jueves, 19 de septiembre de 2024

EMOCIONES EN LA TOMA DE DECISIONES

 






La razón y la emoción, por separado, se convierten en procesos que pueden perjudicar nuestro futuro por medio de decisiones desacertadas.

 

Somos capaces de valorar una decisión, a pesar de su racionalidad, como inadecuada ("matar a uno para salvar a muchos").

 

También somos capaces de advertir decisiones inadecuadas por lo exagerado de las razones que las motivan ("no viajar por el miedo a volar").

 

En definitiva, nos valemos de un equilibrio entre lo racional y lo emocional para decidir de manera correcta, proceso éste que se ha ido conformando gracias a nuestra experiencia vital.

 

 

¿Qué es una decisión acertada?

 

En principio la respuesta parece fácil: es aquélla que mayor beneficio nos aporta.

Pero esta cuestión no siempre está clara.

 

Cuando nos enamoramos las emociones toman el mando y dirigen nuestras decisiones, y una vez hemos salido de este estado de ensimismamiento nos preguntamos cómo es posible que actuáramos así, sin tener en cuenta más opciones que las que dicta el corazón, incluso desatendiendo los consejos de personas que apreciamos y tenemos en alta estima.

 

Frases populares como "el amor es ciego" nos advierten del poder que las emociones tienen sobre estas cuestiones, pero no ha sido hasta fechas recientes que la emoción se ha considerado un elemento determinante en los procesos racionales.

 

En el libro "El Error de Descartes" (1994), se retoma el caso de Phineas P. Gage, un obrero de ferrocarriles, quien en 1848 estaba trabajando en la construcción de una línea en Vermont, Nueva Inglaterra.

 

Tras una explosión, una barra de hierro le atravesó la mejilla izquierda lesionando la zona frontal de la cabeza.

 

Esta terrible herida afectaba, entre otras, a la corteza orbito-frontal. Phineas sobrevivió milagrosamente sin deterioros físicos evidentes, pero su personalidad cambió de manera drástica.

 

Su comportamiento social se desinhibió, y pasó a ser un individuo de dudosa moral.

 

Precisamente las decisiones basadas en juicios morales evidencian de manera muy clara el papel de la emoción dentro del contexto social.

 

En algunos lesionados en la corteza orbito-frontal las emociones parecen haber dejado de interactuar correctamente con la razón. Esta región modula el funcionamiento de la amígdala, que es el origen más primitivo de nuestros impulsos y emociones más ingobernables.

 

Estos pacientes pueden explicar las normas sociales, pero no dudan en quebrantarlas si creen poder obtener beneficios. En un reciente trabajo se planteó una serie de preguntas a sujetos con lesiones en la corteza pre-frontal ventromedial.

 

Estas preguntas estaban referidas a dilemas morales como "dejar morir" a un individuo con la finalidad de salvar a un grupo mayor de personas (Koenigs y cols., 2007).

 

Los resultados evidenciaron respuestas muy racionales en las que se prefería salvar a la mayoría mediante el sacrificio de uno.

 

¿Qué pensaríamos de alguien que es capaz de tomar una decisión de este tipo sin apenas dudar? Seguramente que es poco de fiar, y esto resulta paradójico, ya que la racionalidad en una persona es, en principio, un rasgo que todos esperamos de alguien confiable.

 

Pero lo cierto es que nuestra capacidad de percibir la emoción en los demás como un motivador de la conducta humana nos hace ser más confiados ante las personas que son empáticas, ante aquéllos que son capaces de sonreírnos o emocionarse frente a nuestro dolor.

 

Volviendo al principio, ¿quiere decir todo esto que enamorarse es como si te atravesara una barra de hierro por el cráneo? Muchas veces resulta igual de doloroso, pero no es exactamente eso.

 

Cuando nos enamoramos las emociones adquieren un peso mayor, lo que sin duda, condiciona nuestras decisiones.

 

Diversos autores (p.ej., Adolphs, 2004) proponen que las emociones se pueden controlar, pero esta autorregulación depende de la maduración de la corteza pre-frontal, lugar donde se ubica la mencionada corteza orbito-frontal.

 

Esta región madura de manera tardía (Gogtay y cols., 2004), y en la adolescencia todavía no se habría conformado totalmente, lo que estaría explicando el comportamiento propio de esta etapa de la vida (Oliva, 2007), donde la toma de decisiones es un proceso muy complicado y de especial preocupación para los padres.

