Lilit o Lilith (del hebreo: לילית)
es una figura legendaria del folclore judío, de origen mesopotámico. Se la
considera la primera esposa de Adán, anterior a Eva. Según la leyenda (que no
aparece en la Biblia), abandonó el Edén por propia iniciativa y se instaló
junto al mar Rojo, uniéndose allí con Samael, que se convirtió en su amante, y
con otros demonios. Más tarde, se convirtió en un demonio que rapta a los niños
en sus cunas por la noche y se une a los hombres como un súcubo, engendrando
hijos (los lilim) con el semen que los varones derraman involuntariamente
cuando están durmiendo (polución nocturna). Se la representa con el aspecto de
una mujer muy hermosa, con el pelo largo y rizado, generalmente rubia o
pelirroja, y a veces alada.
Lilith: diosa, monstruo, temida o adorada, mujer al fin y al
cabo y símbolo indiscutible del feminismo mundial.
La mitología sumeria narra cómo emergen de las profundidades
del Mar Gigante, que componía el Gran Caos del Abismo, una jerarquía de dioses:
los Zu. Entre ellos se establecían rangos ya que los primeros dioses eran
denominados Ab-Zu[1] y los dioses doblegados a éstos An-Zu[2]. La creencia
popular sumeria habla de siete semidioses, localizados en las aguas del Mar
Gigante en el Gran Caos del Abismo llamados Abgal, que poseían la
característica especial de ser de ambos sexo a la vez, y de los Lamatsu[3] o
Lilitu[4], espíritus guías del viento nocturno, que eran de carácter benévolo;
semidioses encargados de guardar las puertas que permiten el intercambio entre
plano espiritual y plano físico[5]. Aquí se hace referencia, por primera vez, a
Lilith[6] y se la representa como lado femenino de uno de los semidioses o
espíritus guías capaz de adentrarnos hacía la sabiduría de la inmortalidad y
portadora de los anillos de Shem[7].
Se la representaba en forma de estatua guardando el templo
que regía. Todos los dioses contaban con
sacerdotes o sacerdotisas que administraban sus correspondientes templos. A
Lilith[8] se la conocía como la “Mujer Escarlata”, unos dicen que por el color
de sus cabellos[9] y otros porque, en los ritos y ofrendas a la diosa, se
incluía la sangre humana. La sacerdotisa del templo de Lilith[10] se
especializaba en ritos de índole sexual en los que participaban otros
sacerdotes (incluso hombres ajenos al templo, como pudieran ser personajes de
alta alcurnia), pero siempre era la voluntad de la sacerdotisa la que
prevalecía sobre la de los hombres, a los que sometía sexualmente. Con estos
ritos se pretendía obtener una serie de beneficios físicos y espirituales: la
elevación del espíritu a estados de éxtasis o la tan añorada „eterna juventud‟
mediante la regeneración del cuerpo. Para esta última necesidad, la sacerdotisa
realizaba ofrendas misteriosas con la sangre de su menstruación.
Sin embargo, en la tradición asiria, Lamastu era un ente
nocturno maligno que dañaba a los seres humanos acarreándoles ciento una
enfermedades de diversos tipos, matando a los niños recién nacidos o los que
estaban por nacer y chupándoles la sangre a todos sin excepción. Era una diosa
temida en especial por las mujeres embarazadas, que, para protegerse, usaban
amuletos de otro dios, Pazuzu, que una vez consiguió someter a Lamastu.
Según la tradición del Egipto antiguo, los seres humanos
quisieron derrocar a los dioses. El personaje de Blasphemed y algunos magos
buscaban la manera de destronar a Ra, rey de dioses y de los hombres. Ra, al
oír hablar de las intenciones de los humanos, se reunió con el resto de los
dioses y decidieron llamar a Sekhmet, la fuerza contra la cual ninguna otra
fuerza sirve, para que se manifestara en la tierra y calmara la rebelión.
Sekhmet se manifestaría y castigaría a todos los que osaron irritar a los
dioses. Caminó entre hombres y los destruyó bebiendo su sangre, pero, cuando los
dioses decidieron que el castigo había sido suficiente, no encontraron la forma
de parar a Sekhmet, debido a su gran poder sobre todos; la raza humana estaba
en peligro de extinción por culpa de este ser femenino de gran belleza pero
también de gran poder destructor.
