jueves, 23 de mayo de 2013

ENERGIA VITAL EN MEDITACION













La causa original de toda tensión es el querer llegar a ser. Uno siempre está intentando ser algo, porque nadie se siente bien consigo mismo tal como es. El ser no se acepta, se niega, y algo distinto se adopta como un ideal y se quiere llegar a ser eso. La tensión básica siempre reside entre aquello que tú eres y aquello que anhelas llegar a ser.  Tú deseas llegar a ser algo. Tensión significa que no estás contento con lo que eres y que anhelas llegar a ser lo que no eres; entre ambos se crea la tensión. Aquello que deseas llegar a ser es irrelevante... Si deseas enriquecerte, ser famoso, ser poderoso, incluso si deseas ser libre, un liberado, ser divino, inmortal... incluso si anhelas la salvación, moksha, el nirvana, habrá tensión. Todo aquello que se desea colmar en el futuro, en contra de ti tal como tú eres, crea tensión. Cuanto más imposible es el ideal, más tensión habrá. Por eso la persona materialista generalmente no está tan tensa como la persona religiosa, porque la persona religiosa está anhelando lo imposible, lo remoto. La distancia es tan grande que solamente una gran tensión puede llenar la brecha.  Tensión significa una brecha entre lo que eres y lo que quieres ser. Si la brecha es grande, la tensión será grande. Si la brecha es pequeña, la tensión será pequeña. Y si no hay brecha, significa que estás satisfecho con lo que eres. En otras palabras, no anhelas ser otra cosa que aquello que eres. Entonces tu mente existe en el momento presente. No hay motivo para estar tenso; estás relajado contigo mismo. Para mí, cuando no hay una brecha entre lo que eres y lo que quieres ser, eres religioso.  La brecha puede tener muchos niveles. Si el anhelo es físico, la tensión será física. Cuando anhelas un determinado tipo de cuerpo, una forma específica —si anhelas algo distinto de lo que eres a nivel físico— entonces habrá tensión en tu cuerpo físico. Si quieres ser más agraciado, más agraciada, tu cuerpo se tensa. Esta tensión empieza en tu primer cuerpo, el cuerpo físico; pero si es insistente, constante, puede ir más profundamente y extenderse a otros niveles de tu ser.  Si anhelas poderes psíquicos, la tensión empezará a nivel psíquico y se extenderá. Se extiende de igual forma que cuando tiras una piedra a un lago. La piedra cae en un punto, pero las vibraciones que crea se extienden hasta el infinito. Las tensiones pueden empezar en cualquiera de los siete cuerpos, pero la causa original es siempre la misma: la brecha entre lo que eres y el estado que anhelas.  Si tienes un determinado tipo de mente y quieres cambiarla, transformarla; si deseas ser más perspicaz, más inteligente, se creará tensión. Solamente cuando nos aceptamos totalmente cesa la tensión. Esta aceptación total es el milagro, el único milagro. Encontrar a alguien que se ha aceptado a sí mismo totalmente es insólito.  Lo existencial no conoce tensión. La tensión siempre se debe a lo hipotético, a las posibilidades no existenciales. En el presente no hay tensión; la tensión siempre proviene de orientarse hacia el futuro. La tensión proviene de la imaginación; te imaginas a ti mismo de una forma distinta de lo que eres. Este potencial que ha sido imaginado creará tensión. Cuanto más imaginativa sea la persona, más posibilidades tiene de crear tensión. En ese caso la imaginación se ha vuelto destructiva. La imaginación también puede ser constructiva, creativa. Si toda tu capacidad de imaginación se centra en el presente —en el momento presente, no en el futuro—, entonces puedes ver tu existencia poéticamente. Tu imaginación no está creando un anhelo; se está utilizando en el vivir. Y este vivir en el presente está más allá de la tensión.  Los animales no está tensos, los árboles no están tensos, porque no tienen la capacidad de imaginar. Están por debajo de la tensión, no más allá de ella. Su tensión es solamente potencial, no se ha hecho actual. Están evolucionando. Llegará un momento en que las tensiones explotarán en sus seres y empezarán a anhelar un futuro. Es inevitable que sea así. La imaginación se vuelve activa. La primera actividad de la imaginación es la creación del futuro. Creas imágenes, y debido a que la realidad no se corresponde, creas más y más imágenes. Generalmente no puedes concebir la imaginación en relación al presente. ¿Cómo puedes ser imaginativo en el presente? Parece que no hay ninguna necesidad. Este punto debe entenderse.  Si puedes estar conscientemente presente en el ahora, dejarás de vivir en tu imaginación. Entonces la imaginación estará libre para crear en el presente. Solamente se precisa el enfoque adecuado. Si la imaginación se orienta a lo real, empieza a crear. La creación puede tomar cualquier forma. Si eres un poeta, se vuelve una explosión de poesía. La poesía no será un anhelo por el futuro sino una expresión del presente. Si eres un pintor, la explosión será pictórica. La pintura no será una expresión de algo tal como lo has imaginado sino de algo como lo has conocido, como lo has vivido. Cuando no vives en la imaginación te abres al presente, el presente se te ofrece. Puedes expresarlo o puedes moverte en el silencio.  En este caso el silencio no es un silencio muerto, algo que se practica. Este silencio también es una expresión del momento presente. El momento es tan profundo que ahora solamente puede expresarse a través del silencio. Ni siquiera la poesía es adecuada; ni siquiera la pintura es adecuada. Ninguna expresión es posible. El silencio es la única expresión. Este silencio no es algo negativo sino, por el contrario, un florecimiento positivo. Algo ha florecido en ti, la flor del silencio, y a través de este silencio todo lo que estás viviendo se expresa.  Hay un segundo punto que también debe entenderse. Esta expresión del presente a través de la imaginación no es ni una imaginación del futuro ni una reacción al pasado. No es la expresión de alguna experiencia que has conocido. Es la experiencia de estar experimentando, tal como lo estás viviendo, tal como te está sucediendo. No es una experiencia vivida sino un proceso vivo de experimentación.  Entonces tu experiencia y el experimentando no son dos cosas; son una, la misma. Entonces no hay pintor. El experimentando se ha vuelto la pintura; el propio experimentando se ha expresado. Tú no eres un creador; eres creatividad, una energía viva. No eres un poeta; eres poesía. La experiencia no es para el futuro o para el pasado; no proviene ni del futuro ni del pasado. El propio momento se ha vuelto eternidad y todo proviene de él. Es un florecer...

