lunes, 18 de febrero de 2013

LOS MANUSCRITOS DE GUODIAN - TAI YI SHENG SHUI














ESTUDIO PRELIMINAR DE UN MANUSCRITO TAOÍSTA

HALLADO EN CHINA: TAI YI SHENG SHUI

POR ALBERT GALVANY

Université de Paris VII- Denis Diderot *
 

RESUMEN: El importante descubrimiento arqueológico de Guodian en 1993 ha

aportado nuevas perspectivas para el estudio de la historia intelectual de la China antigua.

Junto con parte de la copia más antigua del Laozi, los arqueólogos recuperaron

un texto inédito de clara inspiración taoísta. Dicho escrito arroja una nueva luz en

torno a la formación del pensamiento cosmogónico, religioso y filosófico en la China

de los Reinos Combatientes. El triple objetivo de este trabajo preliminar es ofrecer

una descripción detallada del hallazgo arqueológico, una transcripción del texto, así

como una traducción anotada del mismo.

PALABRAS CLAVE: Guodian, China antigua, historia intelectual, cosmogonía,

Laozi, taoísmo.

ABSTRACT: Guodian significant archaeological discovery in 1993 introduced some

innovative perspectives on the study of early Chinese intellectual history. Found in

the midst of the most ancient copy of the Laozi, archaeologists unearthed a new and

unknown Taoist bamboo-slip manuscript. This text has initiated another understanding

on the origin and development of Warring States cosmogonic, religious and

philosophical thought. The purpose of this preliminary study is threefold: to describe

the context and details of the archaeological site, to present a full transcription of

the text as well as to suggest an annotated translation of this important manuscript.

KEY WORDS: Guodian, early China, intellectual history, cosmogony, Laozi,

Taoism.

 

* La redacción de este artículo ha sido posible gracias a una ayuda otorgada por el

Gobierno Vasco para llevar a cabo una estancia investigadora en la Universidad de

Harvard durante julio de 2001 y una beca de investigación concedida por la Fundación

Chiang Ching-kuo (PhD Dissertation Fellowship) en junio de 2002. Quisiera expresar mi

más sincera gratitud a los profesores Jean Levi (CNRS), Michael J. Puett (Harvard Univerity),

Romain Graziani (Université de Paris VII) y Song Gang (Inalco) por haber contribuido

a mejorar el resultado final de este trabajo. Mi reconocimiento también a los profesores

Carine Defoort (Leuven Katholieke Universiteit), Donald Harper (Chicago

University) y Attilio Andreini (Universitá Ca’Foscari) que aceptaron compartir desinteresadamente

sus conocimientos conmigo. No obstante, los errores y carencias que este

artículo contiene a buen seguro no son imputables a ninguna de las personas arriba

mencionadas, sino tan sólo a quien escribe y firma estas líneas.

 

El objeto del presente artículo no es otro que el de exponer al público hispanohablante el contenido de un manuscrito hallado en China en el conjunto arqueológico de Jingmen Guodian en el año 1993. Este descubrimiento se ha revelado extremadamente valioso para el estudio y la comprensión de la historia intelectual de la China antigua en la medida en que en el interior de la tumba número 1 de dicho conjunto se encontró, además de diversos objetos, un cuantioso material escrito. Entre dicho material, destacan varios capítulos y pasajes que han sido identificados como pertenecientes al importante texto filosófico taoísta conocido como Laozi . El material manuscrito referido al Laozi contiene aproximadamente el cuarenta por ciento de la edición considerada como canónica contenida en el comentario elaborado por Wang Bi (226-249 d.C.) que los editores chinos han decidido dividir en tres secciones: A, B, y C.

Precisamente, la última y más breve de estas secciones (C) incluye el texto denominado Tai yi sheng shui .

A lo largo de este artículo trataremos de presentar brevemente las circunstancias y detalles del descubrimiento arqueológico, para ofrecer después la transliteración y, finalmente, una primera traducción del importante e inédito hasta la fecha manuscrito taoísta conocido como Tai yi sheng shui.

 

1. EL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE GUODIAN

El complejo arqueológico de Guodian es uno de los veinte complejos funerarios que han sido identificados en el área de las montañas Jishan , en la actual provincia de Hubei , a nueve kilómetros en dirección norte de la antigua capital del país de Chu , Ying , cerca del actual núcleo urbano de Jingmen 1. Los veinte complejos funerarios de dicha área comprenden cientos de tumbas individuales; alrededor de

 

1 De acuerdo con las fuentes textuales antiguas, principalmente el Guoyu y el

Chunqiu Zuo zhuan , la primera capital del estado de Chu fue Danyang

. Sin embargo, a comienzos del período histórico denominado Primaveras y Otoños

(770-476 a.C.), la capital fue trasladada a Ying hasta que, a finales de dicho

período, se implantó en Ruo para volver a Ying casi inmediatamente. En el año 278

a.C., el general Baiqi del estado de Qin sitió Ying, por lo cual se decidió trasladar

la capital a Chen (nombre impuesto por el propio estado de Chu a la antigua ciudad de

Huai Yang ). En el año 253 a.C., la capital se trasladó a Juyang y, de nuevo, en el

año 241 a.C., a Shouchun . Finalmente, el estado de Chu fue destruido en el año 223

a.C. por el potente estado de Qin que, a penas dos años más tarde, concluiría la primera

unificación del imperio chino. Para una reconstrucción de la geografía de Chu, véanse los

artículos de Barry B. Blakeley, “On the Location of the Chu Capital in Early Chunqiu

Times”, Early China 15 (1990): 49-70 y de Mitsuru Taniguchi, “Ch’u Bamboo Slips from

the Warring States Period and the Historical Geography of the Chu State”, Acta Asiatica

80 (2001): 27-35.

