jueves, 16 de enero de 2025

ESPACIALIDAD DEL TAO: INTERFAZ ENTRE EL UNIVERSO Y NUESTRA PSIQUE

 









Justificación de la premisa

A partir de las premisas del taoísmo se pretende entender la relación del humano con el universo dentro de los diferentes principios filosóficos expresados en el libro Tao Te King. A su vez, se relacionan conceptos de la corriente filosófica oriental con conceptos del paradigma holográfico, tales como la holografía, la sincronicidad e inconsciente colectivo, estos dos últimos conceptos desarrollados por el psiquiatra Carl Jung.

“Tao puede ser cualquier cosa, pero yo utilizo otra palabra para denominarlo, aunque sea bastante pobre. Lo llamo la sincronicidad.[1]

Carl Jung

Fundamentación de la premisa

Para poder comprender  el pensamiento ideológico taoísta, se debe aclarar que los conceptos no se encuentran separados entre sí, sino responden a una interrelación metafórica  que expresa una concepción ideológica.  A sí mismo, el pensamiento oriental difiere con los conceptos dogmáticos de occidente, por lo que es de gran importancia entender la concepción de un todo y su multiplicidad de relaciones. 

Se plantean cinco principios fundamentales en el Tao, de los cuales se pretende profundizar haciendo un análisis a diferentes proyectos arquitectónicos y urbanos, desde la perspectiva taoísta y jungiana. 

La armonía en el Tao considera al universo como un sistema interrelacionado y en constante cambio. La hipótesis de sincronicidad de Carl Jung  se encuentra relacionada con el estudio de la filosofía oriental, el Tao y el Vedanta. La sincronicidad define una concordancia existente entre dos hechos que ocurren simultáneamente, uno expresado en la realidad exterior y la otra en la realidad interior de la persona, entendiéndose a sí mismo como coincidencias significativas. Dentro del pensamiento taoísta estas coincidencias se relacionan con la Unidad con Todo de las leyes de la armonía en el Tao Te King.

Para el Tao los sentimientos y los sentidos son las puertas de la percepción, puertas por las que el espíritu liberado vuela. Del libro Learning from China: The Tao of the city de Carl Fingerhuth se extrae la siguiente cita que expone claramente la dicotomía entre la racionalidad de occidente y la conciencia universal de oriente  “El Taoísmo nos enseña que mientras que el pensamiento científico es indispensable, siempre debe permanecer en equilibrio con las emociones, la percepción sensorial, y la intuición. El error de la racionalidad moderna es la radicalidad de su ambición y, en consecuencia, su desdén por todos los demás aspectos de la existencia humana”[2].

El vacío dentro de la cultura oriental desempeña un papel importante dentro del desarrollo de las artes. En la cultura occidental, aspectos considerados negativos como el vacío, la oscuridad, el no ser, son más importante que sus equivalentes positivos. El vacío es más importante que su inversa. Dentro de la arquitectura la realidad de una habitación está dentro de su espacio, mas no en sus techos y muros. Dentro del vacío se da el movimiento, así como aspectos intangibles como los fenómenos psicológicos, vivencias, recuerdos, entre otros.  

La dualidad es la presencia de fuerzas aparentemente opuestas pero que en realidad son complementarias. Dentro de la arquitectura la espacialidad se puede armonizar a partir de elementos como la luz y la oscuridad, los vacíos con los llenos, lo artificial con lo natural, entre otros. Dentro del Tao el Yin-Yang es el símbolo de la dualidad, donde el yin es el principio femenino y el yang el principio masculino.  Por otra parte el Tao reconoce la espacialidad como un componente experimental importante. La espacialidad es vista como el viaje de la experimentación, donde este aspecto es más importante que su fin o punto de destino. Si analizamos los principios taoístas nos damos cuenta que las múltiples relaciones existentes entre sí, y todo pertenece a única unidad.

