sensación de bienestar. La adrenalina produce una serie de cambios físicos: cambios en la presión arterial, el nivel de glucosa y el ritmo cardíaco, además de la sensación de alerta y el tono rojizo en la zona cigomática.

Como beneficios a la salud del beso se encuentra la liberación de adrenalina y noradrenalina en el torrente sanguíneo, lo que provoca una serie de cambios físicos en la acción cardiovascular, aumenta el ritmo del corazón y el bombeo de la sangre. Un beso puede quemar de dos a tres calorías por minuto. La endorfina liberada en un beso puede ser más potente a la acción de la morfina, lo que contribuye a nivelar los niveles de estrés y da una sensación de bienestar.

Otros beneficios del beso incluyen el aumento de los niveles de autoestima, la tonificación de los músculos faciales, la liberación del anestésico contenido en la saliva, menores niveles de colesterol en el sistema cardiovascular y el mejoramiento de las funciones metabólicas.

Como riesgos a la salud se consideran distintos padecimientos médicos ocasionados por la transmisión extracorporal de los patógenos contenidos en la saliva humana. Algunas enfermedades infecciosas representan riesgos a la salud por los virus y otros microorganismos que se hallan en la saliva. Algunas enferemedades posiblemente transmitidas por el contacto labial incluyen cualquier tipo de gripe, la mononucleosis infecciosa y el herpes simple. Las infecciones de transmisión sexual no representan un grado de contagio en el contacto labial, excepto cuando existe una lesión bucal que propicie el contacto de la piel sin protección contra los vasos sanguíneos de la piel expuesta.

El beso es una práctica natural en diversas especies animales que han desarrollado la conjunción labial como un método de comunicación entre dos individuos. Un antecedente evolutivo del beso surge en diversas especies animales de primates, los cuales desarrollaron el beso como una vía de alimentación en la que la madre premasticaba el alimento para depositarlo en la boca de la cría, ya que ésta era incapaz de masticar el alimento sólido debido a la ausencia de piezas dentales

Históricamente, el beso entre humanos ha representado un componente en el estudio de los patrones en las relaciones sexuales de la actualidad. La evidencia más antigua que describe a la práctica de la conjunción de labios como componente elemental en las relaciones extrapersonales de carácter sexual se remonta a la cultura India hacia 1500 a.C.. Para el tercer siglo de nuestra era, el Kama Sutra, libro sagrado de Vatsyayana que describe la divinidad natural del sexo, ya incluía referencias a la práctica del beso como práctica sexual.

Dentro de la cultura en India, ya se registraba al beso en la literatura hacia el año 1000 a.C. Algunos registros literarios describían personas que juntaban sus labios en señal de amor, así como es descrito en el poema épico Mahabharata. El Mahabharata contiene referencias de personas que juntan sus labios en señal de afecto y es considerado como uno los primeros ejemplos del beso en la literatura.

Diversas civilizaciones del periodo Clásico utilizaban el beso como práctica sexual o como convencionalismo social. En la cultura babilónica, concretamente en el relato creacionista Enuma elish, se menciona el beso como una práctica social relacionada con el saludo, la súplica y el arrepentimiento. En las culturas afroasiáticas se utilizaba el beso como símbolo de amor o afecto, tal como se enuncia en distintos pasajes bíblicos que relatan las historias de Jacob y Judas Iscariote. En Grecia y en Roma del periodo clásico se expande el significado del beso como una expresión de amor o afecto debido a la expansión de los imperios a lo largo de Europa y Asia. En algunos escritos de la época como La Odisea y los escritos de Ovidio se hace referencia al beso como símbolo de afecto, amor o admiración. El beso también puede ser apreciado en el folklore y la mitología tradicional griega en relatos como la historia de Pigmalión y Galatea.

Una teoría sobre la expansión cultural en la utilización del beso como práctica sexual sugiere que el beso es originado en la cultura india y que es importado a territorio europeo en el periodo clásico por a la invasiones de Alejandro Magno. Se sugiere que el beso es producto de una combinación cultural entre Grecia e India durante las campañas militares índicas de Alejandro en el año de 326 a.C.