 

trescientas de estas tumbas individuales son visibles aún hoy en día, mientras que quizás permanezcan ocultas una cantidad que oscila entre el doble o el triple del número de tumbas visibles. Teniendo en cuenta la extensión de esos complejos funerarios, su proximidad a la antigua capital del país Chu del período de los Reinos Combatientes (479-221 a.C.), así como la riqueza del contenido de los mausoleos que han sido estudiados por los arqueólogos, es posible sostener que la mayor parte de dichas sepulturas pertenecieron a familias dirigentes del reino o estado de Chu.

En particular, la tumba que ocupa nuestro interés, identificada por los arqueólogos como tumba Guodian número 1, no fue objeto de estudio más que a raíz de un desafortunado incidente. Hacia finales de verano del año 1993, un grupo de desvalijadores trató de penetrar en la tumba. En opinión de los expertos, el botín de los ladrones fue mínimo, en parte, gracias a que la tumba se inundó a causa del pasadizo que los propios ladrones hicieron con el fin de alcanzar la tumba. A partir de ese momento, los equipos arqueológicos del museo municipal de Jingmen emprendieron la excavación oficial y sistemática de la tumba. Entre los objetos recuperados, destacan diversas piezas de cerámica, bronce y madera, un instrumento musical qin (cítara) de siete cuerdas, una hebilla de jade, y una espada de bronce de doble filo. A pesar de que ninguno de los documentos u objetos recuperados contenga alguna fecha explícita o referencia histórica y de que el ocupante de la tumba tampoco haya podido ser identificado, las similitudes estructurales y de contenido en relación con la cercana tumba de Baoshan , que sí contiene un documento referido a un evento histórico acontecido en el año 323 a.C., permiten establecer la datación de la tumba número 1 de Guodian alrededor del año 300 a.C2. En ese mismo sentido, la evidencia de orden ortográfico revelado en

 

2 La identidad del ocupante de la tumba no ha podido ser precisada hasta ahora por los equipos arqueológicos. Con todo, considerando las particularidades de los objetos hallados en el interior de la misma, todo parece indicar que pertenecía a los estratos inferiores de la aristocracia Chu. Además, teniendo en cuenta, por un lado, la cantidad y el tipo de manuscritos (en lugar de los clásicos almanaques, inventarios, o testimonios de prácticas adivinatorias, comunes en el resto de las tumbas de Baoshan, los manuscritos de la tumba número 1 de Guodian son fundamentalmente textos filosóficos) y, por otro lado, la inscripción en una de las vasijas halladas en la sepultura en la que se puede leer la frase “Maestro del Palacio del Este” (dong gong zhi shi ), algunos expertos consideran altamente probable que el ocupante hubiera desempeñado funciones de maestro o preceptor en la corte Chu (véase

Li Xueqin , “Jingmen Guodian Chujian zhongde Zi Si zi ”, Wenwu tiandi 2 (1998): 28-30). Se han lanzado incluso algunas hipótesis para determinar la identidad del ocupante; entre ellas quizás la más relevante sea la del sinólogo

Jiang Guanghui que considera probable que se tratara del experto confucianista, oriundo de Chu y mencionado en Mengzi 3A, Chen Liang : véanse sus artículos “Guodian Chujian yu zaoqi ruxue ”, Zhongguo zhexue 20

(1999): 81-92 y “Guodian yi hao mu mu zhu shi shei ”, Zhongguo zhexue 20 (1999): 396-398. En cuanto a la edad del ocupante, y a la espera de que se realicen estudios físicos que arrojen sobre esta cuestión mayor exactitud, es posible aventurar un

 

los manuscritos hallados en dicha tumba parece confirmar o, al menos,

reforzar esta hipótesis3.

 

2. LOS MANUSCRITOS DE GUODIAN

 

Tal y como hemos señalado al comienzo de este artículo, la tumba número 1 de Guodian ha marcado un nuevo hito en la arqueología china de las últimas décadas. Teniendo en cuenta, además, la posibilidad de que los ladrones que penetraron en la tumba hubieran podido sustraer parte del contenido de la misma, lo cierto es que el yacimiento de Guodian representa probablemente el hallazgo arqueológico más importante, al menos en lo que se refiere a la recuperación de manuscritos filosóficos del período de los Reinos Combatientes, desde que se descubrieran los trascendentales documentos de Mawangdui en 1973. El número total de tiras o listones de bambú recuperados en la tumba número 1 de Guodian asciende a ochocientas. Después de haber permanecido durante más de dos mil años en unas condiciones muy poco

favorables y de haber sufrido incluso la inundación del nicho, las tiras

 

cálculo aproximado a partir de los objetos rituales exhumados por los arqueólogos: se recuperaron dos vasijas rituales con forma de cabeza de paloma que, de acuerdo con las ceremonias rituales de la época, se entregaban únicamente a aquellas personas que habían sobrepasado los ochenta años. Más allá de estas consideraciones técnicas, el hecho de que, supuestamente, uno de los preceptores o tutores cortesanos del país de Chu, estrechamente vinculado a la ideología y la tradición confuciana, poseyera una copia del Laozi evidencia sin duda el grado de expansión y popularidad alcanzado por dicha obra ya en las inmediaciones del año 300 a. C.