Los ciclos de siete años en la vida de un ser humano. ¿Cuál es el significado?

De hecho, hay un ciclo de siete años en toda vida. Cambiamos cada siete años: un ciclo se completa. Y todos los grandes cambios ocurren entre el final de un ciclo y el comienzo del siguiente ciclo. Primero, a la edad de siete años el niño deja ya de ser un niño pequeño; comienza un mundo totalmente diferente. Hasta entonces era inocente. Ahora comienza a aprender las artimañas del mundo, la astucia, todas las decepciones, los juegos; comienza a aprender a fingir, comienza a llevar máscaras. La primera capa de falsedad comienza a rodearle.  A la edad de catorce, el sexo, que nunca había sido un problema hasta entonces, aflora súbitamente en su ser... y su mundo cambia, ¡cambia completamente! Por primera vez empieza a interesarse por el otro sexo... Emerge una visión totalmente nueva y él comienza a soñar y a fantasear. Y así prosigue... A la edad de veintiuno, nuevamente: ahora son los juegos de poder, los juegos del ego, la ambición; ahora está dispuesto a entrar en algún juego de poder, a conseguir más dinero, a hacerse más famoso, a esto y a lo otro. Eso son los veintiún años. Nuevamente se ha completado un ciclo.  A los veintiocho, nuevamente: se asienta, comienza a pensar en la seguridad, en el confort, en el saldo bancario. Por eso tienen razón los hippies cuando dicen: «No confíes en nadie de más de treinta años». De hecho, deberían decir veintiocho, porque es entonces cuando una persona se vuelve formal. A la edad de treinta y cinco nuevamente comienza a ocurrir un cambio, porque a los treinta y cinco uno está casi en la cumbre de la vida. Si un hombre va a morirse a los setenta, que es lo normal, entonces los treinta y cinco parecen ser la cumbre. El ciclo mayor ha llegado a mitad de camino y el hombre empieza a pensar en la muerte, comienza a tener miedo. El temor aflora. Esta es la edad, entre los treinta y cinco y los cuarenta y dos, en la que sube la tensión sanguínea y ocurren las úlceras, los ataques al corazón y todo tipo de cosas... debido al miedo. El miedo crea todas estas cosas: el cáncer, la tuberculosis... Un hombre se hace propenso a todo tipo de accidentes porque el temor ha entrado en su ser. Ahora la muerte parece acercarse: él dio el primer paso hacia la muerte el día que sobrepasó los treinta y cinco.  A la edad de cuarenta y dos una persona comienza a ser religiosa. Ahora la muerte no es algo meramente intelectual; él está más y más alerta ante ella y quiere hacer algo, realmente hacer algo, porque si espera más será demasiado tarde... A los cuarenta y dos años una persona necesita alguna religión, al igual que a los catorce necesitó una mujer o ella necesitó un hombre con quien relacionarse; la relación sexual era necesaria. Exactamente lo mismo ocurre a los cuarenta y dos: ahora se necesita una relación religiosa. Uno necesita un Dios, un maestro, algo a lo que rendirse, algún lugar adonde ir y descargarse.  A la edad de cuarenta y nueve una persona se asienta al respecto de la religión. La búsqueda ha concluido y la persona se asienta.  A la edad de cincuenta y seis, si las cosas van naturalmente y la persona sigue su propio ritmo, comenzará a obtener nuevos vislumbres de lo divino.  A la edad de sesenta y tres, si todo va de modo natural, tendrá su primer satori. Y si esto ocurre a la edad de sesenta y tres, si ha tenido su primer satori, morirá de una hermosa muerte a la edad de setenta.  Entonces la muerte no será una muerte: será una puerta a lo divino, será un encuentro con el amado.

