jueves, 31 de mayo de 2012

ANAPANASATI: MEDITACIÓN EN LA RESPIRACIÓN




ANAPANASATI: MEDITACIÓN EN LA RESPIRACIÓN


Un comentario de Mahathera Nauyane Ariyadhamma


Homenaje al Bendito, al Arahant y al Totalmente Iluminado


Ànàpàna-sati, la meditación en la respiración (inhalación y exhalación), es el primer tipo de meditación expuesta por el Buddha en el Mahà Satipatthàna Sutta, el Gran Discurso de los Fundamentos de la Atención. El Buddha puso especial énfasis a esta meditación, ya que es la puerta de entrada a la iluminación y al Nibbàna; y porque ha sido adoptada por todos los Buddhas del pasado como la base principal de su logro de la Buddheidad. Cuando el Bendito se sentó al pie del Árbol del Bodhi y resolvió no levantarse de ahí hasta que alcanzara la iluminación, tomó el ànàpàna-sati como su objeto de meditación. Sobre esta base, alcanzó las cuatro absorciones (jhànas), recordó sus vidas previas, desentrañó la naturaleza del samsàra, experimentó los sucesivos conocimientos introspectivos y, en el atardecer, mientras temblaban los 100,000 universos, alcanzó la sabiduría ilimitada de un Buddha Totalmente Iluminado.


Ofrezcamos, entonces, nuestra veneración al Bendito, ese alguien que llegó a ser un Buddha incomparable trascendiendo al mundo a través de esta meditación ànàpàna-sati. Comprendamos completamente este tipo de meditación, con sabiduría tan resplandeciente como el sol y la luna. Y que a través de su poder logremos la bendita paz del Nibbàna.


EL TEXTO BÁSICO
Examinemos primero el significado del texto expuesto por el Buddha acerca del ànàpàna-sati. El texto comienza:
"Aquí, monjes, un monje que se ha ido al bosque, o al pie de un árbol, o a un lugar vacío, se sienta con las piernas cruzadas, sosteniendo erecta su espalda, haciendo emerger la atención plena frente a él."
Esto significa que cualquier persona que pertenezca a uno de los cuatro tipos de individuos mencionados en esta enseñanza - es decir, bhikkhu (monje), bhikkhùni (monja), upàsaka (laico), o upàsikà (laica) - deseoso de practicar esta meditación, debe ir ya sea a un bosque, al pie de un árbol apartado, o a una morada solitaria. Ahí deberá sentarse con las piernas cruzadas, manteniendo su cuerpo en posición erecta, fija su atención plena en la punta de su nariz, el lugar de su objeto de meditación.
Si hace una inhalación prolongada, deberá comprender tal acto con plena atención. Si hace una exhalación prolongada, deberá comprender tal acto con plena atención. Si toma una inhalación corta, deberá comprenderlo con plena atención, si hace una exhalación corta, deberá comprenderlo con plena atención.
"Inhala experimentando el cuerpo en su totalidad, exhala experimentando el cuerpo en su totalidad"
Esto es, con atención bien situada, ve el principio, el medio y el final de las dos fases, la inhalación y la exhalación. Conforme practica la observación de la inhalación y exhalación con atención, se calmarán y tranquilizarán las dos funciones de inhalación y exhalación.
El Buddha ilustra esto con un símil. Cuando un hábil tornero o su aprendiz trabajan un objeto en su taller, atienden a su labor con atención fija: al hacer un giro largo o uno corto, saben que están haciendo un giro largo o uno corto. De la misma manera, si el practicante de meditación inhala largamente lo comprende como tal; y si exhala largamente, lo comprende como tal; si hace una inhalación corta, lo comprende como tal y si su exhalación es corta, lo comprende como tal. Ejercita su atención de tal forma que ve el principio, el medio y el final de estas dos funciones de inhalación y exhalación. Comprende con sabiduría la tranquilización de estos dos aspectos, de la inhalación y la exhalación.
De esta forma, él comprende las dos funciones de la inhalación y la exhalación en él mismo, y las dos funciones de la inhalación y exhalación en otras personas. También comprende las dos funciones de la inhalación y exhalación en él mismo y en los otros en rápida alternación. Comprende también la causa del surgimiento de la inhalación y la exhalación y la causa de la cesación de la inhalación y la exhalación, y el momento a momento del surgimiento y la cesación de la inhalación y la exhalación.
Se da cuenta entonces de que su cuerpo, el cual ejercita las dos funciones de inhalación y exhalación, es únicamente un cuerpo, no un ego o "Yo". Esta atención plena y sabiduría son útiles para desarrollar una mejor y más profunda atención y sabiduría, capacitándolo para descartar las concepciones erróneas de las cosas en términos de "Yo" y "mío". Entonces, llega a estar capacitado para la vida con sabiduría respecto a este cuerpo y no se aferra a nada en el mundo con avidez, engreimiento o visión errónea. Viviendo sin apego, el meditador recorre el camino hacia Nibbàna a través de la contemplación de la naturaleza del cuerpo.
Esta es una paráfrasis amplificada del pasaje del Mahà Satipatthàna Sutta sobre el ànàpàna-sati. Esta meditación ha sido explicada en dieciséis formas distintas en varios suttas. De estas dieciséis, el primer grupo de cuatro ha sido explicado aquí. Pero estas cuatro son los fundamentos de las dieciséis formas en las que puede practicarse el ànàpàna-sati.

