La vulvodinia o dolor vulvar es
una entidad compleja y difícil de afrontar tanto para las pacientes que lo
sufren de forma penosa, como para los profesionales médicos que la tienen que
manejar, es un verdadero desafío. Estaríamos ante una entidad nosológica de
gran importancia clínica dentro de los síndromes de dolor pélvico crónico.
En 1976, los miembros de la ISSVD
(International Society for the Study of Vulvovaginal Disease) reconocían el
dolor vulvar como una entidad única y lo denominaban síndrome de ardor vulvar
(burning vulvar syndrome). En 1985, la ISSVD cambia el nombre a este síndrome
denominándolo vulvodinia y lo clasifica en dos subgrupos clínicamente
diferentes: vulvodinia disestésica y vestibulitis vulvar. Posteriormente, en
1991 la ISSVD definió a la vulvodinia como un "disconfor vulvar crónico
caracterizado por quemazón, escozor o irritación", junto con las
características típicas del dolor neuropático.
En los Estados Unidos se ha estimado que la prevalencia
puede llegar al 15%. En el 2003 se publicaron los resultados de un estudio en
4.915 mujeres, el 16% contestaron haber tenido dolor vulvar al contacto, por lo
menos en los tres meses previos. El dolor fue disminuyendo al incrementarse la
edad, pero la frecuencia fue similar en todos los grupos de población por
edades. Por otra parte, se ha informado de una similar prevalencia en mujeres
blancas y negras, pero las mujeres hispanas tenían 80% más probabilidad de
experimentar dolor crónico vulvar. Cerca del 40% de mujeres eligen no buscar tratamiento
y el 60% visitó 3 o más médicos. Los autores concluyeron que por lo menos 14
millones de mujeres en Estados Unidos podían haber experimentado dolor vulvar
crónico en cualquier momento de su vida.
En Ecuador no hay datos sobre la prevalencia e incidencia de
este problema, no obstante, es motivo frecuente de consulta. Las pacientes que
lo presentan suelen recurrir en primer lugar a los médicos de familia,
posteriormente buscan ayuda en los ginecólogos, urólogos, dermatólogos,
neurólogos...para acabar en muchas ocasiones en psiquiatras o psicólogos.
La vulvodinia es un síndrome multifactorial muy complejo.
Existen varias teorías de su causa, que van desde alteraciones embriológicas en
el desarrollo hasta factores inmunes y/o genéticos, pasando por infección por
virus del papiloma humano (VPH) o cándida, aumento de la excreción urinaria de
oxalatos, factores hormonales, inflamación y neuropatías. No obstante, hay un
factor común en casi todas ellas que sería la sensibilización del sistema
nervioso periférico y en algunas ocasiones también el central.
• Candidiasis. Ramírez et al. encuentran que la candidiasis
vulvovaginal es un antecedente frecuentemente comentado por las mujeres con
vulvodinia, aunque los índices de colonización por cándida en estas mujeres no
están incrementados comparado con los controles. Parece que se produce una
sensibilización por alérgenos de contacto de la cándida.
• Factores dietéticos. Los cristales de oxalato cálcico en
la orina causan quemazón vulvar.
• Factores iatrogénicos. El uso múltiple de agentes tópicos.
Prescripciones. Fórmulas magistrales. Jabones para baños de burbujas. Espráis
higiénicos perfumados. La irritación producida por medicaciones tópicas es más
común en la vulva comparada la piel, dado que el estrato corneo de la mucosa
vulvar no es tan eficaz como la piel en las funciones de barrera protectora.
• Infección del VPH. Hay controversia sobre el papel del
virus del papiloma humano, algunos estudios encuentran evidencias histológicas
y en muestras de ADN de su existencia, sin embargo, otros estudios no han
podido confirmar esta posible etiología.
• Morbilidad psicosexual. El estrés y la ansiedad influyen
en la percepción del dolor y en los síntomas. Hay publicaciones que sugieren
que la vulvodinia es el resultado de disfunciones psicológicas y/o sexuales,
pero no hay hasta ahora evidencias claras que lo soporten.
• Sensibilización central y periférica e inflamación
neurogénica: la sensibilización del SNC y SNP conduce a una hiperestesia debida
a un trauma previo y se produce un incremento intraepitelial de la densidad de
fibras nerviosas entre las mujeres con vulvodinia . También, la disminución
significativa de la expresión de receptores de estrógenos en la mucosa
vestibular de mujeres con vulvodinia y
la relación con enfermedades autoinmunes tales como dermatitis de contacto,
liquen plano, síndrome de Behcet, lupus eritematoso y síndrome de Sjögren puede
estar relacionada con una anormal respuesta inflamatoria y siendo un signo todo
ello de una inflamación neurogénica.
• Alteración de los músculos del suelo pélvico. El contacto
con el área vulvar / vestibular conduce a un aumento en la tensión del músculo
elevador del ano como respuesta a un reflejo de protección. En pacientes con
vulvodinia hay una pobre recuperación muscular e inestabilidad del elevador del
ano.
• Los dolores vulvares específicos tendrán una etiología
específica. Por ejemplo, neuralgia postherpética, atrapamiento nervioso,
complicaciones en las episiotomías, elongación del nervio pudendo tras el
parto, etc.
El diagnóstico clínico de las pacientes con vulvodinia
presenta típicamente:
Presentan frecuentemente dolor provocado por la dispareunia
superficial e intolerancia al tampón. La paciente puede haber tenido dolor en
su primer encuentro sexual o puede haber tenido un periodo de actividad sexual
normal anterior al dolor.
