El síndrome de Burnout, llamado síndrome de agotamiento laboral o
fatiga laboral crónica, es un padecimiento que, a grandes rasgos, consiste en
la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los
factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el
trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido.
Este síndrome no se encuentra reconocido en el DSM aunque sí
es mencionado brevemente en la Clasificación internacional de enfermedades bajo
el código Z 73.0, pero dentro del apartado asociado a “problemas relacionados
con el manejo de las dificultades de la vida”. Cabe indicar que en algunos
países europeos a los pacientes con Burnout se les diagnostica con el síndrome
de Neurastenia (ICD-10, código F 48.0) siempre que sus síntomas estén asociados
al trabajo, en concordancia con la lógica de planteamientos presentes en
algunas investigaciones, quienes la vinculan con el síndrome de burnout,
considerándolo, por lo tanto, como una forma de enfermedad mental.
El síndrome de Burnout también es llamado síndrome de
desgaste profesional, síndrome de desgaste ocupacional (SDO), síndrome del
trabajador desgastado, síndrome del trabajador consumido, síndrome de quemarse
por el trabajo, síndrome de la cabeza quemada; en francés conocido como
surmenage (estrés), es, sin embargo, un constructo del que se pueden desprender
un sin número de definiciones por lo que es posible indicar la inexistencia de
una única conceptualización y que han incidido también en la aparición de diferentes
modelos explicativos.
Origen conceptual del Síndrome de Burnout.- Este síndrome fue descrito por primera vez en
1969 por H.B. Bradley como metáfora de un fenómeno psicosocial presente en
oficiales de policía de libertad condicional, utilizando el término “staff
burnout”. Posteriormente será desarrollado in extenso en 1974 por el psicólogo
estadounidense Herbert Freudenberger a través de un estudio de campo al
personal sanitario; en particular, este autor utilizó dicho término
(presumiblemente basado en la novela de Graham Greene titulada A Burnt-Out Case
de 1960, donde se describe al protagonista como un sujeto que sufre de burnout,
aunque tomando como referente el trabajo de Bradley) para describir aquellos
estados físicos y psicológicos que tanto él como otros colegas sufrían al
trabajar con una gran cantidad de jóvenes drogadictos, acotando que éste
síndrome involucraría:
«(...) deterioro y cansancio excesivo progresivo unido a una
reducción drástica de energía (...) acompañado a menudo de una pérdida de
motivación (...) que a lo largo del tiempo afecta las actitudes, modales y el
comportamiento general».
En el año 1980 en tanto, Freudenberger publica su libro
titulado Burn Out: The High Cost of High Achievement. What it is and how to
survive it, texto que se ha transformado en un referente primordial para el
abordaje primigenio del Síndrome de Burnout.17 Por otro lado, en el año 1976 la
psicóloga social Christina Maslach lo presenta ante un congreso de la
Asociación Estadounidense de Psicología definiéndolo como un síndrome
tridimensional que consideraba como dimensiones de análisis a los siguientes
constructos: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización
personal, y que ocurriría entre sujetos que trabajan en contacto directo con
clientes o pacientes.
Población de riesgo.-
En general los más vulnerables a padecer el síndrome son aquellos
profesionales en los que se observa la existencia de interacciones humanas
trabajador-cliente de carácter intenso y/o duradero, sin considerar por cierto,
a un cliente en particular sino más bien, a uno o varios. Dichos profesionales
pueden ser caracterizados como de desempeño satisfactorio, comprometidos con su
trabajo y con altas expectativas respecto a las metas que se proponen, en las
que el Burnout se desarrolla como respuesta a estrés constante y sobrecarga
laboral.
El síndrome de burnout es muy frecuente en personal
sanitario (nutriólogos, médicos, enfermeras/os, psicólogas/os, psiquiatras,
terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, terapeutas familiares y
consejeros matrimoniales, así como también personal administrativo) y docente
no escapando por cierto otros profesionales como deportistas de élite, teleoperadores
(operadores de Centros de llamadas), ingenieros, personal de las fuerzas
armadas, y en general, en diversas profesiones de las que actualmente, se observa
un creciente interés por analizar.
Respecto al género, diversas investigaciones apuntan a que
las mujeres son las que presentan mayor prevalencia que los hombres.