 

El proceso de maduración de esta región se basa principalmente en la interacción que el sujeto tiene con su entorno, que se almacena como experiencias que nos permiten afrontar las dificultades futuras.

 

Pero, ¿qué papel juega la emoción en este proceso de aprendizaje, y en concreto a la hora de tomar una decisión? No siempre las opciones están claras, y en este caso, el concepto de Marcador Somático (Damasio, 1994) nos permite, por fin, dar entidad a la emoción como guía de nuestra decisiones.

 

Los marcadores somáticos son sentimientos que pueden presentarse a modo de intuiciones cuando nos sentimos indecisos (ej., no sabes porqué, pero tienes una "sensación" extraña justo antes de pasar por una calle y decides tomar la siguiente), y que nos ayudan a decidir qué opción será la más beneficiosa para nuestros intereses.

 

Esta intuición se ha generado a partir de situaciones similares acontecidas en el pasado y de su conexión, no siempre de manera consciente, con las consecuencias que nos depararon, y que ahora afloran para "advertirnos" del camino a seguir (quizá hace unos años sufriste un atraco en una calle parecida a esa, pero apenas lo recordabas ya, salvo por la sensación o intuición que te sobrevino justo al verla).

 

Es tranquilizador pensar que disponemos de un mecanismo que en último término nos "advertirá" de lo que es más adecuado para nosotros.

 

Pero no siempre es fiable esta advertencia, e incluso hay trastornos psiquiátricos en los que se ha desvirtuado tal función hasta el punto de advertirnos de peligros inexistentes, como en fobias y ansiedad.

 

Por suerte, junto a esta intuición siempre hay un proceso racional que nos permite sopesar los pros y los contras, y en esta dualidad es en la que nos movemos a diario, entre lo que dice el corazón y lo que dice la mente.

 

Quizá sea esto lo que hace la vida interesante y lo que convierte al ser humano en dueño de su propio destino, capaz de equivocarse y, aun con todo, seguir adelante y mantener la esperanza.

 

por Fernando Gordillo, 

       José M. Arana, 

       Lilia Mestas y 

       Judith Salvador

 

 

Referencias

 

Adolphs, R. (2004). Emotion, social cognition, and the human brain. En J. T. Cacioppo y G. G. Berntson (Eds.) Essays in Social Neuroscience. Cambridge, MA: MIT Press.

 

Damasio, A. R. (1994). Descartes’ error: Emotion, rationality and the human brain. New York: Putnam (Grosset Books).

 

Gogtay, N., Giedd, J. N., Lusk, L., Hayashi, K. M., Greenstein, D., Vaituzis, C., Nugent, T. F., Herman, D. H., Classen, L., Toga, A. W., Rapoport, J. L. y Thompson, P. M. (2004). Dynamic mapping of human cortical development during childhood through early adulthood. Proceedings of the National Academy of Sciences, 101, 8174-8179.

 

Koenigs, M., Young, L., Adolphs, R., Tranel, D., Cushman, F., Hauser, M., y Damasio, A. (2007). Damage to the prefrontal cortex increases utilitarian moral judgements. Nature, 446, 908-911.

 

Oliva, A. (2007). Desarrollo cerebral y asunción de riesgos durante la adolescencia. Apuntes de Psicología, 25, 239-254

 

 

 

 

La hipótesis del Marcador Somático:

 

Antonio Damasio intenta explicar con su teoría del "marcador somático" (MS) cómo las emociones influyen en nuestros proceso de decisiones y razonamiento. El MS sería una señal en forma de sensación somestésica, que contribuye a optimizar nuestras decisiones y nuestro razonamiento. 


Mediante un largo proceso de aprendizaje, determinados estados somáticos se asocian a clases específicas de estímulos. Así, frente a situaciones puntuales, el cuerpo entrega una señal en razón de sus experiencias anteriores. Es decir, nuestro organismo a lo largo de su ontogenia va acumulando múltiples asociaciones del tipo situación/estado somático, de tal forma de tener un registro con su historia de variaciones en función de esas situaciones particulares. Frente a nuevas experiencias, dicho registro permitirá buscar alguna situación similar que se haya tenido con anterioridad. De esta manera, si la situación actual es asociada con una experiencia anterior que haya tenido un resultado negativo, el MS “intentará” que rechacemos ese curso de acción. Si por el contrario, la nueva situación se enlaza con alguna experiencia anterior positiva, que permita prever que la decisión tendrá éxito, el MS la promoverá. 

