LUNES, 18 de febrero (HealthDay News) --
Aquellos que padezcan de fiebre del heno puede que encuentren un alivio en la acupuntura, según sugiere un estudio reciente, aunque todavía está por ver qué tal funciona la terapia en la "vida real".
El estudio, que contó con 422 personas con alergia a las hierbas y al polen, halló que a las personas a las que se asignó de forma aleatoria unas sesiones de acupuntura les fue mejor que a los pacientes que no las realizaron.
En promedio, afirmaron que habían experimentado mejoras con respecto a los síntomas y pudieron tomar una cantidad menor de medicamentos antihistamínicos durante las ocho semanas. Sin embargo, esta ventaja había desaparecido después de otras ocho semanas, según los hallazgos publicados en la edición del 19 de febrero de la revista Annals of Internal Medicine.
Aun así, eso no significa necesariamente que los beneficios de la acupuntura hubieran desaparecido, comentó el investigador principal, el Dr. Benno Brinkhaus, del Centro Médico de la Universidad Charite de Berlín.
Los síntomas de la fiebre del heno habían mejorado mucho en las personas de los tres grupos en la semana 16, y Brinkhaus indicó que probablemente se debió a que para entonces la temporada del polen estaba terminando.
El estudio se hizo bien y fue "positivo", porque la acupuntura pareció ser de utilidad, afirmó el Dr. Harold Nelson, alergólogo en el National Jewish Health, un hospital de Denver que se ha especializado en enfermedades respiratorias.
Pero Nelson puso en duda si el tiempo, la inconveniencia y los gastos de las sesiones de acupuntura parecerían valer la pena para muchas personas que padecen de fiebre del heno, sobre todo porque hay maneras más sencillas de tratar la enfermedad.
"No sé cuántas personas querrán esperar en la sala de espera de un acupuntor, luego pasar sentados 20 minutos con 16 agujas clavadas y hacer eso 12 veces, cuando podrían usar un espray nasal", opinó Nelson.
En concreto, Nelson se refirió a los espráis nasales con receta que contienen corticosteroides antiinflamatorios. Los espráis, que se comercializan en marcas como Flonase y Nasonex, se usan diariamente para prevenir los síntomas de la fiebre del heno.
Los pacientes de este estudio no usaron esteroides nasales. Tomaban antihistamínicos según los necesitaban, lo que, en opinión de Nelson, no es el modo más efectivo de tratar la fiebre del heno.
Aun así, añadió Nelson, hay personas que quieren evitar la medicación, y quizá se interesen por la acupuntura como una alternativa.
Muchos estudios han sugerido que la acupuntura ayuda a aliviar varios tipos de dolor, como las migrañas y los dolores de espalda, además de tratar las náuseas y el vómito relacionados con la cirugía y la quimioterapia. Según la medicina tradicional china, la acupuntura funciona al estimular ciertos puntos de la piel que se cree que afectan al flujo de la energía, o "qi" (pronunciado "chi"), a través del cuerpo.
Pero algunos trabajos de investigación recientes sugieren que la estimulación con agujas también desencadena la liberación de sustancias químicas que combaten el dolor y la inflamación en el cuerpo. Nadie sabe con certeza por qué la acupuntura podría ser de ayuda con la fiebre del heno, pero hay evidencias de que frena la acción de las sustancias inflamatorias del sistema inmunológico que se activan con las reacciones alérgicas.
Para el nuevo estudio, Brinkhaus y colegas contaron con 422 personas adultas con fiebre del heno. Los investigadores dividieron aleatoriamente a los participantes en tres grupos: uno, en el que asistieron a 12 sesiones de acupuntura en 8 semanas; otro, en el que realizaron una versión "simulada" de acupuntura; y, otro, en el que no asistieron a sesiones de acupuntura.
En la versión simulada, los acupuntores usaron agujas reales, pero solo las clavaron superficialmente en zonas de la piel que no son considerados como puntos tradicionales de la acupuntura. Se permitió a los pacientes de los tres grupos que tomaran antihistamínicos si sus síntomas se intensificaban.
El estudio halló que, después de ocho semanas, los pacientes que se sometieron a las sesiones de acupuntura real afirmaron que habían experimentado una mejora mayor de sus síntomas que los de los otros grupos de comparación. En promedio, la "puntuación" de su calidad de vida fue de 0.5 a 0.7 puntos mejor, lo que en la vida real debería entenderse como una diferencia apreciable con respecto a los síntomas de fiebre del heno, según Nelson.
Brinkhaus, médico y acupuntor, afirmó que recomendaría la acupuntura a pacientes que no están satisfechos con la medicación para la alergia, ya sea porque no les funciona o por los efectos secundarios.
El Dr. Remy Coeytaux, que escribió un editorial publicado junto con el estudio, se mostró de acuerdo en que la acupuntura vale la pena.
"Sin lugar a dudas, inténtelo si está interesado", comentó Coeytaux, profesor asociado de medicina comunitaria y familiar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, que estudia acupuntura.
Según Coeytaux, uno de los puntos fuertes de este estudio radica en la comparación de la acupuntura con los antihistamínicos solos y con la acupuntura simulada. El procedimiento fingido se incluyó para controlar el "efecto placebo", en el que las personas se sienten mejor simplemente por recibir un tratamiento que creen que va a funcionar.
Pero Coeytaux señaló que también ha llegado el momento en que los estudios vayan más allá de evaluar la acupuntura real al confrontarla con versiones simuladas. Una razón para esto es que los procedimientos fingidos pueden ejercer realmente efectos psicológicos por sí mismos, lo que les convierte en placebos de poco valor.
En lugar de eso, comentó Coeytaux, puede que haya llegado el momento de que haya más estudios que comparen la acupuntura con otras terapias, de forma directa, para ver qué tan bien le va.
De momento, los que padezcan de fiebre del heno y quieran probar con la acupuntura quizá se encuentren con algunas dificultades. Dependiendo de dónde viva, puede que no haya muchos acupuntores licenciados cerca; en Estados Unidos, la mayoría de los estados requieren que los practicantes dispongan de licencia.
Otra cosa es el precio. Los precios de la acupuntura varían, pero una sesión normalmente ronda los 100 dólares, y los planes de salud a menudo no las cubren.
Nelson añadió que las personas que quieran un remedio "natural" para sus problemas con la fiebre también pueden optar por las vacunas antialérgicas. Eso significa que se reciben una serie de inyecciones que le exponen a pequeñas cantidades de la sustancia que causa la alergia, para que el sistema inmunológico se acostumbre a tolerarla.
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