Según la MEDICINA TRADICIONAL CHINA, cada uno de los órganos internos del ser humano alberga una emoción que forma parte del psiquismo.
Dichos órganos y emociones influyen recíprocamente, es decir, la buena funcionalidad en los órganos internos influye positivamente sobre el equilibrio del estado emocional, o un estado emocional equilibrado favorece el buen funcionamiento de los órganos internos.
Igualmente, una alteración energética en los órganos internos también pueden desequilibrar el estado emocional y viceversa.
Buena parte de la actividad psicológica es controlada también por el cerebro.
- En el Nei Jing (hace más de 3000 años aprox.) se mencionó que la actividad cognitiva, la memoria, el sentimiento y el pensamiento son controlados por el cerebro.
- En el Su Wen (de la misma época) se completó su definición y se le atribuyó la pertenencia de otras capacidades funcionales como la auditiva, la gustativa, la olfativa, la expresiva y la sensitiva.
- En la dinastía Chin (año 1644 aprox.) también se definió que el cerebro alberga la memoria, y se decía que el pronto olvido en los niños es debida a su falta de desarrollo cerebral y en los ancianos por la atrofia.
No obstante, la acupuntura (Tao) contempla más la relación entre los órganos internos con la psique que la función del cerebro, y definió que, los órganos internos albergan la sangre, la energía, el alma y el espíritu.
Así, como el Corazón alberga el Shen (la psique), le corresponde como emoción la alegría y se le denomina como el órgano rey, el órgano principal que controla la psique de todos los órganos internos, clasificándolos como los siguientes:
- El corazón alberga la psique y su emoción es la alegría
- El Pulmón alberga el espíritu y su emoción es la tristeza.
- El Hígado alberga el alma y su emoción es la ira,
- El Bazo alberga la idea y su emoción es la reflexión.
- El Riñón alberga la decisión y su emoción es el pánico.
Los cinco órganos siguen una dinámica de influencias mútuas. El corazón es el órgano rey, cualquier estimulo emocional le influye primeramente, y seguidamente, el estímulo reacciona con su correspondiente órgano y le estimula. Dependiendo de la intensidad de ésta estimulación, causará un efecto positivo o negativo en el cuerpo y la mente, es decir:
- La tristeza afecta al corazón y altera al pulmón por ser su correspondiente albergue psico-emocional, pero si la tristeza es excesiva o el pulmón esta débil, le perjudica y se somatizan una serie de síntomas patológicos pulmonares como la opresión torácica, la tos, el suspiro y una serie de enfermedades.
- La reflexión moviliza el corazón y afecta al Bazo. Cuando la reflexión se convierte en obsesión, daña la energía de corazón, que provoca el SD de insuficiencia de Corazón – Bazo (Síndrome típico de las depresiones). La insuficiencia de Bazo puede provocar también la producción de Tang (líquido invisible patológico), su estancamiento en el Corazón o el cerebro, causa locuras y delirios.
- La ira altera el corazón y afecta al Hígado. Una ira excesiva causa el bloqueo del Qi y fuego hepático, este fuego asciende hacia la parte alta de cuerpo, o sea a la cabeza (la energía del Hígado es ascendente debido su naturaleza de madera según los cinco elementos), y se somatiza en SD de ansiedad o nerviosismo, irritabilidad, dolor intenso de cabeza, hipertensión arterial e incluso ictus.
- El pánico altera el corazón y afecta al riñón. Somatiza síntomas de ataque de pánico, palpitaciones y sudoraciones. En casos graves desciende la energía del Riñón provocando incontinencias fecales y urinarias (su energía es descendiente debido a la naturaleza de este órgano según la teoría de los cinco elementos)
- La alegría moderada tonifica al corazón, pero cuando es excesiva le perjudica y ralentiza su circulación energética y sanguínea. Puede provocar anginas de pecho o infarto de miocardio.
Cabe reflexionar el porque de la vulnerabilidad emocional de los pacientes que cuya psique o corazón sufre algún tipo de alteración, de su susceptibilidad emocional por el entorno ambiental, social, familiar, con cambios bruscos de humor y/o de personalidad. ¿Sería la infelicidad o la disfunción del corazón la base de las alteraciones psíquicas?
La felicidad es la sensación más buscada por el ser humano. Puede ser subjetiva o colectiva, y este fenómeno es debido a que la felicidad tiene como base dependiente: la educación, los valores personales, sociales o familiares, y está también bajo la influencia conjunta de la cultura, la religión y las creencias, etc.
¿Es posible que dependiendo de algún tipo de fe o creencias, filosofía o religión, se contribuya a una mente más sana y por lo tanto, un cuerpo más sano?
La respuesta sin duda es afirmativa, se sabe que el optimismo o la positividad, el amor, la esperanza, la serenidad vence a las peores enfermedades e incluso el cáncer. Al contrario, el pesimismo o la negatividad, la desesperación o la desilusión, etc, son factores agravantes de cualquier enfermedad psíquica o física.
Según la explicación de la Medicina Tradicional China (acupuntura), la felicidad o la alegría equilibrada tonifican el Qi de corazón y refuerza la psique, activa el sistema circulatorio, fortalece los demás órganos internos llenándolos de vitalidad, de energía y sangre, reequilibra sus correspondientes emociones y evita la afectación de las mismas.
Al contrario, sufrir de infelicidad o emociones negativas u obsesivas, de modo súbito o prolongado, puede debilitar la energía del corazón e influye negativamente a los demás órganos como también a sus correspondientes emociones, restan la capacidad de resistencia física y psíquica, provocándoles ser más susceptibles y vulnerables.
Cabe destacar los casos de pacientes diagnosticados de psicosis paranoica o depresión debido al consumo de drogas (éxtasis, canabis, hachís. etc.), en los que sus efectos nocivos producen un exceso de estimulación emocional, crean alucinaciones y delirios, dañan sus correspondientes órganos internos y su psique, somatizando síntomas de ansiedad, palpitaciones, insomnio, ataques de pánico, irritabilidad, intranquilidad, depresiones y alteraciones de la personalidad, etc.
Todas las enfermedades o dolencias físicas pueden producir alteraciones psicológicas que afecta a sus correspondientes órganos internos alterando sus estados energéticos, agravando todavía más a la enfermedad. Crean así un círculo vicioso difícil de acabar. El SD de la fibromialgia es uno de los más destacados ejemplos del dolor, que causan alteraciones psíquicas y dichas alteraciones agravan más a dolor. O la depresión que causa cansancio y dolor, que a su vez agravan todavía más la depresión.
Y nuestro criterio terapéutico consiste en acabar este circulo vicioso reequilibrando cuerpo y mente.