Ra envió al dios Sekti, en Heliópolis, una serie de plantas
colosales de la familia de la Solanaceae con las que se pueden elaborar drogas
muy potentes para la alteración de la mente y las mezcló con opio y cáñamo. A
esta mezcla, Sekti agregó cerveza y sangre humana llenando siete mil grandes
jarros de la sustancia, que ofreció a Sekhmet. De esta forma, cesaron las
matanzas y esta diosa fue recordada por su crueldad y su belleza extrema.
En la cultura mitológica clásica griega[11] existía la creencia
de que Lamia, hija de Libya y Belus, enamoró con su belleza al padre de todos
los dioses, Zeus, y que su esposa, Hera, enfurecida por verse otra vez engañada
por su marido, castigó a la pobre Lamia.
A partir de entonces, estaría obligada a devorar a sus propios hijos. Sin
embargo, esto dejó de ser un castigo cuando Lamia empezó a disfrutar con él,
convirtiéndose en un ser inmortal que chupaba la sangre [12] de los niños.
Para los romanos, miméticos de la cultura griega, esta
criatura era conocida con el nombre de Strix[13]. En la cultura india, los
seres análogos a Lilith son vampiras que se apuestan en las encrucijadas de los
caminos y beben la sangre de los elefantes. En Japón, encontramos la figura de
Nabeshima (una peculiar especie de felino vampiro) que ataca a la gente y
extrae la sangre de sus cuellos.
En la tradición judía, Lilith es un espíritu femenino de la
noche con claras connotaciones negativas (sexuales y antropófagas). Sus recién
nacidas son denominadas lilims. Al parecer, el mito de Lilith fue adoptado por
los judíos del de Lamastu durante su cautiverio en Babilonia. Algunos autores
judíos creen que “a pesar de que entre los jajamim hubo aquellos que
consideraban la existencia de la diablesa Lilith como posiblemente real, no
deja de ser la creencia de algunos individuos, y no materia asimilada por el
judaísmo”[14] ya que la Torá explica con claridad meridiana[15] y los
jajamim[16] enseñan con precisión que el primer ser humano era andrógino, macho
y hembra, y que Adán (Adam) en principio no era el nombre de un único ser
humano de sexo masculino, sino el nombre de la especie humana en su totalidad y
no en su individualidad.
Lilith en los escritos de carácter sagrado
Las referencias a Lilith son múltiples en numerosos
escritos:
Así, en el Talmud[17], Lilith es descrita como una amenaza
para los hombres que duermen solos, y se dice que, tras dejar Adán a Eva,
durante ciento treinta años aparecieron fantasmas (masculinos) y lilims
(nocturnos y femeninos) a partir del semen de Adán.
En el Alfabeto de Ben Sirah[18] se habla de Lilith como la
manifestación femenina en carne y hueso de Dios, al igual que Adán era su
complemento masculino (hechos ambos a partir de barro). Se presupone la primera
mujer de la creación con la que Adán debía convivir y extender la especie.
Cuando ella exigió igualdad con Adán en todos los ámbitos, incluso en el
sexual, Adán se negó. Esto provocó que Lilith deseara abandonar a Adán y
pronunció el Nombre Inefable[19] para huir de él. Adán rezó a Dios y éste,
apiadándose de sus lamentos, envió a tres emisarios[20] para que hicieran
volver a Lilith. Ésta, por su parte, se retiró a una cueva donde se encontró
con demonios con los que convivió y tuvo hijos. Los ángeles enviados la
amenazaron con que, si no regresaba a Adán, morirían cien de sus niños cada
día. Pero Lilith prefirió el castigo a vivir con Adán. Su venganza de este
castigo consistiría en dañar o matar a niños humanos. Los tres ángeles dejaron
de presionarla cuando ella juró que no atacaría a ningún niño que tuviese un
amuleto con los nombres y las imágenes de estos tres mensajeros divinos.
Restos del personaje de Lilith se pueden encontrar, por
ejemplo, en la Biblia: “Los chacales se encontrarán con las hienas y el macho
cabrío llamará a su compañero. La Lechuza (Lilith) morará allí tranquila y
encontrará su lugar de reposo”[21]. También, en los Manuscritos del Mar Muerto,
esta vez con Lilith en plural: “Y yo, el Sabio, declaro la grandeza de su
resplandor en orden a asustar y espantar a todos los espíritus de los ángeles
de la destrucción y los espíritus bastardos, demonios, Liliths, búhos y
chacales y aquellos que atacan inesperadamente para llevar por mal camino al
espíritu del conocimiento...”[22]. Aunque parece ser que la aparición más
antigua de Lilith se encuentra en el prólogo del Libro de Gilgamesh, en el que
Inanna es ayudada por Gilgamesh a deshacerse de Lilith, que había establecido
su morada en el árbol de la protagonista femenina.