Síntomas.- Lo principal es un fuerte sentimiento de
impotencia, ya que desde el momento de levantarse ya se siente cansado. El
trabajo no tiene fin y, a pesar de que se hace todo para cumplir con los
compromisos, el trabajo nunca se termina. La persona que lo padece se vuelve
anhedónica, es decir, que lo que anteriormente era motivo de alegría ahora no
lo es, en otras palabras, pierde la capacidad de disfrutar. Aun cuando se tiene
tiempo, se siente siempre estresado. A diferencia de lo que ocurría al
principio, el trabajo ya no produce incentivos para la persona afectada con
burnout. Visto por otras personas, aparenta sensibilidad, depresión e
insatisfacción.
A los propios síntomas del estrés a nivel corporal se suman
múltiples molestias: insomnio, dolor de cabeza, mareos, dolores musculares,
trastornos digestivos, infecciones, manchas o afecciones en la piel, trastornos
respiratorios y circulatorios o digestivos (variaciones en el peso).
El burnout suele definirse a través de tres dimensiones:
Agotamiento (exhaustivo) es la sensación de ya no ser capaz
de ofrecer más de sí mismo(a) a nivel emocional;
Suspicacia/escepticismo (cynicism, en inglés) es una actitud
distante hacia el trabajo, hacia las personas a las que se está ofreciendo el
servicio y también hacia los compañeros de trabajo;
Ineficacia (inefficacy, en inglés) es la sensación de que no
se están llevando a cabo debidamente las tareas y de que se es incompetente en
el trabajo.
Causas.- El síndrome burnout suele deberse a múltiples
causas, y se origina principalmente en las profesiones de alto contacto con
personas, con horarios de trabajo excesivos. Se ha encontrado en múltiples
investigaciones que el síndrome ataca especialmente cuando el trabajo supera
las ocho horas diarias, cuando no se ha cambiado de ambiente laboral en largos
periodos de tiempo y cuando la remuneración económica es inadecuada. El
desgaste ocupacional también sucede por las inconformidades con los compañeros
y superiores cuando lo tratan de manera incorrecta, esto depende de tener un
pésimo clima laboral donde se encuentran áreas de trabajo en donde las
condiciones de trabajo son inhumanas.
Prevalencia del Burnout.- Uno de los instrumentos más
utilizados para medir el burnout es el denominado Maslach Burnout Inventory
(MBI) creado por Christina Maslach y Susan Jackson, que utiliza un enfoque
tridimensional para su evaluación utilizando los siguientes componentes:
Realización personal en el trabajo, Cansancio Emocional y Despersonalización.
En función de este instrumento, dichas autoras estimaron un conjunto de
puntajes comparativos del MBI para diversos campos de trabajo, pudiéndose
indicar que el grado de burnout en cada uno de ellos sería:
Industria
Realización personal en el trabajo
Cansancio Emocional
Despersonalización
Respecto a la prevalencia de este Síndrome, la información
disponible es fragmentada, no habiendo aún algún estudio epidemiológico que
permita visualizar el porcentaje de población real que la padece, aunque
existen investigaciones que se han abocado a realizar esfuerzos en torno a
determinar la prevalencia en diversos campos.
En este contexto, en una investigación realizada a una
muestra de 11.530 profesionales de la salud residentes en España y América
Latina, se pudo constatar que la prevalencia de Burnout en este tipo de
profesionales fue: 14,9% en España, 14,4% en Argentina, 7,9% en Uruguay, 4,2%
en México, 8% en Ecuador, 4,3% en Perú, 5,9% en Colombia, 4,5% en Guatemala y
2,5% en El Salvador.
Por otro lado, respecto a la prevalencia existente en
docentes latinoamericanos, se aprecian diversas investigaciones tendientes a
determinarla, pudiéndose indicar que para el caso de México alcanzaría al 35,5%
(en una muestra de 698 docentes de 51 escuelas),29 para Chile un 27,4% y con
proclividad un 47,2% (en una muestra de 479 profesores de educación
pre-escolar, básica o primaria y media o secundaria)30 y para Perú un 40% (en
una muestra de 616 docentes de educación primaria y secundaria).