Algunas tradiciones clásicas incluían el besarse frente a un grupo de personas para formalizar una unión matrimonial entre dos personas; comportamiento que ha sido modificado a través de los siglos hasta transformarse en el beso utilizado en las uniones matrimoniales actuales para marcar fidelidad y devoción hacia la pareja. Otro comportamiento tradicional del periodo clásico es el besar un contrato para señalar conformidad, derivando en la tradición de "sellar los contratos con un beso" que perduraría hasta la Edad Media.

En la Edad Media, el beso retoma diferentes significados que involucraban el respeto y la admiración. Se utilizaba como un símbolo de respeto o como un saludo hacia personas de clase social distinguida, y se utilizaban prácticas como el beso en la mano, el beso en los pies y el beso en la joyería portada, práctica utilizada antiguamente para dirigirse con respeto a los miembros de la realeza y la aristocracia. En esa época se utilizaban los besos como un compromiso legal en el que la persona analfabetizada marcaba una "X" y la besaba para marcar su compromiso ante un contrato, originando el significado de "X" como un beso. Con la dominación del Cristianismo en Europa feudal, se anula la práctica del beso erótico.

Apreciado en distintas corrientes artísticas desde la corriente barroca y humanista, el beso resurge como un componente en la expresión artística (principalmente pintura y literatura), atribuyéndole la concepción clásica del beso como una práctica romántica con poderes mágicos. Algunos ejemplos del beso "mágico" en el arte medieval y renacentista incluyen la literatura de William Shakespeare y las pinturas de Hans Baldung, las cuales normalmente hacían referencia a la divinidad y a la percepción medieval de la brujería y el pecado.

Las corrientes artísticas del siglo XVIII se ajustaron a un modelo que dejaba atrás el tradicionalismo de las correinte barroca y que se ajustaba a la propia expresión del autor. Como una identidad artística cortesana, surge la corriente artística del Rococó durante la primera mitad del siglo XVIII. El Rococó recopilaba un sentido estético refinado que frecuentemente involucraba aspectos exóticos, eróticos, sensuales y sexuales. El beso es claramente ilustrado en la pintura de la época, la cual solía tener una temática amorosa o sensual relacionada con el amor de una pareja o el amor materno. Un claro ejemplo son las pinturas sensuales de Jean-Honoré Fragonard.

En el periodo de la Revolución Industrial se globaliza la idea del beso como símbolo de cortesía y es cuando retoma su papel como un elemento en la estimulación sexual y como símbolo del amor entre dos personas. A pesar de su resurgimiento como práctica sexual, el beso sólo se renovó como una práctica propia de la intimidad de una pareja, que únicamente representaba una práctica privada que era ofensiva o escandalosa si era demostrada en público. La práctica del beso fue mesurada por las estipulaciones de la sociedad convencional y su código social de etiqueta.

En el siglo XIX prospera la corriente artística del Romanticismo, correinte caracterizada por la expresión de los sentimientos del autor de la obra (frecuentemente sentimientos de amor). La explotación del beso en el Romanticismo fue frecuente debido a que el beso dejo de representar una "práctica privada" y pasó a convertirse en un elemento estético.  El beso retoma un carácter "mágico" originado de la percepción clásica y la percepción medieval, ejemplos plasmados en la readaptación de los hermanos Grimm de diversos cuentos de hadas y la literatura infantil del folklore medieval, en los que se refiere al beso como una práctica mágica. Un claro ejemplo es La Bella Durmiente en el que el beso es una fómula mágica para romper un hechizo de sueño eterno.

En otras manifestaciones artísticas como la pintura y la escultura, se plasma el beso como un elemento clave de la pintura que expresaba sentimientos de amor. Las obras más significativas del beso como elemento en la pintura romántica son Romeo y Julieta (1884) de Frank Dicksee y El Beso (1870) de Francesco Hayez. Ambas representaciones muestran una figura masculina y una figura femenina compartiendo un beso y son unas de las obras más significativas de la corriente romántica. En la escultura se identifican las obras llamadas El Beso de Auguste Rodin.

El beso y su naturalidad en el arte romántico derivo en la percepción artística del beso como una práctica social casi divina, mágica e inigualable que representa la más puro y perfecto del amor en las relaciones humanas. Este nuevo pensamiento social originó que el beso fuese aceptado como una práctica común entre las personas para representar el amor, aunque continuó siendo socialmente inceptado hasta la primera mitad del siglo XX. Con la nueva aceptación social, el beso comienza a ser utilizado como un elemento dramático de carácter erótico, prinicipalmente identificado en el teatro de variedades de finales del siglo XIX.