3 En todo caso, es posible determinar una fecha límite para las tumbas de Jingmen:

tal y como hemos referido en la nota 1del presente artículo, el estado de Chu fue invadido

por las tropas del general Baiqi del estado de Qin en el año 278 a.C. y ello obligó a

abandonar el lugar y trasladar la capital a Chen (Huai Yang), por lo que en ningún caso el

enterramiento de la tumba no. 1 de Guodian puede ser posterior a ese año. Para un estudio

más exhaustivo sobre los trabajos arqueológicos realizados en el área de Guodian y sobre

las hipótesis de datación del complejo, véanse sobre todo el artículo editado por el

Hubeisheng Jingmenshi Bowuguan , “Jingmen Guodian Yihao Chu Mu

”, Wenwu 7 (1997): 35-48 y el estudio comparativo de Wang

Baoxuan , “Jianlun Guodian ji Baoshan Chu mu de shidai wenti

”, Zhongguo zhexue 20 (1999): 183-187. Sobre la

naturaleza de los objetos hallados en la tumba nº 1 en relación con la cultura del país de

Chu, el lector interesado puede acudir, entre otros, al artículo de Li Boqian, “A Brief

Account of the Origins and the Development of Chu Culture”, en la obra colectiva editada

por S. Allan & C. Williams, The Guodian Laozi. Proceedings of the International

Conference, Dartmouth College, 1997, The Society for the Study of Early China & The

Institute of East Asian Studies, University of California, Berkeley, 2000, pp. 9-22. Por

último, para un análisis de la ortografía y del estilo característicos de los manuscritos Chu,

véanse las investigaciones de Teng Rensheng , Chu xi jian bo wenzi bian

, Hubei jiawu chubanshe, Wuhan, 1995 y de Li Yunfu , Chuguo jian

bo wenzi gouxing xitong yanjiu , Yuelu shushe, Changsha, 1997.

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de bambú se encontraron completamente ennegrecidas e ilegibles. Tras un complejo y exhaustivo trabajo de limpieza y restauración que duró aproximadamente tres meses (de octubre a diciembre de 1993) y que fue realizado por el equipo de conservadores del museo municipal de Jingmen, el número de las listones de bambú que contenían caracteres escritos o sinogramas alcanzaba finalmente la cifra de 730 unidades4.

Estos listones de bambú no presentan unas dimensiones uniformes por lo que, en general, los especialistas coinciden en distinguir tres categorías en función de su longitud: un primer grupo compuesto por tiras de bambú largas cuya longitud aproximada es de 33 cm.; un segundo grupo compuesto por tiras de tamaño intermedio cuya longitud oscila entre los 31 y 26 cm.; y un tercer grupo compuesto por tiras de tamaño menor cuya longitud oscila entre los 15 y 18 cm. A esta clasificación por longitud, le acompaña asimismo una división morfológica de las tiras: los extremos superiores e inferiores del soporte de bambú pueden ser o bien de una forma rectilínea, al hacer un ángulo recto con el eje longitudinal, o bien de una forma aguzada. Además, todas las tiras de bambú presentan dos o tres perforaciones que, presumiblemente, servían para unir las diferentes tiras mediante cintas o trencillas; las tiras de longitud grande y mediana poseen dos incisiones mientras que las de longitud menor estaban perforadas en tres puntos (en la parte superior, en el medio y en la parte inferior). Debido a que con el paso del tiempo las trencillas que mantenían unidas las diferentes tiras desaparecieron y que, tal y como hemos señalado, la tumba permaneció durante algún tiempo inundada de agua, en el momento de su recuperación las tiras de bambú se encontraban en un desorden completo. La reorganización del material manuscrito se llevó a cabo siguiendo sobre todo la lógica y la coherencia del propio contenido de las tiras aunque, en los casos en que no era posible determinar el orden con precisión a partir de la sucesión de caracteres, las singularidades morfológicas que acabamos de mencionar más arriba supusieron también un apoyo importante para distinguir y editar los diferentes grupos de textos5. Así, los manuscritos de Guodian han sido finalmente divididos y organizados por los editores chinos en trece apartados diferentes, de suerte que cada apartado está constituido o bien

 

4 Para una breve descripción y explicación de los trabajos de restauración y limpieza

a los que fueron sometidos los manuscritos de Guodian, nos remitimos al artículo de

Peng Hao, “Post-Excavation Work on the Guodian Bamboo-Slip Laozi: A Few Points of

Explanation”, en S. Allan & C. Williams (eds.), The Guodian Laozi. Proceedings of the

International Conference, pp. 33-37.

5 El conjunto de manuscritos de Guodian ha sido reproducido fotográficamente,

transcrito en caracteres regulares y anotado en el volumen titulado Guodian Chu mu

zhujian , editado por el museo municipal de Jingmen (Jingmenshi Bowuguan

), Wenwu chubanshe, Beijing, 1998. Todos los fragmentos o pasajes pertenecientes

a este conjunto de manuscritos serán citados en este artículo, salvo excepción, a

partir de dicha edición.