El cuerpo entrega una señal frente a determinados estímulos que permite reducir nuestro campo de respuestas y hacer más eficientes nuestros procesos de toma de decisiones y razonamiento. Es como si nuestro organismo nos hablara mediante determinados estados somáticos, asociados a estímulos específicos, a través de un aprendizaje conductista de aquellas respuestas (y su respectivo patrón fisiológico) más asociadas a resultados exitosos. Este proceso se daría en dos tiempos. Primero, asociamos estas respuestas con nuestras emociones primarias (miedo, rabia, alegría) para luego mediante el aprendizaje social, asociarse a emociones secundarias, lo que permite un rango más amplio de asociación que las que entregan las seis emociones básicas. Sólo de esta forma conseguiríamos tan variada gama de estados somáticos para la casi ilimitada posibilidad de estímulos con los que se puede enfrentar el organismo.

fuente: Wikipedia

jueves, 5 de septiembre de 2024

EL TAO EN EL UNIVERSO

 










 

En las mismas raíces del pensamiento y el sentimiento filosófico chino se encuentra el principio de polaridad, que no debe confundirse con las ideas de oposición o conflicto.

 

En las metáforas de otras culturas,

la luz está en guerra con la oscuridad

la vida con la muerte

el bien con el mal

lo positivo con lo negativo,

...y por lo tanto, un idealismo para cultivar el primero y deshacerse del segundo florece en gran parte del mundo.

 

Para la forma tradicional de pensar chino, esto es tan incomprensible como una corriente eléctrica sin polos positivos y negativos, ya que la polaridad es el principio de que el más y el menos, norte y el sur, son diferentes aspectos de un mismo sistema, y que la desaparición de cualquiera de ellos sería la desaparición del sistema.

 

Las personas que han sido criadas en el aura de las aspiraciones cristianas y hebreas encuentran esto frustrante, porque parece negar cualquier posibilidad de progreso, un ideal que fluye de su visión lineal (a diferencia de la cíclica) del tiempo y la historia.

 

De hecho, toda la empresa de la tecnología occidental es "hacer del mundo un lugar mejor": tener placer sin dolor, riqueza sin pobreza y salud sin enfermedad. Hemos estado interfiriendo con un complejo sistema de relaciones que no entendemos, y cuanto más estudiamos sus detalles, más nos elude al revelar aún más detalles para estudiar.

 

A medida que tratamos de comprender y controlar el mundo, se escapa de nosotros. En lugar de rastrarse por esta situación, un taoísta preguntaría qué significa.

 

¿Qué es lo que siempre se retira cuando se persigue?

 Respuesta: tú mismo...

 

Los taoístas ven el universo como inseparable de sí mismos. Los idealistas (en el sentido moral de la palabra) consideran al universo como diferente y separado de sí mismos, es decir, como un sistema de objetos externos que necesita ser subyugado.

 

Los taoístas ven el universo como el mismo, o inseparable de ellos mismos, de modo que Lao-tzu podría decir: "Sin salir de mi casa, conozco todo el universo". Esto implica que el arte de la vida se parece más a la navegación que a la guerra, ya que lo que es importante es entender los vientos, las mareas, las corrientes, las estaciones y los principios del crecimiento y la decadencia, para que las acciones de uno puedan usarlos y no combatirlos.

 

En este sentido, la actitud taoísta no se opone a la tecnología per se. De hecho, los escritos de Chuang-tzu están llenos de referencias a artesanías y habilidades perfeccionadas por este mismo principio de "ir con el grano".

 

Por lo tanto, el punto es que la tecnología es destructiva solo en manos de personas que no se dan cuenta de que son un proceso que el universo. Del progreso al proceso. Nuestra sobreespecialización en la atención consciente y el pensamiento lineal ha llevado a descuidar, o ignorar, los principios y ritmos básicos de este proceso, de los cuales el principal es la polaridad.