LOS PRELIMINARES DE LA PRÁCTICA
Ahora debemos investigar las etapas preliminares de la práctica de esta meditación. En primer lugar, el Buddha indicó una morada apartada para practicar el ànàpàna-sati. En el sutta ha mencionado tres lugares; el bosque, el pie de un árbol, o un lugar vacío. Este puede ser una tranquila cabaña, o un lugar de habitación libre de la presencia de otras personas. Hasta podemos considerar a una sala de meditación como un lugar vacío. Aunque puede haber una gran cantidad de personas en dicho lugar, si cada uno permanece quieto y callado puede considerársele un lugar vacío.
El Buddha recomendó un lugar así por la razón de que, para practicar el ànàpàna-sati, el silencio es un factor esencial. Un meditador principiante encontrará más fácil desarrollar su concentración mental en la respiración sólo si hay silencio. Aún si uno no pudiera encontrar el silencio completo, se debería elegir un lugar tranquilo en donde se pueda disfrutar de privacidad.
Luego, el Buddha explicó la posición de sentado. Hay cuatro posturas que pueden adoptarse para la meditación: de pie, sentado, acostado y caminando. De estas la postura más adecuada para la práctica del ànàpàna-sati al principio, es la postura sentada.
La persona que desee practicar el ànàpàna-sati debe sentarse con las piernas cruzadas. Para los bhikkhus y hombres laicos, el Buddha ha recomendado la posición de piernas cruzadas. Ésta no es una postura fácil para todos, pero puede dominarse gradualmente. La posición media de piernas cruzadas se ha recomendado para bhikkhùnis y mujeres laicas. Esta es la postura de sentado con una pierna doblada. Será muy benéfica si la postura de piernas cruzadas recomendada para bhikkhus y hombres laicos pudiera adoptarse en la posición de "loto" con los pies volteados hacia arriba y descansándolos en los muslos opuestos. Si esto es inconveniente, uno puede sentarse con ambos pies recogidos debajo del cuerpo
En la práctica del ànàpàna-sati, es imperativo sostener el cuerpo derecho. El torso debe mantenerse erecto, pero no tirante ni rígido. Uno puede cultivar esta meditación adecuadamente sólo si todos los huesos de la espina están alineados en una posición erecta. Por lo tanto, este consejo del Buddha de mantener erecta la parte superior del cuerpo debe ser comprendida y seguida claramente.
Las manos deben colocarse suavemente en el regazo, el dorso de la mano derecha sobre la palma de la mano izquierda. Los ojos pueden estar cerrados suavemente o semi-cerrados, lo que resulte más cómodo. La cabeza debe sostenerse derecha, inclinada ligeramente en ángulo hacia abajo, la nariz perpendicular al ombligo.
El siguiente factor es el lugar para fijar la atención. Para cultivar el ànàpàna-sati uno debe estar claramente atento al lugar en el que el aire entra y sale tocando las fosas nasales. Esto se sentirá como un punto debajo de las fosas nasales o sobre el labio superior, en donde se presente el contacto del aire al entrar y salir de las fosas nasales, en el que pueda sentirse con mayor precisión. En ese punto, deberá fijarse la atención, como un centinela que observa una puerta.
Luego, el Buddha explica la manera en la que deberá cultivarse el ànàpàna-sati. Uno inhala atentamente, exhala atentamente. Desde el nacimiento hasta la muerte, esta función de inhalación y exhalación continúa sin detenerse, sin una pausa, pero porque no reflexionamos conscientemente en ello, ni siquiera nos damos cuenta de la presencia de esta respiración. Si lo hacemos, podemos obtener mucho beneficio por medio de la calma y la introspección. Por lo tanto, el Buddha nos ha aconsejado que estemos atentos a la función de la respiración.
El practicante de meditación que observa conscientemente la respiración de esta manera, no debe tratar nunca de controlar su respiración o retener su respiración con esfuerzo. Ya que si controla o retiene su respiración con esfuerzo consciente, se fatigará y su concentración mental se verá afectada e interrumpida. La clave de la práctica es fijar la atención de forma natural en el punto en donde se siente que entran y salen las inhalaciones y exhalaciones. Entonces, el meditador tiene que mantener su atención en la sensación de contacto del aire en las fosas nasales, manteniendo la atención tan continua y consistente como sea posible.