 

 

por un solo texto o bien por un grupo de textos vinculados entre sí: (i) Laozi (71 listones), (ii) Tai yi sheng shui (14 listones), (iii) Zi yi (47 listones), (iv) Lu Mugong wen Zi Si (8 listones), (v) Qiongda yishi (15 listones), (vi) Wu xing (50 listones), (vii) Tang Yu zhi dao (29 listones), (viii) Zhongxin zhi dao (9 listones), (ix) Cheng Zhi wenzhi (40 listones), (x) Zun deyi (39 listones), (xi) Xing zi ming chu (67 listones), (xii) Liu de (49 listones), (xiii) Yucong (265 listones).

En cuanto al contenido filosófico de estas obras, es preciso señalar que exceptuando los fragmentos pertenecientes al Laozi (i) y al texto inédito Tai yi sheng shui (ii), ambos vinculados a la corriente taoísta, el resto se inscriben en una clara y marcada línea confucianista. De hecho, es posible incluso que al menos ocho de las trece obras que los editores chinos han convenido en distinguir y cuya lista acabamos de reproducir, exceptuando eso sí los dos tratados taoístas, pertenezcan o formen parte de la obra del célebre filósofo confuciano Zi Si (492-431 a.C.), nieto del propio Confucio (551-479), y de sus discípulos6.

 

3. LOS MANUSCRITOS DEL LAOZI (A, B, Y C)

Tal y como hemos afirmado anteriormente, del importante corpus de

manuscritos hallados en Guodian aquellos que, al menos inicialmente,

atrajeron gran parte de la atención de los expertos fueron los grupos de

tiras o listones impresos que contenían pasajes del texto taoísta tradicio-

 

6 Cf. Robert Henricks, Lao Tzu’s Tao Te Ching. A Translation of the Startling New

Documents Found at Guodian, Columbia University Press, New York, 2000, p. 5. A su vez,

el profesor Robert Henricks apoya esta hipótesis en los resultados de una investigación realizada

por el sinólogo chino Li Xueqin en su ya mencionado artículo, “Jingmen Guodian

zhongde Zi Si zi”. En el mismo sentido, véanse las aportaciones de Jiang Guanghui

, “Guodian Chujian yu Zisi zi: jian tan Guodian Chujian de sixiangshi yiyi

”, Zhongguo zhexue 20 (1999): 88 y

de Pang Pu , “Chudu Guodian Chujian ”, Lishi yanjiu (1998.4):

6. A pesar de ser la hipótesis que más adeptos ha generado, lo cierto es que la cuestión no está

aún resuelta y otro grupo de expertos sostiene que la autoría de dichos documentos no debe

situarse en la órbita intelectual de Zi Si (492-431 a.C.) o de Mengzi (390-305 a.C.) sino, más

bien, en la línea del confucianismo representado por Gaozi (420-350 a.C.): Li Zehou

, “Chudu Guodian zhujian yinxiang jiyao ”, Daojia wenhua

yanjiu 17 (1999): 420-421, Chen Lai , “Jingmen zhujian zhi ‘Xing zi

ming chu’ pian chutan ”, Zhongguo zhexue 20 (1999):

295-296 y Paul R. Goldin, “Xunzi in the light of the Guodian manuscripts”, Early China 25

(2000): 139-146. Para un análisis y reconstrucción de las fechas de nacimiento y muerte de

esos pensadores, me remito al estudio ya clásico de Qian Mu , Xian Qin zhuzi xinian

, Shangwu, Beijing, 2002.

 

nalmente conocido como Laozi. Para el conjunto de manuscritos que conforman la versión Guodian del Laozi, los editores chinos han convenido en distinguir tres grupos diferentes (A, B, y C) en función de la caligrafía así como del tamaño y forma de las tiras de bambú. No obstante, es preciso señalar que el orden de estos tres grupos no responde a ningún otro criterio que la extensión de los mismos: A es el más extenso y C el más breve7.

El grupo de documentos A está compuesto por 39 tiras o listones de bambú de aproximadamente 32 cm. de largo y de forma aguzada. Asimismo, los editores chinos han establecido una serie de cinco unidades para ordenar las tiras de este grupo A: la Unidad I (tiras 1-20) comienza con el capítulo 19 de la edición Wang Bi al que le siguen fragmentos de los capítulos 66, 46, 30, 64, 37, 63, 2, y 32; la Unidad II (tiras 21-23) comienza con el capítulo 25 y le siguen líneas del 5; la Unidad III (tira 24) contiene las primeras seis líneas del capítulo 16; la Unidad IV (tiras 25-32) comienza con parte del capítulo 64 y le siguen los capítulo 56 y 57; finalmente, la Unidad V (tiras 32-39) consiste en los capítulos 55, 44, 40, y 9.

En consecuencia, el Laozi A contiene pasajes correspondientes a los siguientes capítulos de la edición Wang Bi: 19, 66, 46, 30, 15, 64, 37, 63, 2, 32, 25, 5, 16, 56, 57, 55, 44, 40, 9. De todos modos, resulta conveniente advertir que esta secuencia no corresponde necesariamente a la secuencia original y que, en ese sentido, el orden del texto podía perfectamente haber sido otro del propuesto por los editores contemporáneos.

A su vez, el grupo de documentos B consiste en 18 tiras de bambú de aproximadamente 30 cm. de largo y con extremos de forma rectilínea.

Los editores dividieron el Laozi B en tres unidades: la Unidad I (tiras 1-8) comienza con el capítulo 59 y le siguen fragmentos de los capítulos 48 y 20; la Unidad II (tiras 9-12) contiene el capítulo 41; la Unidad III (tiras 13-18) comienza con líneas pertenecientes al capítulo 52 al que le siguen los capítulos 45 y 54 íntegramente. Los capítulos de la edición Wang Bi contenidos en el Laozi B son: 59, 48, 20, 41, 52, 45, 54.