Lilith no aparece en el Génesis como la primera mujer
probablemente porque la cultura patriarcal posterior triunfó durante milenios
sobre la matriarcal. A esta conclusión podemos llegar si se tiene en cuenta
que, por un lado, los textos sagrados que han llegado hasta nuestros días
muestran contradicciones y, por otro, no son la totalidad de los encontrados. Y
no se debe olvidar que parece ser que hubo dos versiones del Génesis, siendo la
segunda la que conocemos en la actualidad, pero, aún así, podemos encontrar
„restos‟ de la primera a poco que analicemos el texto: “Dios creó, pues, al hombre
a su imagen, conforme a la imagen de Dios lo creó, y los creó macho y hembra.
Dios los bendijo diciéndoles: „Tened fruto y multiplicaos, llenad la tierra y
sometedla; dominad en los peces del mar y sobre las aves del cielo y sobre
todos los animales que reptan en ella‟”[23]. Como vemos, es una contradicción
que luego diga: “Y dijo el Señor Dios: „No está bien que el hombre esté solo;
voy a hacerle una ayuda semejante a él”[24]; en definitiva, la archiconocida
historia de la costilla de Adán. Si se supone que Adán y Eva son los primeros
seres humanos, ¿cómo se explica que, cuando Caín es desterrado, se encuentre
con otros humanos en la tierra de Nod y forme una familia?[25].
“Y dijo el Señor Dios: „No está bien que el hombre esté
solo; voy a hacerle una ayuda semejante a él.'”
Posteriormente, la figura de Lilith se perdió difuminándose
en el tiempo y cayendo en el olvido, puesto que no interesaba que una mujer
fuese protagonista de los relatos religiosos. Escritos muy importantes,
coetáneos a los textos sagrados de la actual religión cristiana, en los que la
mujer desempeña un papel fundamental, han sido apartados de la investigación
pertinente[26]. Se presupone que en el germen de la religión cristiana había
profetisas, diaconisas, evangelistas y apóstoles mujeres que desempeñaban las
mismas funciones que los varones. Se conservan los nombres de mujeres que
predicaron la doctrina cristiana, algunas de las cuales son nombradas por san
Pablo en su Epístola a los Romanos[27], entre las que destaca a los apóstoles
mujeres Junia y Tecla de Iconio[28]; cabe incluir también aquí a la mujer
apóstol y evangelista gnóstica que escribió el Evangelio de María, del siglo
II, hallado en Copto. Además, se conoce a la diaconisa Febe y a las profetisas
Maximila y Prisca, de los montanistas de Frigia. Igualmente, las cuatro
profetisas hijas de Felipe, la profetisa Ana hija de Fanuel[29]; Jezabel,
profetisa de los nicolaitas de la ciudad Tiatira de Lidia, hoy Ak Hissar[30].
Por otra parte, en el Nuevo Testamento también aparecen otras figuras de
sacerdotisas, como Juana, piadosa mujer de condición social elevada, casada con
Cuza (Cusa), administrador de la casa de Herodes Antipas[31] y Susana, que,
junto con María Magdalena, eran las proveedoras de Jesús y socorrían las
necesidades materiales de los apóstoles, y los de aquellas sacerdotisas que se
encargaban de las ceremonias sagradas, como es el caso de las mujeres que
lloran tras la muerte de Jesús y las que realizan ceremonias sagradas de
unciones con perfumes[32]: María la de Cleofás, María Magdalena, María Salomé,
madre de los hijos de Zebedeo: Santiago y José (o Juan)[33]; la hermana de
María, María de Santiago y otras. Y también se sabe de la existencia de mujeres
sacerdotisas seguidoras de enseñanzas gnósticas.
Lilith en la literatura y el cine de nuestros días
Lilith es todo un símbolo para muchas feministas, que la
consideran la primera feminista de la historia y un símbolo de libertad sexual
sobre el hombre. De hecho, en Estados Unidos se realiza una gira musical
denominada Lilith Fair Tour, que agrupa a muchas de las mejores cantantes del
momento, sin que esto tenga nada que ver con motivación satánica alguna: se
trata de un homenaje a las mujeres en la música.
