jueves, 9 de agosto de 2012

VIRTUD







Una virtud es una cualidad que permite a quien la posee tomar y llevar a término las opiniones correctas en las situaciones más difíciles para cambiarlas a su favor. El virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo llegar a sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a alcanzar un objetivo diferente. El virtuoso es el que «sabe remar contra la corriente» También, una persona virtuosa es aquella que sabe sacar adelante cualquier problema que se avecina. Es una persona que tiene muchas cualidades y las pone en práctica a diario.
Las virtudes se consideran cualidades positivas, y se oponen a los vicios.

Platón plantea que el ser humano dispone de tres poderosas herramientas: el intelecto, la voluntad y la emoción. Para cada una de estas existe una virtud: la sabiduría, el valor y el autocontrol. La sabiduría permite identificar las acciones correctas, saber cuándo realizarlas y cómo realizarlas. El valor permite tomar estas acciones a pesar de las amenazas, y defender los ideales propios. El autocontrol permite interactuar con las demás personas y ante las situaciones más adversas cuando se está realizando lo que se debe hacer para lograr los fines propios.

A estas tres virtudes se añade una cuarta, la justicia, que permite respetar las ideas de los demás, sin abandonar las nuestras, para compartir los frutos de nuestras acciones y ayudar a los otros a realizar las suyas.

Sócrates nos dice que la virtud nos permitirá resolver las mejores acciones y con ella podremos distinguir entre el vicio, el mal, el bien y lo moral. También dice que la virtud se puede alcanzar por medio de la educación fundamentada en nuestra moral y en nuestra vida cotidiana. Cree en el intelectualismo moral, el cual se basa en la idea de que la sabiduría se basa en la ética. Si alguien es buena persona automáticamente será sabio. También Sócrates opina que la virtud es aquello que nos ayuda a conseguir el bien mediante razonamientos y la filosofía.

Los estoicos sostenían que la virtud consistía en actuar siempre de acuerdo con la naturaleza, que, para el caso del ser humano, concebido como ser racional, se identifica con actuar siempre de acuerdo con la razón, evitando en todo momento dejarse llevar por los afectos o pasiones, esto es, todo lo irracional que hay en nosotros, que no puede controlarse y por tanto debe evitarse. Los estoicos consideraban que la virtud, como facultad activa, era el bien supremo.

Las cuatro virtudes clásicas son:
  • Templanza (del griego σωφροσύνη, en transliteración sōphrosýnē)
La templanza es la virtud moral que regula la atracción por los placeres, y procura el equilibrio en el uso y disfrute de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la solidaridad.

La templanza es considerada una virtud especial en la mayoría de las clasificaciones de la ética tradicional. Aristóteles se ocupa de ella explícitamente. Santo Tomás de Aquino la incluye como una de las cuatro virtudes morales cardinales, después de la prudencia, la justicia y la fortaleza; como toda virtud moral, se considera un justo medio entre dos extremos viciosos, en este caso la insensibilidad y la intemperancia.

El cristianismo se apoya en la Biblia para considerarla una de las virtudes cardinales: la persona templada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar ‘para seguir la pasión de su corazón’ (Si 5,2; cf 37, 27-31). La templanza es a menudo recordada en el Antiguo Testamento: ‘No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena’ (Si 18, 30). En el Nuevo Testamento es llamada ‘moderación’ o ‘sobriedad’, tal como se afirma en la Carta Paulina ‘(debemos) vivir con moderación, justicia y piedad en el siglo presente’ (Tt 2, 12). El cristianismo, al igual que la mayoría de las religiones y escuelas filosóficas, considera que la tendencia natural hacia el placer sensible que se observa en la comida, la bebida y el deleite sexual es en sí bueno, por ser la manifestación y el reflejo de fuerzas naturales muy potentes que actúan para la propia conservación, pero que corren el peligro de desordenarse y convertirse en energías destructoras. Dentro de esta visión común, hay diferencias importantes de matices, según cuánto peso se asigne a esta virtud en referencia a las otras, o cómo se juzguen los extremos a los que se opone: pueden contrastarse, por ejemplo, la doctrina católica oficial, que pone a esta virtud como la menos importante de las cuatro morales (cf. Suma Teológica, II-IIae C 141 A 8) con el catolicismo enseñado y vivido en algunas comunidades; o con el puritanismo. Y dentro de la filosofía moral antigua, se contraponen en este respecto el estoicismo con el epicureísmo.