Por último, el grupo de documentos C está compuesto por 28 tiras de bambú de unos 26 cm. de largo con extremos de forma rectilínea. En este caso, los editores decidieron dividir el grupo en 7 unidades; las cuatro primeras se refieren a parte del Laozi mientras que las tres siguientes

 

7 Para realizar el presente resumen sobre la edición de los manuscritos A, B, y C del

Laozi, nos hemos basado sobre todo en las aportaciones contenidas en la obra Guodian

Chumu zhujian, Wenwu chubanshe, Beijing, 1998; en el trabajo de R. Henricks, Lao Tzu’s

Tao Te Ching, pp. 6-8; y en las contribuciones de William G. Boltz, “The Fourth-Century

B.C. Guodiann Manuscripts from Chuu and the Composition of the Laotzyy”, Journal of

the American Oriental Society CXIX.4 (1999): 592-594; de Ding Sixin , Guodian

Chu mu zhujian sixiang yanjiu , Dongfang

chubanshe, Beijing, 2000; y de Stephan Peter Bumbacher, “The Earliest Manuscripts of

the Laozi Discovered to Date”, Asiatische Studien 52.4 (1998): 1175-1184.

 

corresponden al texto inédito Tai yi sheng shui. La Unidad I (tiras 1-3) contiene los capítulos 17 y 18; la Unidad II (tiras 4-5) contiene el capítulo 35; la Unidad III (tiras 6-10) consiste en una versión abreviada del capítulo 31; la Unidad IV (tiras 11-14) contiene la segunda parte del capítulo 64 de la edición Wang Bi aunque ligeramente modificado en relación a las mismas líneas contenidas en la Unidad I del Laozi A; la Unidad V (tiras 1-8) corresponde a la primera parte del Tai yi sheng shui; a su vez, la Unidad VI (tira 9) corresponde a la segunda parte del mismo texto; por último, la Unidad VII (tiras 10-14) corresponde a la tercera parte del texto

Tai yi sheng shui. En relación a este texto, es preciso señalar que a pesar de que ha sido tratado como un escrito autónomo o separado, lo cierto es que los propios editores chinos contemplan la posibilidad de que originalmente formara parte del Laozi C, dado que no es posible establecer ninguna diferencia morfológica (tanto el soporte como la caligrafía son idénticos) entre las tiras o listones de bambú que contienen pasajes ya conocidos del Laozi y las que corresponden al hasta ahora inédito Tai yi sheng shui.

 

4. TRANSCRIPCIÓN DEL TAI YI SHENG SHUI 8

 

8 Tal y como hemos señalado anteriormente, en lo que respecta a los manuscritos de

Guodian hemos decidido tomar como referencia la edición preparada por el equipo arqueológico

del museo municipal de Jingmen (Jingmenshi Bowuguan). La transcripción que ofrecemos

a continuación sigue en gran medida la propuesta por los mencionados editores de la

obra Guodian Chu Mu Zhujian (pp. 125-126). Con todo, hemos cotejado igualmente las

ediciones de Zhang Guangyu , Guodian Chujian yanjiu , Yiwen yinshuguan,

Taibei, 1999, pp. 512-513 y 665-666; de Li Ling , Guodian Chujian jiao duji

, Beijing, Beijing Daxue chubanshe, 2002, pp. 32-43; de Edmund Ryden,

“Edition of the Bamboo-Slip Laozi A, B, and C, and Tai Yi Sheng Shui from Guodian Tomb

Number One”, en S. Allan & C. Williams, The Guodian Laozi. Proceedings of the International

Conference, pp. 228-231; así como las variantes gráficas y semánticas incluidas en la

conferencia (no publicada) del profesor Donald Harper, “Cosmogony and Religion in Early

China: The Bamboo-Slip Manuscript Taiyi Sheng Shui from Guodian Tomb 1”, pronunciada

con ocasión del Annual Meeting of the Association for Asian Studies (Febrero 1999). En

cuanto a los símbolos utilizados en la transliteración, los caracteres o sinogramas que aparecen

entre [ ] representan los caracteres propuestos por los editores en lugar de aquellos que

resultan ilegibles; a su vez, el símbolo indica los caracteres o sinogramas ilegibles que no

han podido ser ni identificados ni derivados por los editores; y, por último, mediante los

puntos suspensivos “… …” señalamos las rupturas en los listones de bambú que imposibilitan

concluir la lectura de los mismos. Por último, los números intercalados en el texto

representan la extensión de los 14 listones de bambú que componen el manuscrito.

 

5. TRADUCCIÓN DEL TAI YI SHENG SHUI 9

“El gran uno genera el agua; el agua retorna y asiste al gran uno, completando así el cielo10. El cielo retorna y asiste al gran uno, completando así la tierra. El cielo y la tierra [se asisten recíprocamente], comple-

 

9 Los símbolos utilizados en la traducción del manuscrito son los siguientes: el texto

que va entre [ ] es la traducción de los caracteres propuestos por los editores en lugar de

las lagunas mediante los símbolos y ; el texto que figura entre ( ) es un añadido

nuestro para afrontar las elipsis típicas de la lengua clásica china que, en la traducción,

resulta imprescindible paliar con el fin de aclarar el sentido de la frase.