Por último, Lilith como mito vampírico y fuente de leyendas
que han favorecido con sus historias la industria del cine y la literatura,
como se verá a continuación. En efecto, el personaje de Lilith en sus
diferentes manifestaciones, ya demoníacas, ya angelicales, ha inspirado a
múltiples artistas. El poema Christabel, de Samuel Taylor Coleridge, muestra
mujeres que seducen sexualmente y extraen la sangre de sus víctimas;
Carmilla[34], del escritor irlandés J. Sheridan LeFanu; Horacio hablaba de una
lamia en su Ars Poetica; Whitley Strieber nos presentó a una de ellas en su
novela El Ansia[35] y John Keats le dedicó un poema completo a este tema.
Francia batió récord de taquilla con una superproducción cinematográfica El
quinto elemento, donde se habla de Lilith como suma perfección; Drácula, creado
por el escritor Bram Stoker[36], quien utilizó para sus oscuros propósitos toda
la mitología popular que circunda al príncipe Vlad Tepes (1430-1476), héroe de
Hungría en la guerra contra los turcos y manifestación masculina de Lilith; Ann
Rice, en sus obras sobre vampiros, habla de “la reina de los condenados”[37]
como madre de todos ellos, incluido el protagonista de varias de sus obras,
Lestat [38]; en la leyenda húngara encontramos a Erzsébet Báthory, una condesa
del siglo XVI, que fue juzgada por haber torturado y asesinado a más de
seiscientas cincuenta mujeres jóvenes. Según esta leyenda, la “Condesa Sangrienta”,
apelativo con el que se la conoce, asesinó a aquellas mujeres para bañarse en
su sangre y así mantener eterna su juventud. Por otra parte, Erzsébet es
considerada un símbolo del feminismo ya que, en esos días, muchísimo antes de
la liberación femenina, la condesa húngara mantuvo su propio apellido, mientras
que su marido el Conde Ferencz Nadasdy[40] cambió el suyo a Báthory.
El argumento se basa en la eterna lucha entre el bien y el
mal. A parte de los cuatro elementos reconocidos en Occidente: agua, fuego,
aire y tierra [41] representados en piedras talladas con simbología de las
culturas antiguas (se habla del primer idioma que fue de carácter universal),
se tiene conocimiento de la existencia de un quinto elemento complementario de
los anteriores e imprescindible para vencer al mal. Este quinto elemento es Lilith.
El personaje aparece con el pelo rojo, como cuentan las historias y leyendas, y
es tratada como suma perfección (solo eran perfectos Adán y Eva antes de ser
expulsados del Edén al ser marcados por el pecado original; por paralelismo,
Lilith también debe serlo ya que ella no fue expulsada del paraíso, sino que lo
abandonó por propia voluntad). Es inmortal, bella y tiene unos poderes
sobrehumanos. Existe una escena en la película que deja patente su rol de
libertad sexual: abofetea al protagonista masculino cuando la besa, expresando
su disgusto con la frase “Nunca sin mi permiso”. Esto denota la participación
activa y por igual en las relaciones íntimas con los hombres a las que se hacía
referencia anteriormente (el no someterse a la voluntad masculina es el
aparente motivo por el que Lilith abandona a Adán)
Lilith es enviada a la Humanidad para salvarla, siendo
necesario que sacrifique su inmortalidad para esta empresa. Sin embargo, su
fuerza sobrenatural y su inmortalidad no son totales puesto que puede ser
herida por la mano del hombre. Sólo un personaje místico que pasa desapercibido
en el transcurso de la película puede salvarla en caso de que sea dañada.
En la tradición legendaria de Hungría encontramos a Erzsébet
Báthory, una condesa del siglo XVI, que fue juzgada por haber torturado y
asesinado a más de seiscientas cincuenta mujeres jóvenes.
Con los argumentos precedentes, parece obvio que, a pesar de
no prestar una fidelidad plena a la historia de Lilith, sí es cierto que se han
basado en varios puntos vitales, tanto físicos como de personalidad, del mito
femenino para llevar a cabo el hilo argumental de la narración cinematográfica.
Esta superproducción francesa fue la más cara de la historia del cine francés
hasta que Astérix irrumpe en las salas de cine, en 1968, con su aventura
Astérix y Cleopatra, dejando de ser un proyecto para marcar un hito en la
cinematografía europea.
Sin embargo, se puede observar cómo la protagonista recibe
un trato alejado del machismo reinante durante siglos en nuestra cultura. No es
representada como vampiro ni como ser demoníaco, sino más bien como ángel
redentor y fuente de conocimiento que debe sacrificarse para el bien de todos;
en definitiva, como ser supremo que no acaba siendo destruido por su propia
superioridad ni muta en un ente maligno y depravado.