LOS OCHO PASOS
Para ayudar a que los practicantes desarrollen esta meditación, los comentadores y maestros de meditación han indicado ocho pasos progresivos en la práctica. Estos ocho pasos serán enumerados primero, y luego, explicados en relación con el proceso meditativo real.
Los nombres de los ocho pasos son: conteo (gananà); seguimiento (anubandhana); contacto (phusana); fijación (thapana); observación (sallakkhana); alejamiento (vivattana), purificación (parisuddhi); y retrospección (patipassanà). Los ocho cubren el curso completo del desarrollo meditativo hasta alcanzar el estado de Arahat.

(i) Conteo (gananà)
El conteo se indica para aquellas personas que nunca antes han practicado ànàpàna-sati. No es necesario para quienes han practicado meditación durante un período considerable de tiempo. Sin embargo, como es necesario tener un conocimiento de esto, el conteo debe entenderse de la siguiente manera.
Cuando un meditador se sienta a meditar, fija su atención en la punta de su nariz y atiende conscientemente a la secuencia de inhalación y exhalación. Nota mientras el aire entra, y nota cuando sale, tocando nuevamente la punta de su nariz o el labio superior. En este momento empieza a contar estos movimientos.
Hay cuatro métodos de conteo. El más fácil se explica así: La primera inhalación-exhalación que se siente se cuenta "uno, uno"; la segunda "dos, dos"; la tercera "tres, tres"; la cuarta "cuatro, cuatro", la quinta "cinco, cinco", y así hasta la décima inhalación que se cuenta "diez, diez". Luego vuelve a "uno, uno" y continúa hasta "diez, diez". Esto se repite una y otra vez del uno al diez.
En si, el sólo hecho de contar no es la meditación, pero el conteo ha llegado a ser un auxiliar esencial para la meditación. Una persona que no ha practicado meditación antes, al encontrar difícil de entender la naturaleza de su mente, podría pensar que está meditando mientras que su mente corre a troche y moche. El conteo es un método fácil para controlar la mente errante.
Si una persona fija bien su atención en su meditación, puede mantener correctamente el conteo. Si su mente vuela en todas direcciones, y pierde el conteo, esa persona se confunde y así puede darse cuenta de que su mente ha divagado. Si la mente pierde contacto con el conteo, el meditador debe comenzar nuevamente a contar. De esta manera deberá iniciar nuevamente el conteo desde el principio, aun si se equivoca mil veces.
Conforme se desarrolla la práctica, puede haber un tiempo en el que la inhalación y la exhalación son más frecuentes y no es posible repetir el mismo número muchas veces. Entonces, el meditador tiene que contar rápidamente "uno", "dos", "tres", etc. Cuando cuenta de esta manera puede comprender la diferencia entre la inhalación y exhalación prolongada y la inhalación y exhalación breves.
(ii) Seguimiento (anubandhana)
"Seguimiento" significa seguir la respiración con la mente. Cuando la mente ha sido sometida por el conteo y está fija en la inhalación y exhalación, el conteo se detiene y se reemplaza por el seguimiento mental del curso de la respiración. Esto está explicado por el Buddha de la siguiente forma:
"Cuando el meditador inhala prolongadamente comprende que está inhalando prolongadamente; y cuando está exhalando prolongadamente, comprende que está exhalando prolongadamente."
Aquí, uno no toma deliberadamente una inhalación prolongada o una exhalación prolongada. Uno simplemente comprende lo que está ocurriendo en realidad.
En el siguiente pasaje, el Buddha ha declarado que un meditador se entrena a sí mismo pensando:
"Inhalaré experimentando la totalidad del cuerpo, y exhalaré experimentando la totalidad del cuerpo."
Aquí, "la totalidad del cuerpo" significa el ciclo completo de inhalación y exhalación. El meditador debe fijar su atención de tal forma que pueda ver el principio, el medio y el final de cada ciclo de inhalación y exhalación. Es esta la práctica llamada "experimentando la totalidad del cuerpo."
El principio, el medio y el final de la respiración deben entenderse correctamente. Es incorrecto considerar la punta de la nariz como el principio de la respiración, el pecho como el centro, y el obligo como el final. Si uno intenta rastrear la respiración desde la nariz a través del pecho hasta el vientre, o seguirla en su salida desde el vientre a través del pecho hasta la nariz, la concentración de uno será interrumpida y la mente se volverá agitada. El principio de la inhalación, entendida adecuadamente, es el inicio de la inhalación, el medio es la continuación de la inhalación y el fin es cuando se ha completado la inhalación. De igual forma, respecto a la exhalación, el inicio es el principio de la exhalación el medio es la continuación de la exhalación y el fin es cuando se ha completado la exhalación. "Experimentar la totalidad del cuerpo" significa estar alerta al ciclo completo de cada inhalación y exhalación, manteniendo la mente fija en el punto alrededor de las fosas nasales o en el labio superior, en donde se siente la entrada y la salida del aire.
Este trabajo de contemplación de la respiración en el área que circunda las fosas nasales, sin seguir su entrada y salida del cuerpo, se ilustra en los comentarios con los ejemplos del portero y la sierra.
Así como el portero examina a cada persona que entra y sale de la ciudad sólo mientras pasa a través de la puerta, sin seguirlo hacia adentro o hacia afuera de la ciudad, así el meditador debe estar atento a cada respiración sólo mientras pasa a través de las fosas nasales, sin seguirlo al interior o al exterior del cuerpo.
Así como un hombre aserrando un tronco mantendrá su atención fija en el punto en donde los dientes de la sierra cortan a través de la madera, sin seguir el movimiento de los dientes hacia adelante y atrás, así el meditador debe contemplar la respiración como va y viene alrededor de las fosas nasales, sin dejar que su atención se distraiga por el paso interior y exterior de la respiración a través del cuerpo.
Cuando una persona medita seriamente de esta forma, viendo el proceso entero, un gozoso estremecimiento penetra su mente. Y ya que la mente no vaga, todo el cuerpo se calma, sintiéndose fresco y confortable.