Al haber entendido los principios filosóficos del Tao, podemos hacer aplicaciones dentro del diseño arquitectónico. La integración de la espiritualidad en la conciencia humana resulta una tarea compleja y desafiante, requiere reconectarse con la parte transpersonal y lo divino, así como la reintegración del cuerpo con el alma y espíritu. Así mismo se trata de fortalecer la relación entre el espacio físico, bien podría ser la ciudad, como punto de referencia en la fijación de la humanidad en el cosmos. La espacialidad realizada a partir de nuestro pensamiento racionalista elimina elementos del todo, y casi se vuelve en una ciencia exacta. Las evidencias transpersonales no son consideradas. Si tomáramos el principio de armonía taoísta, muchos de los espacios realizados dentro de la lógica occidental nos daríamos cuenta que buena parte no mantendrían la dualidad de las partes. 

La ciudad es anuente a la existencia humana, y como tal es un ejemplo de la inconciencia colectiva. Dicha conciencia es explicada desde las conclusiones de Carl Jung, donde los mitos, sueños, alucinaciones y visiones religiosas provienen de la misma fuente, un inconsciente colectivo que es compartida por todas las personas. El inconsciente colectivo viene con los seres humanos desde el nacimiento, es como un compendio de sabiduría universal al cual todos tenemos acceso. 

“Mientras que el modelo tradicional de la psiquiatría y el psicoanálisis es la conciencia estrictamente personalista y biográfica,  las investigaciones de la conciencia moderna  han añadido nuevos niveles, realidades y dimensiones, mostrando la psique humana como ser esencialmente relacionado con todo el universo y toda la existencia.[3]” 

Stanislav Grof 

Beyond the Brain.

Finalmente el ensayo procura dejar en evidencia las relaciones existentes entre la psique del ser humano y su espacio habitable, su entorno natural e inclusive dentro del marco social. Así mismo se evidencia la expresión del ser como un microcosmos, una completa correspondencia con el mundo a escala pequeña. Somos el homo quadratus en occidente o chên-jên  para la cultura china. 

Para la realización de este ensayo se pretende utilizar los siguientes libros:

- Arquitectura, Ciencia y Tao, Bornhorst, Dirk

- The Holographic Universe, Tabolt, Michael

- Learning from China, The Tao of the City, Fingerhuth, Carl

- El tao de la física, Capra, Fritjof

- Los ojos de la piel, Pallasmaa, Juhani.

- Lao Te King, Lao Tsé

Así mismo el  siguiente texto: Arquetipos e inconsciente colectivo en las artes plásticas a partir de la psicología de C.G. Jung, León del Río, María Belén.

El taoísmo es la cultura propia de China, es su raíz, y esta historia tiene más de cinco mil años, ya que es una de las culturas más antiguas del mundo. El taoísmo confía en el Tao, al que considera ser el origen del universo y el creador de todos los seres incluyendo la humanidad. Por la práctica taoísta la persona puede unir el Tao y la vida para conseguir una vida feliz, sana y larga. Se puede llegar, además, al estado de la inmortalidad y solucionar el gran acontecimiento de la vida y de la muerte.[4]

 

No hay que verter agua en un vaso lleno.

Y no tiene ningún sentido afilar demasiado la hoja del cuchillo. Y si la sala entera está repleta de oro y jaspe, ¿quién podrá resguardarla?

El exceso en todo provoca desgracia.

Cuando el trabajo ha sido terminado, hay que retirarse.

Estas son las leyes de la armonía sugeridas por Tao.

 

Poema 10 de Lao Te King

 