10 A pesar de que los paleógrafos chinos han convenido en transcribir el séptimo carácter

o sinograma impreso en la tira de bambú nº 1 del Tai yi sheng shui por fu (asistir,

ayudar), Donald Harper considera que en su lugar debería figurar más bien el carácter bo

(ir al encuentro, encontrarse). Harper refuerza esta hipótesis al comprobar que el término

bo aparece mencionado en varios pasajes de claro contexto cosmogónico como el capítulo

III del Huainanzi (Zhang Shuangdi , Huainanzi jiaoyi ,

capítulo III, Beijing Daxue chubanshe, Beijing, 1997, p. 245) o el apartado “Shuogua ”

del Zhouyi (Zhouyi yizhu , Zhonghua shuju, Beijing, 1991, p. 281). En ese

sentido, la traducción de las expresiones fan bo y xiang bo (en lugar de la

propuesta por los editores chinos fan fu y xiang fu ) resultaría ser, a su vez,

“reencontrarse” y “unirse recíprocamente”. Aunque absolutamente legítima e interesante

desde un punto de vista filológico y filosófico, para nuestra traducción hemos optado por

seguir la propuesta que cuenta con mayor aceptación entre los expertos. En favor de la

lectura defendida por los editores chinos, es preciso señalar que la versión del Laozi de

Guodian, contiene el sinograma fu lo cual indica que el copista o copistas de los manuscritos

estaban ya familiarizados con ese término que, efectivamente, forma parte del vocabulario

taoísta (Cf. Guodian Chu mu zhujian, p. 121).

 

tando así los espíritus y los iluminados11. Los espíritus y los iluminados se asisten recíprocamente, completando así el yin y el yang12. El yin y el yang se asisten recíprocamente, completando así las cuatro estaciones.

Las cuatro estaciones se asisten [recíprocamente], completando así el frío y el calor. El frío y el calor se asisten recíprocamente, completando así lo húmedo y lo seco. Lo húmedo y lo seco se asisten recíprocamente, completando así el ciclo anual y (el proceso) se detiene.

Por lo tanto, el ciclo anual es generado por lo húmedo y lo seco. Lo húmedo y lo seco son generados por el frío y el calor. El frío y el calor son generados por las cuatro estaciones. Las cuatro estaciones son generadas por el yin y el yang. El yin y yang son generados por los espíritus y los iluminados. Los espíritus y los iluminados son generadas por el cielo y la tierra. El cielo y la tierra son generados por el gran uno.

Por esa razón, el gran uno se acumula en el agua y se despliega en las estaciones. Girando una y otra vez, [se le considera] la madre de todas las

 

11 La traducción de la expresión china shen ming , que en este caso hemos decidido

verter al castellano como “espíritus e iluminados”, es muy problemática. Literalmente,

shen significa “espíritu, espiritual, divino”. Por su parte, ming significa “luz,

claridad, perspicacia, inteligencia” en un sentido nominal y “discernir, comprender, percibir

con claridad” en un sentido verbal. A pesar de que en buena parte de la literatura filosófica de

la época estos dos caracteres aparezcan juntos formando un binomio que generalmente designa

la inteligencia suprema (“inteligencia espiritual”) del sabio o del príncipe, en este caso la

propia lógica interna del manuscrito parece recomendar una lectura diferente: del mismo

modo que los binomios que le preceden y le siguen (cielo-tierra, yin-yang, etc.), es preciso

entender también la pareja shen ming como dos polos diferenciados aunque necesariamente

complementarios. Para la traducción e interpretación de este pasaje, hemos seguido las hipótesis

propuestas por Michael J. Puett en su obra To Become a God: Cosmology, Sacrifice, and

Self-Divinization in Early China, Harvard University Press, Cambridge (Mass.), 2002, p. 161.

También Roger T. Ames y David L. Hall se inclinan por una opción similar y traducen el

binomio shen ming como “espíritus y númenes”: Dao de jing, A Philosophical Translation

Featuring the Recently Discovered Bamboo Texts, Ballantine Books, New York, 2003, p. 229.

12 Hemos optado por dejar sin traducir el célebre binomio “yin-yang ”, ya que ha

pasado a formar parte del vocabulario filosófico común y su traducción (sombra-solana)

restaría al fragmento buena parte del acento cosmogónico que impregna todo el texto.

Aunque en origen este binomio designa simplemente el lado iluminado o sombrío de una

ladera, a lo largo de los siglos IV y III a. C. comienza a aparecer como uno de los pilares

fundamentales del discurso cosmogónico y de lo que se ha convenido denominar “pensamiento

correlativo”. Así, la práctica totalidad de estos textos incluyen en algún momento de

su despliegue discursivo la articulación de este binomio. Además, a partir sobre todo de la

emergencia de ese “pensamiento correlativo”, cuya sistematización se atribuye tradicionalmente

a Zou Yan (c. 350-270 a.C.), comienzan a asociarse otra serie de elementos o

propiedades, contrarios pero al mismo tiempo complementarios, a cada uno de los componentes

del binomio “yin-yang”. Para un estudio más completo de esta cuestión, nos remitimos

a los trabajos ya clásicos de Marcel Granet, La pensée chinoise, Albin Michel, Paris

(1938), 1968, pp. 101-126; Manfred Porkert, Theoretical Foundations of Chinese Medicine,

Massachusetts Institute of Technology Press, Cambridge, Mass., 1978, pp. 9-54 y de A. C.