“Akasha: La reina de los condenados”
Esta producción americana está basada en una de las novelas
de Ann Rice, escritora muy reconocida en su país, dedicada por completo al
estudio del vampirismo en todas sus épocas y a la psicología de sus personajes
(nada convencionales por una parte y con gran fundamento bibliográfico por
otro). Rice acerca los protagonistas de sus novelas a lo mundano. Son seres
creados a partir de una psicología humana, por lo que se comportan en gran
medida como tales.
Su última obra llevada al cine ha sido titulada La reina de
los condenados, y narra la historia de un vampiro, ya presentado en otras obras
suyas anteriormente, que desea, como cualquier ser humano, alcanzar el éxito
ambicionando también ser el amo del mundo. Ha tenido contacto con la madre de
todos los vampiros de forma casual e indirecta y le ha hecho experimentar
sensaciones que jamás hubiera pensado que existieran: ha probado su sangre.
Como madre del vampirismo en esta película, aparece el
nombre de Akasha [42] en vez del de Lilith [43], y aquélla es tratada como ente
maligno y terriblemente destructor, incluso con los seres de su misma especie.
Aquí, sí se sigue el perfil demoníaco y malvado al que es avocada la figura de
Lilith en los escritos y representaciones pictóricas que se conservan. Ann Rice
quiere dar una vuelta de tuerca en la mezcla de información sobre la figura de
Lilith en el vampirismo y toma el nombre de un vampiro de origen japonés,
Kasha, que devoraba cadáveres en sus sepulcros. De esta forma, logra dotar de
mayor credibilidad a su personaje.
Akasha [44], sin embargo, difiere de la estética que se le
presupone a Lilith, pero nos hace presumir que se debe a requerimientos
estéticos de moda en el Hollywood actual ya que es una característica típica de
la industria del cine americano: el detrimento de la fidelidad a la historia en
pro de la estética y el potencial de distribución y aceptación de cara al
público que consume el producto.
Conclusión (Tiempos de Noé)
Lilith aparece en el Talmud y en La Biblia en Génesis y el
libro del profeta Isaías y según la versión que se lea se le conoce como Lamia,
lechuza, animal nocturno, Lilith, Etc.
Pero la historia de Lilith ha sido manipulada hasta el punto
de que casi llega a desaparecer si no hubiera sido por los fallos que
cometieron quienes intentaron sellar en el olvido a este personaje.
Por todos estos motivos, la descripción de la primera mujer
aparece envuelta en un halo etéreo de misterio que se desarrolla entre la leyenda
y el mito, germen perfecto para los soñadores actuales del séptimo arte y musa
inigualable para los escritores neorrománticos.
Toda la información que nos llega de esta mujer es en
momentos contradictoria y difusa. Pero no Queda duda de su existencia, aunque
para algunos creyentes cristianos les es difícil hablar del tema.
NOTAS
1 Eran poderes estelares conectados directamente con la Gran
Profundidad.
2 Representaban poderes lunares en conexión con el aire del
cielo nocturno.
3 También conocidos por Lamas.
4 A este grupo se asocia a Lilita; también eran conocidos
como Lilith.
5 Se simbolizaban estas puertas metafísicas colocando estatuas
de los semidioses en las puertas de los templos.
6 Una representación de un Lamatsu la muestra con cabeza de
leona, llevando una serpiente en cada mano y montando en el ‚Bote de los
Dioses‛ que cruza el Submundo.
7 Símbolos muy antiguos usados para mostrar que alguien ha
pasado a la inmortalidad cruzando el Submundo para alcanzar la sagrada sabiduría
del Árbol del Conocimiento (posible influencia para que la religión
judaico-cristiana la asocie con la serpiente que ofreció la manzana a Eva en
aquel famoso árbol).
8 Cuando, según la Biblia, Adán y Eva estuvieron separados
durante ciento treinta años, Eva tuvo relaciones carnales con Samael, que
adoptaba la forma masculina de un dragón andrógino, y Adán con Lilith, forma
femenina del mismo dragón. Según otros intérpretes hebreos, Lilith había sido
la primera mujer de Adán, al que ella abandonó tras haber disputado ambos quién
tenía mayor autoridad. Una versión diferente sostiene que Lilith, como primera
mujer de Adán, fue seducida por Satanás y se marchó con él. En una leyenda
hebrea, Lilith es esposa de Asmodeo y madre de demonios, y, sobre todo, reina
de los súcubos. Es el archidiablo cabalístico de la impureza.