Actualmente la visión del mundo segrega los aspectos de la vida. Por una parte existe el discurso científico donde la única forma de casualidad es aquella considerada dentro de los fenómenos de la física clásica. Por otra parte el discurso espiritual explica los fenómenos a partir de una entidad divina que se encarga de  cada uno de los acontecimientos en el universo. No obstante, ninguno de los discursos plantea un punto intermedio que explique los fenómenos sin caer en polos opuestos.  La importancia de entender el universo como un sistema complementario de infinitas relaciones, pretende evitar caer en fundamentalismos científicos o espirituales. Como se expresa en el Tao, debe existir un equilibrio en todo, tomando como punto de partida la armonía del universo. Todo existente en nuestro alrededor está vivo, genera energías y vibraciones, por lo tanto nuestra relación como individuos y a su vez colectividad, estamos tratando con sistemas vivos. Fritjof Capra se expresa claro sobre este aspecto y señala que la física (refiriéndose a la física clásica) poco nos puede decir acerca de estos sistemas. Nos puede suministras información sobre las estructuras materiales, sobre las energías, sobre la entropía, etc., pero la naturaleza de la vida misma es algo que la física se le escapa[5]. Sin embargo, la teoría de sistemas vivos poco puede expresar aspectos de la espiritualidad, mas nos expone el espíritu del ser humano como un ser vivo con sus excentricidades. De esta forma, parte de la teoría de sistemas vivos se convierte en una comprensión de la mente y la conciencia. La cognición (el proceso de conocer) es idéntica al proceso de la vida en cualquier nivel de los sistemas vivos. Según esta teoría, denominada la teoría de Santiago, la mente no es una cosa, sino un proceso. La mente es el proceso de la cognición, que no es otra cosa que el proceso de la vida, y la conciencia no es sino una forma más elaborada de ese mismo proceso.[6] Al hacer un retroceso hacia culturas antiguas, tanto orientales como occidentales, no existía distinción entre cuerpo y mente, como se ha planteado desde hace algunos siglos atrás y al cual seguimos aferrados. No obstante, la distinción en estas culturas antiguas era entre el cuerpo y alma o espíritu, tomando de referencia la mente como proceso de vida desde la cognición y el cerebro junto con su corporalidad la estructura para que este proceso se manifieste. Somos conscientes de las  múltiples relaciones, de la interconectividad existente los fenómenos físicos y la espiritualidad, ¿en qué momento decidimos apartarnos de este camino y negarlo?

 

Para entender la pertenencia al Todo debemos comprender sus formas de manifestarse dentro de nuestro entorno. La armonía en el Tao considera al universo como un sistema interrelacionado y en constante cambio. Cada uno de nosotros ha experimentado desde una manera personal o grupal cambios de todo tipo; hallazgos científicos, revoluciones digitales, transcendencia espiritual, entre otros. ¿Qué ocurre si todos entre sí se encuentran relacionados? A lo largo de la historia, se ha considerado que la mente humana desarrolla dos tipos de conciencia, la primera definida por la racionalidad y la segunda por la intuición. En occidente el conocimiento intuitivo ha sido devaluado frecuentemente por haber sido etiquetado hacia la religión, para favorecer el conocimiento racional y científico. La posición oriental señala relaciones entre las dos formas de conocimiento y no una bifurcación entre la racionalidad y la intuición. Así lo expresan los budistas cuando se refieren al conocimiento relativo y el conocimiento absoluto o la filosofía china abogando por la complementariedad de lo intuitivo y lo racional: la dualidad arquetípica del yin y yang.  Sin embargo, se convierte en una ardua tarea complementar ambas formas de conocimiento, tomando en cuenta que nos regimos dentro de un sistema basado en la abstracción de rasgos para poder construir un conocimiento racional de sistemas de conceptos y símbolos que no tienen relación con el mundo  natural de infinitas variedades y complejidades, donde no existe un único mundo, sino este está compuesto por sus multidimensionalidades sin formas absolutas. El pensamiento conceptual racional nunca será lo suficientemente basto para poder entender por completo la realidad en la que nos desenvolvemos. Fenómenos simples de nuestra cotidianeidad difícilmente se podrán expresar desde un punto de vista unilateral, sino hay que entenderlo a partir de una infinita gama de relación entre el individuo y el Todo.  


 El psiquiatra suizo Carl Jung definió el concepto de sincronicidad relacionado con el paradigma holográfico y la psicología profunda.  La sincronicidad, intrínsecamente relacionada con el Tao, son coincidencias que son tan inusuales y tan significativas que apenas podrían atribuírseles a la casualidad[7]. Si seguimos desarrollando la teoría cognitiva de Santiago, citada por Fritjof Capra, nos daremos cuenta que la mente y la materia ya no sufre un divorcio, sino que se presentan como fuerzas complementarias dentro de la vida. De esta forma se nos hace más sencillo poder comprender fenómenos como los descritos por Jung, donde se expone ampliamente las relaciones de la psique con la racionalidad de la sociedad. Los vocablos utilizados en la antigüedad para alma y espíritu,  en sánscrito atman, en latín anima y spiritus, el griego psyche y pneuma, el hebreo ruach, todos hacen referencia al mismo significado: aliento.  Para Capra el espíritu es el aliento de vida. Nuestros momentos espirituales son los momentos en los que nos sentimos más vivos. En esos momentos estamos también totalmente conscientes de nuestro entorno y tenemos la sensación profunda de pertenecer al Todo.[8]