La palabra templanza proviene del latín temperantia, en referencia a la moderación de la temperatura; en análogo sentido, el adjetivo templado se aplica al medio entre lo cálido y lo frío, y también a lo que mantiene cierto tipo de equilibrio, cohesión o armonía interna. De aquí también el adjetivo destemplado, como descompuesto o desarreglado, sin moderación o equilibrio. En cambio, y contra lo que suele creerse, la palabra no tiene ninguna relación etimológica con la palabra templo.
  • Prudencia (del griego φρόνησις, en transliteración phrónēsis)
La Prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, definida por los Escolásticos como la recta ratio agibilium, para diferenciarla del arte recta ratio factibilium. También se entiende como la virtud de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado, así como actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas. Actualmente se ha impuesto el significado de actuar con precaución para evitar posibles daños, aunque la RAE mantiene la definición antigua.
  • Fortaleza (del griego ανδρεία, en transliteración andreía)
En la doctrina cristiana, fortaleza es una de las virtudes cardinales que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad. La fortaleza asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de aceptar el eventual sacrificio de la propia vida por una causa justa.

La fortaleza es la virtud que da valor al alma para poder afrontar con coraje y vigor los riesgos, moderando el impetu de la audacia. Siempre manteniéndose en la recta razón en el obrar.
  • Justicia (del griego δικαιοσύνη, en transliteración dikaiosýnē)
La justicia (del latín, Iustitia) es la concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.

Este conjunto de reglas tiene un fundamento cultural y en la mayoría de sociedades modernas, un fundamento formal:
  • El fundamento cultural se basa en un consenso amplio en los individuos de una sociedad sobre lo bueno y lo malo, y otros aspectos prácticos de como deben organizarse las relaciones entre personas. Se supone que en toda sociedad humana, la mayoría de sus miembros tienen una concepción de lo justo, y se considera una virtud social el actuar de acuerdo con esa concepción.
  • El fundamento formal es el codificado formalmente en varias disposiciones escritas, que son aplicadas por jueces y personas especialmente designadas, que tratan de ser imparciales con respecto a los miembros e instituciones de la sociedad y los conflictos que aparezcan en sus relaciones.
Entre otras muchas teorías sobre la justicia, destacamos la de los filósofos:
  • Platón: La Justicia como armonía social. En su libro "La República", Platón propone para la organización de su ciudad ideal, a través del diálogo de Sócrates, que los gobernantes de esta ciudad se transformen en los individuos más justos y sabios, o sea en filósofos, o bien, que los individuos más justos y sabios de la comunidad, es decir, los filósofos, se transformen en sus gobernantes.
  • Aristóteles: La Justicia como igualdad proporcional: Dar a cada uno lo que es suyo, o lo que le corresponde. Dice que lo que le corresponde a cada ciudadano tiene que estar en proporción con su contribución a la sociedad, sus necesidades y sus méritos personales.
  • Santo Tomás de Aquino: La Ley Natural. Dice que los ciudadanos han de tener los derechos naturales, que son los que Dios les da. Estos derechos son más tarde llamados Los Derechos Humanos.
  • Para los utilitaristas las instituciones públicas se componen de una forma justa cuando consiguen maximizar la utilidad agregada(en el sentido de felicidad) . Según esta teoría, lo justo es lo que beneficia al mayor número de personas a la vez.
  • Ulpiano: Justicia es la constante y perpetua voluntad de darle a cada quien lo que le corresponde.
Estas virtudes eventualmente fueron incorporadas a distintas religiones.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

http://acupunturar.blogspot.com/

EL KYBALION (completo)

EL Kybalión - Completo Capitulo I - Filosofía Hermética "Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, exce...