El cerezo que vino del espacio
Publicado el 24 abril 2014 por Joseanz
No, no es el título de una película de serie B. Es cierto que en esta historia hay algo que sale fuera de lo común y que hoy en día, sigue intrigando a los científicos. En el 2008 Japón decidió enviar a la Estación Espacial Internacional unas semillas de cerezo para experimentar con ellas. Se trataba simplemente de dejarlas allí durante un año, en un espacio sin atmósfera y en unas condiciones ambientales muy diferentes a las de la Tierra. ¿El resultado?
El increíble cerezo que vino del espacio
El proyecto, cómo no, llevaba el nombre “El cerezo del Espacio”. La finalidad era enviar a la EEI (Estación Espacial Internacional) un conjunto de 265 semillas junto al astronauta japonés Koichi Wakata. La idea estaba financiada por la empresa japonesa “Japan Manned Space Systems“, y, deseaban ante todo experimentar con especies biológicas en un contexto tan nuevo como es el del espacio. Son muchas las plantas que suelen llevarse a la Estación Espacial, e incluso insectos. Averiguar cómo afecta a la biología estas condiciones donde no existe la atmósfera, es un reto que ningún científico desea dejar escapar.
Pero ¿Por qué cerezos? te preguntarás. El cerezo es el árbol por excelencia de Japón. Y había un detalle aún más interesante: todas las semillas pertenecían a un legendario y admirado cerezo del país, el llamado “Chujohimeseigan-zakura” de 1.250 años. Un árbol espectacular situado en la ciudad de Gifu, en el templo de Ganjoji.
La expectación por saber qué ocurría era muy grande. Esperaron un año entero a que las semillas volvieran del espacio a la Tierra. Fue en el 2009, cuando las devolvieron un laboratorio para ser analizadas… todas, excepto dos de ellas. Dos semillas que decidieron ofrecer a un anciano botánico para que las plantara, Takao Yoshimura. Y así lo hizo, en la misma ciudad donde se encuentra el cerezo más antiguo de Japón.
Mimó mucho el modo en que lo plantó. Eligió la mejor turbera y la mejor agua. Pensó en cómo recibiría los rayos de sol por las mañanas, en cómo el viento afectaría a su crecimiento… al crecimiento de esas semillas llegadas del espacio. Y bien ¿Qué ocurrió entonces? ¿Hubo algo inusual? La realidad es que sí.
El cerezo ha crecido a pasos agigantados. Algo fuera de lo normal. En solo dos años ha crecido cuatro metros, y las flores ya han aparecido de modo esplendoroso. El propio Yoshimura no acaba de creer lo que está viendo: un cerezo tarda unos 10 años o más en dar flores. No es normal. Nada normal…. pero lo más increíble es que está ocurriendo lo mismo con los otros cerezos que han plantado con las semillas que trajeron del espacio.
Kaori Tomita, el botánico del proyecto “Cerezo del espacio”, comenta que no pueden explicar a qué se debe este crecimiento anormal y precipitado. Según las propias palabras de Tomita, “existe, la posibilidad de que el entorno cósmico tuviera un determinado impacto en los agentes de las semillas que controlan la floración y el proceso de crecimiento, aunque en realidad no tenemos manera de averiguar por qué los árboles han florecido tan pronto”.
La pregunta ahora viene con ¿Y qué ocurrirá cuando el árbol de las esperadas cerezas? ¿Serán excepcionalmente grandes? ¿Se atreverá alguien a probarlas?
http://es.paperblog.com/
El increíble cerezo que vino del espacio
El proyecto, cómo no, llevaba el nombre “El cerezo del Espacio”. La finalidad era enviar a la EEI (Estación Espacial Internacional) un conjunto de 265 semillas junto al astronauta japonés Koichi Wakata. La idea estaba financiada por la empresa japonesa “Japan Manned Space Systems“, y, deseaban ante todo experimentar con especies biológicas en un contexto tan nuevo como es el del espacio. Son muchas las plantas que suelen llevarse a la Estación Espacial, e incluso insectos. Averiguar cómo afecta a la biología estas condiciones donde no existe la atmósfera, es un reto que ningún científico desea dejar escapar.
Pero ¿Por qué cerezos? te preguntarás. El cerezo es el árbol por excelencia de Japón. Y había un detalle aún más interesante: todas las semillas pertenecían a un legendario y admirado cerezo del país, el llamado “Chujohimeseigan-zakura” de 1.250 años. Un árbol espectacular situado en la ciudad de Gifu, en el templo de Ganjoji.
La expectación por saber qué ocurría era muy grande. Esperaron un año entero a que las semillas volvieran del espacio a la Tierra. Fue en el 2009, cuando las devolvieron un laboratorio para ser analizadas… todas, excepto dos de ellas. Dos semillas que decidieron ofrecer a un anciano botánico para que las plantara, Takao Yoshimura. Y así lo hizo, en la misma ciudad donde se encuentra el cerezo más antiguo de Japón.
Mimó mucho el modo en que lo plantó. Eligió la mejor turbera y la mejor agua. Pensó en cómo recibiría los rayos de sol por las mañanas, en cómo el viento afectaría a su crecimiento… al crecimiento de esas semillas llegadas del espacio. Y bien ¿Qué ocurrió entonces? ¿Hubo algo inusual? La realidad es que sí.
El cerezo ha crecido a pasos agigantados. Algo fuera de lo normal. En solo dos años ha crecido cuatro metros, y las flores ya han aparecido de modo esplendoroso. El propio Yoshimura no acaba de creer lo que está viendo: un cerezo tarda unos 10 años o más en dar flores. No es normal. Nada normal…. pero lo más increíble es que está ocurriendo lo mismo con los otros cerezos que han plantado con las semillas que trajeron del espacio.
Kaori Tomita, el botánico del proyecto “Cerezo del espacio”, comenta que no pueden explicar a qué se debe este crecimiento anormal y precipitado. Según las propias palabras de Tomita, “existe, la posibilidad de que el entorno cósmico tuviera un determinado impacto en los agentes de las semillas que controlan la floración y el proceso de crecimiento, aunque en realidad no tenemos manera de averiguar por qué los árboles han florecido tan pronto”.
La pregunta ahora viene con ¿Y qué ocurrirá cuando el árbol de las esperadas cerezas? ¿Serán excepcionalmente grandes? ¿Se atreverá alguien a probarlas?
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