Se expone el siguiente ejemplo de sincronicidad entre dos individuos. Día cotidiano para una mujer joven adulta, se sube como todo los días al mismo bus, a la misma hora, hacia el mismo rumbo. Por alguna razón llega unos minutos más tarde y no encuentra asiento disponible en el bus, por lo cual le toca irse de pie los cuarenta y cinco minutos que dura el recorrido. No es la única persona de pie, le toca ubicarse en un determinado lugar en el pasillo del bus. Los minutos pasan y se siente observada. La mujer se percata de un hombre, adulto joven, que la observa. Se siente incómoda. La mujer cae en su realidad interna que a este hombre ya lo había visto antes, porque siempre usa el mismo bus, la misma hora y el mismo destino que ella, pero nunca le había puesto demasiada atención. A los días siguientes, el hombre le aparece en la calle, a la hora del café, caminando por aquí y por allá, en lugares donde ella no suele ir con frecuencia. Los dos se reconocen, mas nunca se han hablado. Se percata del siguiente fenómeno: ella es notada, se da cuenta de ello pero no le toma demasiada importancia, luego ella empieza a observar que el hombre aparece recurrentemente, nota la secuencia de patrones, y en ese instante, donde se esclarece todo, ocurre lo inesperado. Él deja de aparecer por varias semanas, algo cambió. El fenómeno al ser notado se desaparece, juega con cada uno de nosotros. A las semanas vuelve a aparecer, con una mujer tomados de la mano, él baja la cabeza, es un momento incómodo. 


Si se analiza el ejemplo anterior desde el conocimiento racional, probablemente la explicación radicaría en que la mujer en su cerebro experimentó una cierta afinidad por el hombre y empezó a hacer una búsqueda exhaustiva en su entorno para poder encontrarlo. Sin embargo, qué pasaría si lo experimentado por ambos individuos, la mujer y el hombre, tenga un trasfondo más profundo. Si en realidad, somos desconocedores del mundo natural, ¿por qué no es posible que este suceso sea parte de una sincronicidad con el Todo? Según la sincronicidad jungiana, existe una realidad de la cual ambos individuos son partícipes, pero cada uno en su realidad interior percibe y le da significancia a lo que su cuerpo experimenta. De nuevo encontramos relaciones entre la dualidad que nos expresa el Tao. Sin la realidad externa no podría existir ni un vestigio de la realidad interna, y sin la realidad interna no sería posible vivir la realidad externa. 

  Dentro del pensamiento taoísta  la Unidad con Todo[9]  existen puertas que van del mundo material al mundo oculto, y se logra al comprender la verdad de la no acción. Se podría hacer una dicotomía entre el mundo oculto con nuestro psique. Dentro de la sincronicidad jungiana, la Unidad con Todo se reproducen como las relaciones significativas que se presentan en la profundidad de la psique humana. Uno de los ejemplos más ilustrativos de la relación de la psique con la Unidad con Todo, se dio durante el trabajo psicoterapéutico de Carl Jung con una paciente: cuento de un escarabajo.  Jung estaba tratando a una mujer cuyo enfoque racional de la vida le impedía beneficiarse de la terapia. En una de sus sesiones, la mujer le cuenta a Jung acerca de un sueño en el que aparecía un escarabajo dorado. Según la mitología egipcia el escarabajo dorado representa el renacimiento, Jung se preguntó si el inconsciente de  la mujer le dispuso un anunciado simbólico sobre una especie de renacimiento psicológico. En ese instante entra un escarabajo color dorado verduzco en la habitación, la mujer se aturde y pone en tensión su excesiva racionalidad. A partir de ese momento la mujer reacciona positivamente a la terapia.