El siglo XX estuvo marcado por la sexualización de los medios durante las primeras décadas del siglo. Como un factor determinante en la globalización y publicación del beso, se encuentra la introducción de los temas lascivos en los medios masivos de la cultura popular. Así se comenzó a utilizar al beso como un elemento lascivo en la publicación de distintas artes como la literatura, la pintura, el drama y el cine, todos ellos enfocados al consumo y gusto popular. La sexualización de los medios comienza concretamente en la década de los veintes y derivó en una producción masiva de medios enfocados al carácter erótico, los cuales normalmente no eran regidos por ninguna norma de censura y se vendían debido a sus temas lascivos y de ficción de explotación que formaban parte del gusto popular. Un claro ejemplo de la falta de parámetros de censura en los medios populares fueron las películas cautionary del periodo Pre-code, en donde era apreciable la expresión sexual, la temática erótica, el beso como práctica erótica y el semidesnudo.

La naturalidad del beso en los medios masivos provocó una aceptación social que rompió con la práctica del beso "íntimo" o el beso inapropiado de siglos anteriores. Pronto, los medios fueron inundados de las representaciones del beso para simbolizar el amor entre dos personas, efecto apreciado principalmente en el cine. El beso en el cine surge con los primeros enfoques del cine en las últimas décadas del siglo XIX, apreciado en las primeras obras del cine como como The Kiss (1896). Con el establecimiento del cine, el beso se estandarizó para dar a entender al espectador el amor de una persona a ausencia de diálogos. Entre la década de los 10's y los 30's, el beso entre pareja simbolizó un elemento importante en el cine romántico, elemento esencial para dar a entender el tipo de relación amorosa que existía entre los personajes dentro del argumento de la película.

A partir de la década de los 60's (después de las revoluciones sexuales) se comienza a establecer el beso como algo natural al comportamiento del hombre y su práctica comienza a ser casi pública. Es hasta la década de los 90's cuando el beso deja de representar ofensas a la moral y se convierte en un acto común y públicamente aceptado.

En el siglo XXI la sexualización de los medios ya forma parte de la cultura popular, por lo que el beso en el siglo XXI únicamente representa una práctica sexual de poco significado erótico dentro de los medios masivos, es decir, un beso es una práctica sexual ligera comparada con otro tipo de material erótico contenido en diversos medios de distribución masiva.

En el siglo XXI se establecen distintos récords que superaron la duración más extensa de un beso entre dos personas en 1998 por Mark y Roberta Griswold con una duración total de 29 horas.

El beso, en su significado cultural general, representa una expresión emocional que refleja sentimientos de amor o afecto hacia otra persona. El beso suele tener implicaciones sexuales, románticas, eróticas o afectivas que permiten la conexión entre la persona y el objeto de placer. El beso en diferentes culturas es un simbolismo social que se utiliza como una expresión metalingüística de los sentimientos de amor, aprecio, afecto o respeto.  El significado cultural del beso como una expresión de amor o afecto surge evolutivamente en las especies animales en las que el alimento premasticado se transfiere a las crías desde la boca de la madre. Ahí surge el significado social del beso materno relacionado con el amor y la protección.  El beso con su significado afectivo o amoroso es rastreado a los orígenes de la cultura en India, Asiria, Grecia y Roma. La expresión metalingüística de amor y afecto ha estado presente en todas las culturas con expresiones equivalentes al beso que también reflejan los sentimientos de amor y afecto.

Significado sexual o romántico

El beso con significado sexual o romántico suele darse entre personas que han desarrollado intensos lazos emocionales (como pareja: véase pareja de hecho, noviazgo, matrimonio), y suele involucrar el contacto de los labios de ambas personas con una intención erógena. En este ámbito, el beso con la expresión de amor o afecto produce en el receptor sentimientos de aceptación y pertenencia social, y deriva en la manifestación de sentimientos positivos, como los sentimientos de felicidad. El beso es un componente erótico de la intimidad que estimula la respuesta sexual del organismo, y genera una serie de estímulos eléctricos en las terminaciones nerviosas de los labios y diferentes respuestas sexuales físicas que propiciarían la actividad sexual. Debido a su significado social y a sus efectos físicos, suele asociarse como elemento en la actividad previa al coito.  El beso suele identificarse culturalmente como un ritual romántico para justificar los sentimientos de amor entre dos personas, consagrado como una prueba de amor desde el punto de vista social, magnificado por la visión artística.