(iii) Contacto (phusana) y (iv) Fijación (thapana)
Estos dos aspectos de la práctica indican el desarrollo de una concentración más fuerte. Cuando se mantiene la atención plena en la respiración, la respiración en sí llega a ser más y más sutil y tranquila. Como resultado, el cuerpo se calma y cesa la sensación de fatiga. El dolor corporal y el adormecimiento desaparecen, y el cuerpo comienza a sentir un confort estimulante, como su hubiera sido rociado con una brisa fresca y suave.
En ese momento, debido a la tranquilidad de la mente, la respiración se vuelve cada vez más fina hasta que parece que ha cesado. A veces esta condición se prolonga durante muchos minutos. Esto es cuando la respiración deja de ser "sentida". En este momento es cuando algunas personas se sienten alarmadas pensando que su respiración ha cesado, pero no es así. La respiración existe, pero en una forma muy delicada y sutil. No importa cuán sutil llegue a ser la respiración, uno debe mantenerse atento todavía al contacto (phusana) del aire en el área de las fosas nasales sin perder noción de ello. La mente se libera entonces de los cinco obstáculos -deseo sensual, enojo, somnolencia, agitación y duda. Como resultado uno se siente calmado y gozoso.
Ésta es la etapa en que los "signos" o imágenes mentales aparecen anunciando el triunfo de la concentración. Primero viene el signo del aprendizaje (uggaha-nimitta), luego el signo de la contraparte (patibhàga-nimitta). Para algunos, el signo aparece como una mota de algodón, como una luz eléctrica, una cadena de plata, como neblina o como una rueda. Al Buddha se le apareció como la clara y brillante luz del sol de medio día.
El signo del aprendizaje es inestable, se mueve aquí y allá, arriba y abajo. Pero el signo de la contraparte que aparece en el punto donde terminan las fosas nasales es fijo, quieto, sin movimiento . En este momento no hay obstáculos, la mente es de lo más activa y extremadamente tranquila. Esta etapa es explicada por el Buddha cuando manifiesta que uno inhala tranquilizando la actividad del cuerpo, uno exhala tranquilizando la actividad del cuerpo.
El surgimiento del signo de la contraparte y la supresión de los cinco obstáculos marca el logro del acceso a la concentración (upacàra-samàdhi). Posteriormente, conforme se desarrolla la concentración, el meditador logra la completa absorción (appanà-samàdhi), comenzando con la primera jhàna. Con la práctica del ànàpàna-sati pueden lograrse cuatro etapas de absorción es decir, la primera, segunda, tercera y cuarta jhànas. A estas etapas de concentración profunda se les llama "fijación" (thapana).