La sincronicidad aparece sin ser nombrado, esa relación existente con la universalidad permite que generemos vínculos entre la realidad y nuestro psique. ¿La arquitectura puede estar ligada con esta Unidad del Todo? Definitivamente sí. La psique hace incontables relaciones, es posible remontarnos a una arquitectura que se base en la ecuanimidad del tao. El tao ayuda a realizar espacialidad y entenderla desde el pensamiento filosófico, dejando de lado mucho del racionalismo mecanicista.  Los sentidos son sumamente importantes dentro del taoísmo, pero generalmente la espacialidad que construimos como diseñadores, descarta la mayoría de los mismos y reduce la arquitectura a un solo sentido: el visual.  Si existimos en un universo donde existen infinidades de relaciones, fenómenos y vivencias, ¿por qué desarrollamos más el sentido del ojo en vez de fomentar la arquitectura de los sentidos?  Para Pallasmaa la arquitectura “enriquecedora” tiene que dirigir todos los sentidos simultáneamente y fundir la imagen del yo con nuestra experiencia del mundo[10]. Justamente la imagen del yo es aquella relación de nuestra realidad interna con la realidad externa, que podría ser perfectamente espacialidades contemplando la Unidad del Todo


Se nos hace sumamente difícil tomar conciencia de las limitaciones y la relatividad del conocimiento conceptual, ya que percibimos una realidad abstraída de la misma realidad natural, y concebimos dicha abstracción de conceptos y símbolos como realidad pura. Para los místicos orientales la experiencia directa de la realidad es lo más importante, que pueda trascender el pensamiento intelectual, hacia una percepción sensorial. Dentro de la espacialidad del Tao la relación del individuo debe conectarse íntegramente entre cuerpo y aliento vital, para poder superar  los amarres del conocimiento racional y convertirse en complemento del conocimiento intuitivo, y viceversa. Según palabras de Upansishads:

 

Lo que es inaudible, impalpable, sin forma, perecedero, del mismo modo es insípido, permanente, inodoro, sin principio ni fin, más alto que lo más grande, firme. Al percibir eso, uno queda liberado de las fauces de la muerte.[11]

 

 Como diseñadores proponemos arquitectura que contempla una espacialidad en ella. Sin embargo, la espacialidad para occidente no tiene el mismo significado que para oriente.  En el taoísmo la espacialidad se encuentra íntimamente vinculada con el vacío y la dualidad.  Dentro de la arquitectura la realidad de una habitación está dentro de su espacio, mas no en sus techos y muros. Dentro del vacío se da el movimiento, así como aspectos intangibles de fenómenos psicológicos, vivencias, recuerdos, entre otros.  La realidad interior está íntimamente vinculada con el vacío del espacio. Es en ella donde vivimos. Aunque parezca lógico pensarlo de esta manera, mucha de la arquitectura realizada no contempla el vacío desde sus orígenes. La arquitectura en masa se ha vuelto en una distracción del psique con el universo y se ha enfocado en el ver desde la epistemología occidental. No obstante, se debe retomar la el ver desde un enfoque oriental. Cuando los místicos orientales hablan de ver se refieren a un modo de percepción que tal vez incluya la captación visual, pero que esencialmente siempre la trasciende, convirtiéndose en una experiencia no sensorial de la realidad[12].  Por lo tanto, la realidad experimentada en la espacialidad y en el vacío, debería trascender nuestro yo terrenal y permitirnos un estado no ordinario de conciencia a partir de un estado meditativo. 

Treinta radios convergen en el círculo de la rueda.

Y por el espacio que hay entre ellos

es donde reside la utilidad de la rueda.

La arcilla se trabaja en forma de vasos.

Y en el vacío reside la utilidad de ellos.

Se abren puertas y ventanas en las paredes de una casa,

y es por los espacios vacíos que podemos utilizarla.

Así, en la no-existencia reside la utilidad, y en la existencia, la posesión[13].”                                      

Lao Tse

Como forma de conclusión se exponen dos proyectos arquitectónicos que permiten generar vínculos entre los aspectos expuestos anteriormente, a partir de una visión universal, tomando como base la Unidad con el Todo. El primer proyecto diseñado por los arquitectos suizos Herzog y de Meuron en Basilea y el segundo por el arquitecto suizo Peter Zumthor en Vals. Ambos proyectos ubicados en la parte alemana de Suiza. 