Existen diversos modelos explicativos de este síndrome, y
aunque los primeros provinieron desde la teoría psicoanalítica, se puede
indicar que los principales modelos explicativos del Burnout se encuentran en
la Psicología Social, pudiéndose al menos mencionar los siguientes:
Modelo Ecológico de Desarrollo Humano: Desarrollado por
Carroll y White (1982), se basa en el conjunto de interrelaciones que debe
llevar a cabo el sujeto en los distintos ambientes donde participa, y en los
que debe asumir diversas normas y exigencias muchas veces contradictorias,
transformándose en fuentes de estrés.
Modelo de descompensación valoración-tarea-demanda,- En este modelo, el burnout se conceptualiza
como un elemento que operacionalizaría el estrés docente, denominándolo como
sentimientos de efecto negativo. Fue desarrollado por Kyriacou y Sutcliffe
(1978)37 como un modelo de burnout aplicado al mundo del profesorado que
posteriormente fue ampliado por Rudow (1999) y levemente modificado por Worral
y May (1989).
Modelo sociológico.- Este modelo considera que el Burnout se
presenta como consecuencia de las nuevas políticas macroeconómicas y fue
sugerido por Farber (1991) y finalmente desarrollado por Woods (1999). Para
este modelo la globalización explica principalmente la epidemia de Burnout.
Modelo opresión-demografía.- Propuesto por Maslach y Jakson (1981), ve al
ser humano como una máquina que se desgasta por determinadas características
que la vuelven vulnerable (los años, pertenecer al género femenino, estar
soltero o divorciado, etc.), combinado con la presión laboral y la valoración
negativa de sí mismo y de los demás. Se ha criticado por ser un modelo
mecanicista.
Modelo de Competencia Social: Es uno de los modelos más
representativos construidos en el marco de la teoría sociocognitiva del yo, y
fue propuesto por Harrison (1983).
Modelo demografía-personalidad-desilusión:- Propuesto por El
Sahili (2010), este modelo considera que el Burnout requiere de dos elementos
fundamentales para su formación, a saber: (a) un estrés que presiona al
organismo durante mucho tiempo y que se combina con varias fallas en la
personalidad y diversos factores de riesgo, y (b) la desilusión creciente que
se tiene sobre la profesión ejercida, proveniente principalmente de la falta de
compromiso, poca satisfacción laboral y pérdida vocacional. En este contexto,
el estrés crónico no sería una variable explicativa significativa per se del
Burnout, sino que necesitaría ser combinada con el desencanto que sufre el
sujeto sobre las tareas realizadas.34 Este modelo aún no está validado empíricamente.
Notas:
1.Ir a ↑ Para la construcción de este modelo teórico,
Kyriacou y Sutcliffe (1978) utilizaron la conceptualización de Lazarus y
Launier (1978) sobre el estrés en el profesorado, y que realizan una distinción
explícita entre aquellos estresores primordialmente físicos y aquellos que son
esencialmente psicológicos.
2.Ir a ↑ «Creado por Woods, propone tres variables: micro
(personalidad y profesionalización personal), media (instituciones educativas)
y macro (política gubernamental y economía global). El capitalismo presiona
para que se logre la eficiencia, y las tareas de alto nivel se transforman en
rutinas, lo que hace que el docente se vuelva más técnico que profesionista; la
escuela y las características de personalidad del docente se conjugan para dar
por resultado el burnout». (El Sahili, 2011, p. 207)
................................
En la consulta medica del Dr. Harvey Rivadeneira Galiano, profesional en acupuntura clínica se cumplen estrictos protocolos para tratamientos con Síndrome de Burnout o Agotamiento y Fatiga Laboral, dando como respuestas favorables en la salud física, espiritual y psicoemocional del paciente. Exige disciplina y constancia en el tratamiento con acupuntura, asociando una alimentación sana y equilibrada, sin olvidar como parte del tratamiento el realizar meditación y ejercicios.
Informes:
02 2236069 / 0997388009
Quito Ecuador
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En la consulta medica del Dr. Harvey Rivadeneira Galiano, profesional en acupuntura clínica se cumplen estrictos protocolos para tratamientos con Síndrome de Burnout o Agotamiento y Fatiga Laboral, dando como respuestas favorables en la salud física, espiritual y psicoemocional del paciente. Exige disciplina y constancia en el tratamiento con acupuntura, asociando una alimentación sana y equilibrada, sin olvidar como parte del tratamiento el realizar meditación y ejercicios.
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