Normalmente hay un periodo de más de 6 meses entre el
comienzo de los síntomas y el diagnóstico. Estamos ante una mujer ansiosa,
asustada y frustrada. Estas mujeres tienen fobia sexual o al menos cierto
rechazo al sexo, por lo que serían factores de riesgo para las disfunciones
sexuales, así como del vaginismo y síndromes de dolor vulvar.
Puede existir ocasionalmente dolor de características
neuropáticas constante en la región de la vulva o región perineal. La
naturaleza del dolor es quemante o desasosegante y tiene gran analogía con los
síndromes de dolor neurálgico, como la neuralgia postherpética.
El test del algodón es también una forma útil y simple de
demostrar el dolorimiento dentro del vestíbulo.
El examen clínico de la vulva suele ser normal. Puede
existir eritema vulvar, pero también puede ser una variante anatómica.
• Palpación superficial y profunda: Cuando el dolor de la
vulvodinia se cronifica aparecen los P.G. que se identifican por medio de la
palpación, en primer lugar superficial y posteriormente profunda. Además de la
valoración de los PG, conviene valorar el tono basal del diafragma torácico, de
la cincha abdominal subumbilical, del suelo pélvico y finalmente la movilidad y
consistencia del tejido conjuntivo en todas esas zonas.
Al explorar la zona para encontrar el área de P.G. y la
banda tensa que lo engloba, se puede encontrar: hiperirritabilidad,
inmovilidad, sensibilidad dolorosa, edema, tensión y contractura muscular. El
"signo del salto" es característico y nos da una pista inestimable de
que estamos ante un PG.
Clinicamente hay que diferenciar los dolores vulvares
asociados a trastornos específicos:
1. Liquen escleroso y atrófico.
2. Eczema.
3. Síndrome de la vulva fisurada.
4. Dermografismo sintomático.
5. Ulceración aftosa.
6. Liquen plano erosivo.
7. Enfermedad ampollosa.
8. Infecciones por herpes simple.
9. Quistes sacromeníngeos.
10. Debemos también descartar otras patologías que también
causan dolor vulvar: - Infecciones. - Problemas físicos producidos por
accidentes o por abuso. - Enfermedades sistémicas como la enfermedad de Behcet,
el síndrome de Sjögren, lupus y la enfermedad de Crohn. - Condiciones
precancerígenas y cáncer. - Irritantes como el detergente, la ropa interior que
es de color y no es de algodón, cremas, supositorios, productos para la higiene
femenina, etc. - Condiciones de la piel como dermatitis de contacto, psoriasis,
penfigoides y pénfigo.
Medidas higiénicas: En el tratamiento con Acupuntura se
asocia además recomendar una estricta higiene vulvar para disminuir la
irritación local. Se recomienda no usar
ropa interior ni toallas higiénicas que no sean 100% de algodón. Usar
lubricación adicional para las relaciones sexuales, por ejemplo gel neutro de
lidocaína al 5%, o utilizar prilocaína al 2,5% y lidocaína al 2,5% (EMLA) tres
veces al día para desensibilizar la zona. También podemos utilizar aceites
naturales que no tengan excipientes o vaselina. La mejoría con el uso permanente
de vaselina quizás esté asociada a la disminución de la fricción. Se recomienda
no usar duchas genitales, solo agua y secar la zona con pequeños toques con un
paño suave, y utilizar jabones suaves para el baño general.
Para iniciar el tratamiento con Acupuntura con Harvey
Rivadeneira Galiano, médico especialista en acupuntura, recomienda una serie de
medidas higiénicas para el cuidado de la vulva, que pueden ayudar a aliviar el
dolor de la vulvodinia:
• Usar ropa interior de 100% algodón (no usar ropa interior
durante la noche)
• Evitar la ropa interior ajustada y las pantimedias
• Evitar los lavados vaginales con productos añadidos
• Usar jabón suave para bañarse y lavarse la vulva sólo con
agua
• No usar toallitas vaginales diarias, ni desodorantes, ni
jabón para baño de burbujas
• No usar toallas sanitarias ni tampones con desodorante
• Usar lubricante para tener relaciones sexuales
• Aplicar compresas de gel frío al área de la vulva para
reducir el dolor y el picor
• Evitar los ejercicios que hagan presión directamente sobre
la vulva, como el ciclismo.
• Tratamiento de acupuntura en puntos específicos en 10
sesiones por tres o cinco paquetes.
Harvey Rivadeneira Galiano, médico en acupuntura china ha desarrollado
un método para la desactivación de los PG denominado estimulación intramuscular
realizado con electroacupuntura, tomando como base el punto Huiyin , ChanQiang y el Yaoqi,
con rotación e inserción por 35 minutos, sin
producir efectos secundarios. Se aplicaran puntos de acupuntura específicos para el caso. Estimular los puntos Hui de Zang y Fu. Es importante mantener equilibrio energético del meridiano Chong Mai, Du y Ren. Existen casos que hay que aplicar sexología Tao por alteraciones funcionales en sesiones programadas.
Gran parte del éxito terapéutico se basa en la adecuada
comunicación con la mujer, haciéndole explícito que sabemos que el dolor que
presenta no es producto de su imaginación. Es importante recalcar que la
vulvodinia es un síndrome conocido que afecta a muchas mujeres en el mundo, que
no es una infección de transmisión sexual y que no se trata de una enfermedad
maligna. Igualmente que la curación del 100% es muy difícil de obtener y que la
mejoría es usualmente lenta.
Cuanto antes se diagnostique será mejor el abordaje debido a
la ausencia de sensibilización de los sistemas periférico y central.
Informes
Telf. 02 2236069 - 0997388009
Quito - Ecuador
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