(v) Observación (sallakkhana)-(viii) Recapitulación (patipassanà)
Una persona que ha alcanzado una jhàna no deberá detenerse ahí, sino continuar hasta desarrollar la meditación de introspección (vipassanà). A las etapas de introspección se les llama "observación" (sallakhana). Cuando la introspección logra su clímax, el meditador alcanza los senderos supramundanos, comenzando con la etapa de la entrada en la corriente. Debido a que estos senderos alejan los grilletes que lo unen a uno al ciclo de nacimiento y muerte, se les llama "alejamiento" (vivattana).
Los senderos son seguidos por su respectivo estado de fruición; esta etapa es llamada de la "purificación" (parisuddhi) ya que uno ha sido limpiado de sus impurezas. De ahí en adelante uno logra la etapa final, el conocimiento de recapitulación, llamado retrospección (patipassanà) ya que uno ve hacia atrás el propio camino de progresos y logros, en su totalidad. Ésta es una revisión breve de las etapas principales a lo largo del camino al Nibbàna, basado en la meditación de ànàpàna-sati. Ahora examinemos el curso de la práctica en términos de las siete etapas de purificación.


LAS SIETE ETAPAS DE PURIFICACIÓN
La persona que ha asumido la práctica comienza estableciéndose a sí misma en un código moral adecuado. Si es un laico, primero establece los cinco preceptos o los diez preceptos. Si es un bhikkhu, comienza su meditación mientras mantiene escrupulosamente el código moral prescrito para él. La observancia ininterrumpida de su código moral respectivo constituye la purificación de la moralidad (sìla-visuddhi).
Después, él se aplica a su tópico de meditación, y como resultado, los obstáculos llegan a ser subyugados y la mente se fija en la concentración. Esta es la purificación de la mente (citta-visuddhi) - la mente en la que los obstáculos ya han sido superados completamente - e incluye tanto el acceso a la concentración como las cuatro jhànas.
Cuando el meditador está bien establecido en la concentración, el siguiente paso es volver su atención a la meditación de introspección. Para desarrollar la introspección en base del ànàpàna-sati, el meditador considerará primero que este proceso de inhalar y exhalar es únicamente forma, una serie de eventos corporales -no un "yo" o ego. Los factores mentales que contemplan la respiración son, en cambio, sólo mente, una serie de eventos mentales -no un "yo" o ego. Esta discriminación de mente y materia (nàma-rùpa) es llamada la purificación de la visión (ditthi-visuddhi).
Aquel que ha llegado a esta etapa comprende el proceso de inhalación y exhalación por medio de las condiciones de surgimiento y cesación de los fenómenos corporales y mentales involucrados en el proceso de la respiración. Este conocimiento, que llega a extenderse a todos los fenómenos corporales y mentales en términos de su surgimiento dependiente, se llama la comprensión de las condiciones. Conforme madura el entendimiento, se desvanecen todas las dudas concebidas por él, en relación al pasado, futuro y presente. Por lo tanto, esta etapa es llamada "purificación mediante la trascendencia de las dudas."
Después de haber entendido las relaciones causales de mente y materia, el meditador procede a la meditación de introspección, y en su momento surge la sabiduría "viendo el surgir y cesar de las cosas". Cuando el meditador inhala y exhala, ve los estados corporales y mentales surgiendo y cesando de existir momento a momento. Conforme se vuelve más clara esta sabiduría, la mente se ilumina y surgen la felicidad y la tranquilidad, junto con la fe, el esfuerzo, la atención plena, la sabiduría y la ecuanimidad.
Cuando aparecen estos factores, él reflexiona en ellos, observando sus tres características de impermanencia, sufrimiento y ausencia de ego. A la sabiduría que distingue entre los resultados regocijantes de la práctica y la tarea de la contemplación sin apego, se le llama "purificación por el conocimiento y la visión del verdadero sendero y del falso sendero" Su mente, purificada así, ve muy claramente el surgimiento y cesación de la mente y la materia.