 

Los directores masculinos y femeninos. En la filosofía china taoista, los dos polos de energía cósmica son el yang (positivo) y el yin (negativo), asociados con lo masculino y lo femenino, lo firme y lo que rinde, lo fuerte y lo débil, la luz y lo oscuro, lo ascendente y lo que bajó, el cielo y la tierra, e incluso se reconocen en asuntos cotidianos como la cocina como lo picante y lo soso.

 

Por lo tanto, el arte de la vida no se ve como aferrarse al yang y desterrar el yin, sino como mantener a los dos en equilibrio, porque no puede haber uno sin el otro.

 

Cuando se los considera como lo masculino y lo femenino, la referencia no es tanto a los individuos masculinos y femeninos como a las características que son dominantes en cada uno de los dos sexos, pero no se limitan a ellos. El individuo masculino no debe descuidar su componente femenino, ni a la mujer su hombre.

 

Así dice Lao-tzu: Conociendo al macho, pero manteniendo a la hembra, uno se convierte en una corriente universal. Convirtiéndose en una corriente universal, uno no está separado de la virtud eterna.

 

Convertirse en una corriente universal. El yang y el yin son principios, no hombres y mujeres, por lo que no puede haber una verdadera relación entre el hombre duro afectado y la mujer endeble afectada.

 

La clave de la relación entre yang y yin se llama hsiang sheng, de surgimiento mutuo o inseparabilidad.

 

Como dice Lao-tzu:

Cuando todo el mundo conoce la belleza como hermosa,

ya hay fealdad;

Cuando todo el mundo sabe lo bueno como la bondad,

ya hay maldad.

"Ser" y "no ser" surgen mutuamente;

Difícil y fácil se realizan mutuamente;

Lo largo y lo corto se contrastan mutuamente;

Alto y bajo se postulan mutuamente;

 

El antes y el después están en secuencia mutua. Por lo tanto, son como los lados diferentes, pero inseparables, de una moneda, los polos de un imán, o el pulso y el intervalo en cualquier vibración.

 

Nunca existe la posibilidad definitiva de que cualquiera de los dos gane al otro, ya que son más como amantes que luchan que enemigos que luchan.

 

Ser y no ser

son mutuamente generativos

y se apoyan mutuamente.

 

Es difícil en nuestra lógica ver que el ser y el no ser son mutuamente generativos y se apoyan mutuamente, porque es el gran e imaginario terror del hombre occidental que la nada será el universo permanente.

 

No captamos fácilmente el punto de que el vacío es creativo, y que el ser proviene del no ser como el sonido del silencio y la luz del espacio.

 

Treinta radios se unen en el cubo del volante;

Es el agujero central lo que lo hace útil.

Forma la arcilla en un recipiente;

Es el espacio dentro lo que lo hace útil.

Corta puertas y ventanas para una habitación;

Son los agujeros los que lo hacen útil.

Por lo tanto, el beneficio proviene de lo que hay;

Utilidad de lo que no está ahí.

 

Este espacio no es "solo nada" como comúnmente usamos esa expresión, porque no puedo alejarme de la sensación de que el espacio y mi conciencia del universo son iguales, y llamar a la mente las palabras del Patriarca Chan (Zen) Hui-neng, que escribió once siglos después de Lao-tzu:

 

La capacidad de la mente es amplia y enorme, como el vasto cielo.

No te sientes con la mente fija en el vacío. Si lo haces, caerás en un tipo de vacío neutral.

 

El vacío incluye el sol, la luna, las estrellas y los planetas, la gran tierra, las montañas y los ríos, todos los árboles y hierbas, los hombres malos y los hombres buenos, las cosas malas y las cosas buenas, el cielo y el infierno; todos están en medio del vacío.

 

El vacío de la naturaleza humana también es así.

 

Las cosas y las nadas. Por lo tanto, el principio yin-yang es que las cosas y las nadas, los ons y los offs, los sólidos y los espacios, así como los despertares y los sueños y las alternancias de lo existente y no existente, son mutuamente necesarios.

 

Yang y yin son de alguna manera paralelos a la visión budista (más tarde) de la forma y el vacío, de la que dice el Sutra del Corazón:

 

Lo que es forma es solo lo que es vacío y lo que es vacío es solo lo que es forma.

 

Por lo tanto, el principio yin-yang no es lo que normalmente llamaríamos un dualismo, sino más bien una dualidad explícita que expresa una unidad implícita.

 

 







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