 

En 1984, Herzog & de Meuron ganaron el concurso de arquitectura para diseñar un edificio en Hebelstrasse en la sección histórica de Basilea en Suiza. Crearon un edificio caracterizado por la transparencia, la transformación, lo inmaterial, el dinamismo y superficies espectaculares. Mientras la estructura se integraba a la edad de la ciudad, el edificio era también, un monumento monolítico y  minimalista o arcaico[14]. Se  logra por consiguiente, decir que la ciudad moderna  puede ser sensual sin ser ordinario, a su vez compleja y diversa sin abandonar el orden y sin irrespetar su entorno. La obra de Herzog & de Meuron plantea un equilibrio en la ciudad histórica con el edificio, representa el ejemplo espacial de la Unidad del Todo. Entre la arquitectura creada se puede expresar una secuencia sensorial y sobria. Buscar nuestro estado meditativo al concentrarnos en un solo detalle, como la respiración, el sonido o la imagen visual, permite la relación de conocimiento intuitivo con la universalidad. La arquitectura no debe de ser únicamente vista, sino con los sentidos y nuestra psique poder construir una nueva espacialidad.

 

Por otra parte el diseño del arquitecto suizo Peter Zumthor en las Termas de Vals experimenta con la dualidad en la espacialidad. Para los taoístas siempre existen fuerzas que aparentemente son opuestas pero que en su realidad son complementarias. No habría luz si no existiera la oscuridad. En este proyecto arquitectónico, el arquitecto plasmó audazmente la dualidad de elementos, pasando por baños de agua caliente a fríos, de aire húmedo a aire seco, de habitaciones oscuras a habitaciones claras, piedra pulida a piedra rugosa, etc.  Sin duda alguna, se podría contemplar una serie de atributos del Tao dentro de esta obra arquitectónica. El vacío permite jugar con esta dualidad, al generar el equilibrio deseado y permitir el vínculo entre el universo y nuestra psique. La obra arquitectónica deja de ser objeto y se convierte en una realidad interior que construimos a partir de nuestros vínculos con el inconsciente colectivo. Este inconsciente colectivo parte de esta universalidad es accedida a partir de la preparación mental a la conciencia no ordinaria. En nuestra vida diaria, las percepciones intuitivas directas de la naturaleza, en este caso de la arquitectura, están limitadas a breves momentos por nuestras propias convicciones occidentales. No obstante, en el pensamiento oriental se pretende convertir estos breves lapsos en largos periodos para finalmente establecerse en una conciencia permanente. Dejar de concebir a la realidad, y por ende también la arquitectura, desde una conciencia conceptual y transformarla en una conciencia inmediata de la realidad. De esta manera la dualidad, el vacío, los sentidos, la armonía se vuelven en la Unidad del Todo y cobra sentido con las relaciones de la conciencia racional y la conciencia intuitiva. 


La dualidad permite el equilibro entre las fuerzas, desde una visión meso se puede entender la espacialidad desde ejemplos concretos como lo anteriormente descritos. Pero desde una visión macro se debe considerar que cada uno de los ejemplos son fichas de un tablero mayor, en un sistema al cual nos encontramos supeditado a él. Así mismo nos permite relacionarnos con nuestra realidad psicológica en función de la cognición. Imprescindiblemente nuestra realidad interna está en constante reconocimiento con su entorno, en ocasiones de una manera consciente y en otras de manera inconsciente. Los eventos significativos estarán supeditados a una espacialidad, aunque esta se encuentre únicamente en nuestra psique. Las Termas de Vals fomentan los sentidos, se involucra una íntima relación entre los fenómenos psíquicos y la espiritualidad del Tao.

 

“La mente calmada del sabio es un espejo donde se reflejan el cielo y la tierra, es el reflejo de todas las cosas.”



[1] The Holographic Universe, Tabot, Michael

[2] Learning from China: The Tao of the City, Fingerhuth, Carl.

[3] The Holographic Universe, Tabot, Michael

[4] Conocer El Taoísmo: historia, filosofía y práctica: tai chi, chi kung, feng shui, meditación, masaje taoísta, Cheng Yang, Tian.

[5] El Tao de la Física, Capra, Fritjof. 

[6] El Tao de la Física, Capra, Fritjof.

[7] The Holographic Universe, Tabot, Michael. 

[8] El Tao de la Física, Capra, Fritjof.

[9] Es decir, hay que experimentarse como parte integrante del Absoluto.

[10] Los ojos de la piel, Pallasmaa, Juhani.

[11] Katha Upanishad

[12] El Tao de la Física, Capra, Fritjof

[13] Tao Te Ching, Tse, Lao.

[14] Learning from China: The Tao of the City, Fingerhuth, Carl.










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