Un beso puede ser utilizado como simbolismo de sentimientos amorosos que no deriven en la estimulación sexual, es decir, puede ser utilizado sin alguna intención sexual. El beso de carácter afectivo puede practicarse entre cualquier persona cercana, sin importar su edad ni su sexo (masculino o femenino). El beso de carácter afectivo suele utilizarse para reflejar distintos sentimientos, como la lealtad, la gratitud, la compasión o la empatía. Los besos de expresión de afecto suelen involucrar la empatía ante la alegría intensa o la tristeza, y se manifiestan sentimientos de lealtad y apoyo hacia la otra persona.

Los besos de expresión afectivas suelen manifestarse como un respuesta hacia el amor, respeto o reconocimiento ante una identidad familiar emocionalmente cercana, y son comunes los besos entre padres e hijos. Como un toque afectivo, puede utilizarse al beso en la mejilla o en la frente como saludo a las personas emocionalmente cercanas, con énfasis en la lealtad y la gratitud en la relación afectuosa.

El beso es una práctica identificada como un convencionalismo social de distintas culturas, notablemente apreciado en la cultura occidental. El beso, además de expresar sentimientos de afecto o intenciones sexuales, también expresa sentimientos de lealtad, admiración o respeto. El beso también representa parte fundamental en el código social de etiqueta, las creencias populares, los convencionalismos sociales y las prácticas religiosas en las culturas de distintos países.

El beso tiene la función de expresar respeto, admiración o simple cortesía dentro de los códigos del comportamiento social convencional; de esa manera, en algunas culturas es común besar a la persona a la que se le tiene profunda admiración o respeto. En su forma más común está el beso a la mano de la persona, dirigido a personas a las que se le tiene profunda admiración, con la intención de la galantería o la coquetería, como una respuesta a la cortesía tradicional o porque está dirigido a personas de clase alta, personas del sexo femenino o mandatarios.

El beso también suele representar la lealtad y la subordinación, identificado en las distintas expresiones sociales dirigidas a la aristocracia, la realeza y los miembros de la alta sociedad religiosa en algunas sociedades. En el caso de representar la subordinación suele ser un beso alejado que no atente contra la identidad del poder a la que el beso está dirigido, por lo que es frecuente el beso en la mano, el beso en la joyería y las ropas o el beso en los pies.

El beso también es utilizado como un saludo informal a personas emocionalmente cercanas o identidades familiares que cumple con la cortesía y expresa sentimientos de lealtad, afecto, amor o respeto. En tal caso, el beso como un saludo puede involucrar distintas intenciones que van más allá de una simple práctica de la cortesía tradicional. Los tipos de besos como saludo suelen ser:

  • Beso en la mejilla: Gesto social en el que se besa alguna mejilla de la persona del encuentro. Suele ser dirigido a personas del sexo femenino o alguna persona emocionalmente cercana de cualquier sexo, que expresa respeto y afecto. En el caso de estar dirigido a una persona poco cercana o recientemente identificada, sólo expresa cortesía. Esta práctica es común en diversos países de América Latina y Europa.

  • Beso en ambas mejillas: Gesto social en el que se besan o frotan ambas mejillas de la persona en el encuentro. Suele utilizarse entre personas de cualquier sexo emocionalmente cercanas, aunque también se usa como un saludo hacia personas recientemente identificadas. Puede expresar distintos sentimientos, pero habitualmente expresa cortesía. Esta práctica es común en Brasil, España, Francia y Portugal.

  • Beso en la mano: Gesto social en el que se besa la mano de una persona para reflejar cortesía o galantería. Puede estar dirigido a diferentes representantes de la clase alta, personas del sexo femenino, miembros de la realeza, mandatarios, miembros de la sociedad eclesiástica, etc. Suele reflejar cortesía, galantería, coquetería, subordinación, lealtad, admiración o respeto.

  • Beso en la boca: En algunas sociedades, como por ejemplo en Rusia, es costumbre que los varones se saluden con un beso en la boca.