Graham, Yin-Yang and the Nature of Correlative Thinking, The Institute of East Asian Philosophies,

Monograph Series No. 6, Singapur, 1986, en especial, pp. 25-41.

 

cosas13: unas veces vacío, otras rebosante, se le considera el principio vertebrador de todas las cosas. Ello no puede ser ni aniquilado por el cielo, ni razonado por la tierra, ni completado por el yin y el yang. El hombre superior lo conoce y lo denomina [curso]… …

El curso natural prefiere lo débil. Quien fragmenta lo que está completo con el fin de llenar su vida ataca con la fuerza, castiga… …

Lo de abajo es greda y se denomina tierra; lo de arriba es energía14 y se denomina cielo. Su apelativo es ‘curso’ y su nombre es ‘destello crepuscular’15

 

13 Los cuatro caracteres o sinogramas ilegibles señalados entre corchetes han sido

restablecidos por los editores chinos del Tai yi sheng shui de acuerdo con un pasaje similar

perteneciente al capítulo XXV del Laozi: “…puede ser considerado la madre del

mundo (…ke yi wei tian xia mu )”. No obstante, resulta conveniente advertir

que en los manuscritos correspondientes al capítulo XXV del Laozi de Mawangdui (Gao

Ming , Boshu Laozi jiaozhu , Zhonghua shuju, Beijing, 1996, pp. 348-

354) no figura la frase “se le considera la madre de todas las cosas (yi yi wei wan wu mu

)” que, sin embargo, sí aparece en las ediciones de Guodian, de Wang Bi, y

de Heshang Gong. Esto implica la posibilidad de que estos dos últimos editores y comentaristas

hubieran podido tener acceso al texto Tai yi sheng shui o a una copia del Laozi que

incluyera ese texto y que hubieran incorporado el mencionado fragmento al capítulo XXV

del Laozi canónico con el que, en efecto, está estrechamente vinculado temáticamente.

Por otro lado, es preciso señalar que en la lectura de los editores del museo municipal

de Jingmen figura el sinograma zhou (“barca”, “embarcación”) en lugar del homófono

que la mayoría de los sinólogos proponen (zhou , “giro”, “girar”). Aunque la

interpretación del pasaje está condicionada por la secuencia ilegible, lo cierto es que parece

que el reestablecimiento de esa sentencia siguiendo la estela del Laozi resulta más

convincente que la lectura propuesta originalmente por los paleógrafos de Jingmen. Uno

de los escasos expertos que se ha aventurado a interpretar el manuscrito a partir del sinograma

zhou es el japonés Hirase Takao en su artículo: “The Ch’u Bamboo-Slip T’ai-i

sheng shui from Kuo-tien Considered in Light of the Emerging Debate about T’ai-sui”,

Acta Asiatica 80 (2001): 17-26.

14 Traducimos por ‘energía’ la importante noción china qi . Etimológicamente, el

carácter qi procede de un pictograma que representa los vapores emergentes de la cocción de

cereales. Por extensión, viene a significar “soplo o aliento vital”, “energía primaria”, etc. Se

trata, pues, de una fuerza primordial, de una energía configuradora que constituye y conforma

todos los entes físicos del universo y que, por tanto, es común tanto a la materia inerte

como a los seres vivos. Aplicado concretamente a los seres vivos, qi significa soplo vital y, en

ese sentido, podría emparentarse al prana hindú, al pneuma griego, al ruah hebreo o al spiritus

latino. Por otro lado, es preciso señalar que la noción ‘qi’ ocupa un lugar preeminente en

la literatura cosmogónica de la antigüedad china. Entre los ejemplos más relevantes, citaremos

uno de los pasajes contenido en el Huainanzi en donde se afirma: “El gran comienzo (tai

shi ) engendra el aliento primordial (yuan qi ).” (Zhang Shuangdi, Huainanzi jiaoyi,

capítulo III, p. 247). Para un análisis más completo del significado y alcance de esta noción

en los múltiples ámbitos de la producción intelectual de la China antigua, nos remitimos a las

aportaciones de Nathan Sivin, Traditional Medicine in Contemporary China, Center for

Chinese Studies, The University of Michigan Press, Ann Arbor, 1987, pp. 46-53 y de Mark E.

Lewis, Sanctioned Violence in Early China, State University of New York Press, Albany,

1994, pp. 140-144, 222-228.

15 Los editores chinos proponen para este caso una lectura de los sinogramas transcritos

que filológicamente es, a nuestro juicio, discutible. La edición del museo munici-

 

Quien sigue el curso en sus quehaceres necesariamente se apoya en su nombre y, por tanto, éstos se realizan y su propia persona perdura. El sabio lo sigue en sus quehaceres y también se apoya en su nombre y, de ese modo, los realiza con efectividad sin que su propia persona sufra perjuicio alguno.

El cielo y la tierra fijan el nombre y el apelativo; por eso, una vez se sobrepasan sus límites no se pueden reflexionar [las correspondencias. El cielo es insuficiente] en el noroeste y lo que hay debajo es alto y firme; la tierra es insuficiente en el sudeste y lo que hay encima es [bajo y débil. Si por arriba es insuficiente] es que abajo excede; si por abajo es insuficiente es que excede arriba16… …”

 

pal de Jingmen sugiere la lectura qing wen para los sinogramas originales transcritos

por nosotros como qing hun , lo cual introduce una interrogante que podría traducirse

del siguiente modo: “¿Cuál es su nombre ?” (qing wen qi ming ). Es probable

que los editores chinos se hayan dejado influir en exceso por el contenido del capítulo

XXV del Laozi canónico ya que, en realidad, no parece que dicha interrogante tenga

demasiado sentido teniendo en cuenta el contexto y la propia dinámica interna del texto.