¿Puedes hablar acerca del sexo y la salud?

Todo lo que las religiones han calificado de malo puede utilizarse de una manera tremendamente beneficiosa.  Por ejemplo: el sexo lo han condenado como malo y como un quehacer del diablo, pero si condenas el sexo entonces te vuelves incapaz de transformar su energía...  Y es simplemente energía. Puede moverse en cualquier dirección, hacia abajo o hacia arriba. Si lo aceptas, a partir de la propia aceptación comienza a moverse hacia arriba porque le estás ofreciendo tu amistad. En el momento en que lo rechazas estás creando una enemistad, una división en ti mismo. Esta división entre Dios y el diablo no está tan sólo ahí, en los libros sagrados. Ha penetrado en ti, te ha vuelto esquizofrénico. Una parte piensa: «Este soy yo —la parte buena—, y la parte mala debe de pertenecer al diablo». Estás dividido. Ahora, ¿cómo cambiarás esa parte que has rechazado de tu ser como ajena a ti? Está ahí, y es intensamente poderosa. Tu rechazo la hace más intensa porque no la utilizas, porque sigues acumulándola, sigues reprimiéndola.  El noventa por ciento de las enfermedades mentales del mundo no son nada más que sexualidad reprimida. Si podemos aceptar como natural la sexualidad, el noventa por ciento de las enfermedades mentales simplemente desaparecerán, y desaparecerán el cincuenta por ciento de las enfermedades físicas, simplemente, sin dejar traza. Y encontrarás que por primera vez los seres humanos entran en una era totalmente nueva de salud, bienestar y totalidad.  Para mí sólo es sagrada esa totalidad cuando tu esquizofrenia no está ya ahí; cuando eres una unidad —una unidad integrada— y lo suficientemente valiente como para aceptarlo todo, para aceptar que: «Esto soy yo. Sea lo que sea, soy yo; y voy a hacer uso de ello lo mejor que pueda».

¿Podrías hablar acerca de la energía sexual? Energía sexual es otra manera de nombrar a la fuerza vital. La palabra «sexo» ha sido condenada por las religiones; por lo demás, no tiene nada de malo. La energía sexual es una energía natural: tú has nacido de ella; es tu energía creativa. Cuando el pintor pinta o el poeta compone o el músico interpreta o el bailarín danza, todo ello no son sino expresiones de la fuerza vital.  No sólo nacen niños de la energía sexual, sino que todo cuanto ha creado el hombre sobre la Tierra proviene de la energía sexual. La energía sexual puede experimentar múltiples transformaciones: al nivel más inferior es biológica, al nivel más elevado es espiritual. Debe comprenderse que toda la gente que es creativa es altamente espiritual. Mira los poetas, mira los pintores, mira los bailarines: todas las personas creativas son altamente espirituales, y lo mismo es cierto acerca de las personas a las que yo llamo místicas. Es posible que ellas sean las personas más sexuales de la tierra, porque están repletas de energía vital, abundante, desbordante...  En la energía sexual reside tu potencial de crecimiento espiritual. Puedes iluminarte debido únicamente a tu energía sexual. He estado indagando durante casi treinta y cinco años en toda clase de libros, en raros escritos del Tíbet y Ladakh y China y Japón —la India tiene el mayor número de escrituras del mundo—, y he estado buscando una cosa: ¿ha existido alguna vez una persona iluminada que fuera impotente? Pero no hay ninguna incidencia registrada en ninguna parte.

No ha habido un gran poeta ni un gran cantante ni un gran escultor ni un gran científico que fuera impotente. ¿Cuál es el problema que tiene una persona impotente? ...........

  Shakinah,  aprecia la sabiduría y humildad manifiesta por Osho.





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