9 Por este motivo, en la Antigüedad se creía que la persona
de pelo rojo podía tener como antepasado a alguien relacionado con Lilith, con
la consecuente posesión de un mayor poder físico y psíquico.
10 En sumerio, Lilith significa ‚viento‛. Fue Don Neroman,
anteriormente llamado Don Necroman, un ingeniero francés, quien, en el año
1930, comenzó a utilizar el nombre de Lilith para la Luna Negra.
11 Herodoto afirma que Homero y Hesíodoto fueron quienes
dieron nombre a los dioses y asignaron a cada uno de ellos su quehacer o
cometido.
12 Como podemos observar, en todas las culturas se asocia
esta figura mítica con la sangre, por lo que no es de extrañar la aparición
posterior de la leyenda de los vampiros y la íntima relación que guardan unos y
otros personajes.
13 El plural en latín es ‘strigae’, que luego evolucionó en
‘strega’, que significa ‘bruja’ en italiano.
14 Metzudat
Tzion a Ieshaiá (Isaías 13, 21).
15 Bereshit
(Génesis 1, 27; 5, 2].
16 Midrash Tehilim 139, 5.
17 Es una Guemarás donde se muestra el registro de las
discusiones e interpretaciones relativas a las leyes y enseñanzas de la Mishná,
de los eruditos durante el exilio en Babilonia.
18 Escrito entre el año 600 y el 1100.
19 Nombre secreto de Dios, impronunciable, que incluso
Moisés desconocía.
20 Senoy, Sansenoy y Semangolef.
21 Isaías 34, 14.
22 4Q510 frag. 11.4-6a; frag. 10.1f.
23 Génesis 1, 27-28.
24 Génesis 2, 18.
25 Génesis 4, 16-17.
26 Los Textos Gnósticos encontrados en 1946 en el antiguo
cenobio de Jenobosquion, actual Nag Hammadi en Egipto, datados desde el siglo
IV adne (entre los que se incluye el Evangelio de María) y publicados en 1979.
Estos Textos Gnósticos son coetáneos de algunos libros del Antiguo Testamento y
por tanto escritos desde el siglo IV adne. En ellos se muestra la alta
consideración femenina. Y los rollos de pergaminos encontrados en 1947 en las
cuevas de Uadi de Qumran cercanas al mar Muerto, escritas por los judíos
esenios, entre fines del siglo III adne y el año 68 adne, cuando los romanos
vencieron a esta secta.
27 Epístola a los romanos 16, 1 y en Hec. 9, 36.
28 El nombre de Tecla de Iconio aparece en el título del
Acta Pauli et Teclae de la Biblia apócrifa.
29 Lucas 2, 36.
30 Apocalipsis 2, 20.
31 Lucas 8, 2.
32 Juan 20, 11.
33 Lucas 24, 1, 10.
34 Fuente de inspiración para la Trilogía Karnstein, que
incluye Vampire Lovers, Lust for a Vampire y Twins of Evil.
35 Llevada al cine por Tony Scout.
36 Y llevada al cine por el genial director Francis Ford
Coppola, tío del famoso actor Nicolas Cage.
37 Da título a una película, supuesta continuación de
Entrevista con el vampiro. En este largometraje, la madre de todos los vampiros
recibe el nombre de Akasha, ‘Fuente del Conocimiento’, como también se la presupone
a Lilith.
38 Entrevista con el vampiro, llevada al cine con actores de
la talla de Tom Cruise, Brad Pitt o Antonio Banderas.
39 Los personajes de las películas Countess Dracula,
Daughters of Darkness y The Night of the Walpurgis se inspiran directamente en
la vida de la condesa Erzsébet Báthory
40 El Conde prefirió el campo de batalla a la vida
doméstica, por lo cual se ganó una reputación como ‚El Héroe Negro‛ de Hungría.
41 En la cultura Oriental añaden un quinto elemento, que es
la madera (en asociación con las personalidades, compañeros de viaje y
horóscopos).
42 Akasha, la luz astral, definida como un fluido etéreo
existente más allá del alcance de los sentidos humanos.
43 Akasha y Lilith tienen en común la capacidad de trasmitir
el Conocimiento pleno. Akasha es el nombre que se le da al registro o memoria
del Cosmos, entendido éste como Conocimiento pleno y es el nombre sánscrito
para el Éter.
44 En la tradición morisca, el quinto elemento recibe el
nombre de Akasha, de ahí la conexión entre ambas películas.