En este caso hemos seguido la alternativa propuesta por Li Ling que consiste en leer los

sinogramas originales como (qing hun ), lo que en castellano significa “destello

crepuscular” (Li Ling, Guodian Chujian jiao duji, p. 32). Esta lectura posee la ventaja de

ser menos problemática desde una perspectiva paleográfica y de propiciar al mismo tiempo

un sentido filosófico coherente con la concepción global del Laozi en relación al

problema del “curso (dao )” y la imposibilidad de asignarle un nombre.

16 A pesar de que el manuscrito no lo menciona explícitamente, las últimas líneas del

texto parecen evocar un tema recurrente de la mitología china que hace referencia al

origen del mundo: el enfrentamiento entre los seres teomórficos Gong Gong y

Zhuan Xu . En opinión de Sarah Allan, este mito está íntimamente asociado a los

mitos cosmogónicos de la dinastía Shang (1766-1122 a.C.) aunque lo cierto es que no ha

quedado ninguna prueba escrita de ello en las inscripciones de los bronces o en los oráculos

adivinatorios registrados en los huesos de animales (S. Allan, The Shape of the Turtle.

Myth, Art and Cosmos in Early China, SUNY Press, Albany, 1991, pp. 68-69). La

descripción escrita de dicho combate es muy posterior y se recoge en diversos textos

del período de los Reinos Combatientes; probablemente, el relato más completo se

halle en el capítulo III del Huainanzi y en el capítulo V del Liezi respectivamente:

“enfurecido, [Gong Gong] golpeó la montaña Buzhou . Este pilar celeste se quebró

y la unión con la tierra se hendió. El cielo se inclinó entonces hacia el noroeste, mientras

que el sol, la luna, los astros y el resto de cuerpos celestes se desplazaron también en esa

dirección. La tierra entera se inclinó hacia el sudeste; las aguas de los ríos y de las lluvias,

los arroyos y riachuelos convergieron entonces hacia esa dirección.” (Zhang Shuangdi,

Huainanzi jiaoyi ?????, p. 245); “Gong Gong luchó por el título de emperador con Zhuanxu;

enfurecido, golpeó la montaña Buzhou rompiendo el pilar celeste e interrumpiendo la

comunicación entre el cielo y la tierra. El cielo, y el resto de astros con él, se inclinaron

hacia el noroeste mientras que la tierra, con todos sus afluentes, lo hizo hacia el sudeste.”

(Yang Bojun ???, Liezi jishi ????, Zhonghua shuju, Beijing, 1976, p. 174). Tal y como

señalara en ese sentido Henri Maspero, este mito fue utilizado acertadamente por el autor

o autores del capítulo III del Huainanzi, un escrito cosmogónico y cosmológico a la vez,

para explicar la oblicuidad elíptica, es decir, la propensión de las estrellas del firmamento

æal menos para un observador del hemisferio norteæ a desplazarse hacia el sudeste del

cielo nocturno. Véase H. Maspero, “L’astronomie chinoise avant les Han”, T’oung Pao

 

6. CONCLUSIONES

El manuscrito de Guodian clasificado por los editores del mismo como “Tai yi sheng shui” describe una inédita secuencia cosmogónica que, aunque incompleta, despliega en su interior un uso reiterado de fórmulas y conceptos asociados explícitamente con la literatura taoísta de la China antigua. A pesar de que en el corpus de dicha literatura es posible hallar otros fragmentos o pasajes de naturaleza cosmogónica, este manuscrito representa una fuente textual extremadamente valiosa a la hora de estudiar y valorar la influencia de esas concepciones para la gestación y posterior evolución del pensamiento clásico chino en la medida en que por su autonomía, su originalidad, y por su extensión constituyen un caso excepcional. Con todo, el

tono cosmogónico que preside el manuscrito se completa con otras ópticas de lectura distintas, aunque vinculadas en última instancia a esa vocación cosmogónica: así, el texto puede ser interpretado desde una perspectiva cosmológica e, incluso, religiosa por cuanto las expresiones “Gran Uno (tai yi )”, “Espíritus e iluminados (shen ming )”, junto con términos que se refieren al ciclo anual (sui ), remiten a técnicas astronómicas asociadas al saber del calendario y a prácticas rituales en el culto de los ancestros. Tampoco podemos soslayar la relevancia filosófica de este escrito.

En un contexto taoísta, el manuscrito plantea cuestiones centrales para dicha doctrina tales como la función del agua, la trascendencia del curso (dao ) y la imposibilidad de asignarle un apelativo o de conferirle una configuración formal, así como la descripción de principios de conducta ideales.

Por todo ello, una vez presentados y expuestos sus elementos fundamentales, se impone un análisis detallado y pormenorizado desde una perspectiva necesariamente interdisciplinaria que reúna todos los ámbitos del saber que este fecundo manuscrito convoca y que posibilite la resolución de algunos de los enigmas que aún lo rodean.

 

XXVI (1929): 267-356. Para un sugerente estudio comparativo entre el pasaje del Tai yi sheng shui y el del Huainanzi, véase Michael J. Puett, To Become a God, p. 260-61.







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