El beso suele ser utilizado como elemento en distintas prácticas religiosas, el cual habitualmente va dirigido a la expresión de respeto a una persona o a un objeto representante de la religión. Suele expresar respeto, admiración, adoración, subordinación, lealtad o una consagración simbólica. Algunas prácticas religiosas incluyen:


Tipos de beso

  • Beso en la boca: Forma del beso erótico/romántico tradicional en el que se unen los labios de ambas personas, generalmente para reflejar sentimientos de amor, afecto o distintas intenciones sexuales.
  • Beso francés: Variante del beso en la boca en el que la lengua de uno o ambos participantes toca los labios o la lengua del otro participante. Su intención es puramente erótica.
  • Beso en la mano: Forma del beso en el que se presionan los labios contra las manos de una persona, generalmente para reflejar cortesía o galantería.[31]
  • Beso en la mejilla: Una formalidad tradicional utilizada como saludo en distintos países de la cultura occidental en el que se acaricia con los labios la mejilla del otro participante. Puede expresar intenciones eróticas, simple cortesía o admiración.
  • Beso en los pies: Forma del beso en la que se presionan los labios contra los pies de una persona para expresar extrema lealtad o subordinación. En una intención alejada a la tradicional, suele usarse con intenciones de estimulación sexual en el caso de podofilia. También es común en algunas ceremonias religiosas (católicas, por ejemplo).
  • Necking: Es una forma de la expresión sexual humana en la que se besa el cuello de una persona con distintas intenciones sexuales.
  • Making out: Eufemismo popular para referirse al petting en conjunción con la estimulación sexual con besos en diferentes partes del cuerpo.
  • Pico o piquito: Beso sencillo de poca duración.[cita requerida]
  • Smack: Beso con emisión de sonido.
  • Smooch: Beso prolongado acompañado de caricias e interacción con las manos (abrazos, poner manos sobre los hombros, rodear el cuello, caricias en la espalda, honk, etc.).

La estimulación oral es la práctica sexual de producir respuestas sexuales en una persona a través de la interacción con la boca, labios, lengua y dientes de una persona. Como un tipo de estimulación oral, se suelen dar besos en diferentes partes erógenas del cuerpo para producir una respuesta sexual en la persona. Algunas prácticas suelen incluir la estimulación oral del pene, la estimulación oral de la vagina (cunnilingus), la estimulación oral de los pezones, el necking, el petting, el irrumatio, el humming, sexo oral-anal (anilingus), el foot fetish (podofilia), etcétera.
Una de las cosas más bonitos del amor es el acto de dar un beso en la boca a tu pareja, a veces es el primer paso para establecer una intimidad física. La forma en que besas es fundamental para generar atracción, deseo y pasión a la persona que está contigo. Aprende estos consejos y disfruta regalando besos.
Lo más importante es cuidar el aliento. Lava tus dientes después de cada comida y si notas que no tienes buen sabor de boca masca un chicle o un caramelo mentolado, piensa que un aliento desagradable puede convertir el beso en una experiencia muy desagradable.
La mirada es también algo a controlar cuando se da un beso apasionado, acércate lentamente hacia tu pareja y mírale a los ojos antes de entrar en contacto con sus labios. Ese momento de suspenso aumenta el deseo y tus movimientos dejarán evidente tus intenciones de besar.
Procura siempre que el primer contacto sea suave, no fuerces la situación. Intenta que tus labios estén humedecidos y tersos para que la otra persona los sienta dulces y tiernos. Tras el primer beso corte, aléjate un instante para mirar intensamente a la otra persona, demuéstrale con la mirada que te la quieres comer a besos. Entonces vuelve a acercarte con más decisión. Besa su boca con relajación, recorriéndola entera pero nunca con brutalidad.
Luego opcionalmente puedes pasar a la segunda fase de un beso, consiste en abrir despacio la boca e introducir tu lengua: primero de forma intermitente y luego de una forma más profundamente. Puedes acompañar este tipo de besos tomando suavemente a la otra persona por detrás del cuello o por la cintura, para que se estimulen otras zonas erógenas y aumente la excitación. Finalmente, déjate llevar y disfruta del momento.
 






 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

http://acupunturar.blogspot.com/

EL KYBALION (completo)

EL Kybalión - Completo Capitulo I - Filosofía Hermética "Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, exce...