Luego ve, con cada inhalación y exhalación, el rompimiento de los fenómenos concomitantes mentales y corporales, los cuales aparecen exactamente como la explosión de las burbujas en una olla con arroz hirviente, o como el rompimiento de las burbujas cuando llueve en un charco de agua, o como el crujir de las semillas de mostaza o ajonjolí cuando se las pone en una sartén al rojo vivo. Esta sabiduría que ve el rompimiento constante e instantáneo de los fenómenos mentales y corporales es llamada "el conocimiento de disolución". A través de esta sabiduría se adquiere la habilidad de ver cómo todos los factores de la mente y el cuerpo en todas partes del mundo surgen y desaparecen.
Luego surge en él la sabiduría que ve todos estos fenómenos como un espectáculo temible. Ve que en ninguna de las esferas de existencia, ni siquiera en los planos celestiales, hay un placer o felicidad genuinos, y comprende el infortunio y el peligro.
Entonces concibe una repugnancia hacia toda la existencia condicionada.
Emerge en él un urgente deseo de liberarse del mundo y un intenso deseo de liberación. Luego, al considerar los medios para liberarse a sí mismo, surge ahí en él un estado de sabiduría que inmediatamente capta la impermanencia, el sufrimiento y la ausencia de ego, y conduce a niveles sutiles y profundos de introspección.
Ahora aparece en él la compresión de que los agregados de la mente y el cuerpo que aparecen en todos los sistemas del mundo están afligidos por el sufrimiento, y se da cuenta de que el estado de Nibbàna, que trasciende el mundo, es enormemente pacífico y confortante. Cuando comprende esta situación, su mente alcanza el conocimiento de la ecuanimidad acerca de las formaciones. Éste es el clímax de la meditación de introspección, llamada "purificación por el conocimiento y visión de progreso."
Conforme se vuelve inmutable, aumenta su destreza en la meditación, y cuando sus facultades están totalmente maduras entra al proceso cognitivo del sendero de la entrada en la corriente (sotàpatti). Con el sendero de la entrada en la corriente, él realiza Nibbàna y comprende directamente las Cuatro Nobles Verdades. El sendero es seguido por dos o tres momentos del fruto de la entrada en la corriente, por los cuales él disfruta de los frutos de su logro. De ahí en adelante surge ahí el conocimiento de recapitulación, por medio del cual él reflexiona en su progreso y su logro.
Si uno continúa la meditación con aspiración seria, desarrollará de un modo nuevo las etapas del conocimiento de introspección y realiza los tres más elevados senderos y sus frutos: del que retorna una vez más, del que no retorna y del Arahat. Estos logros, junto con la entrada en la corriente, forman la séptima etapa de purificación, purificación por el conocimiento y visión. Con cada uno de estos logros se da cuenta plenamente del significado de las Cuatro Nobles Verdades, que hasta entonces había sido inalcanzado a lo largo de la propia permanencia prolongada en el ciclo de renacimientos. Como resultado, todos las impurezas contenidas en la mente son arrancadas y destruidas, y la mente de uno se vuelve completamente pura y limpia. Entonces, uno realiza el estado de Nibbàna, en el que uno es liberado de todo el sufrimiento de nacer, envejecer y morir, del pesar, de la lamentación, del dolor, de la aflicción y desesperación.

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Reproducción de la traducción española con permiso de la Buddhist Publication Society (1997)
Este material puede ser reproducido para uso personal, puede ser distribuido sólo en forma gratuita. ©CMBT 1999. Última revisión lunes, 13 de marzo de 2000. Fondo Dhamma Dana.
Código: FDD 006
Fecha de publicación: 1988
Editor: Buddhist Publication Society, Sri Lanka
Dirección del Editor: P.O. Box 61, 54, Sangharaja Mawatha, Kandy Sri Lanka
Original: Ànàpàna-sati
Derechos Reservados 1988 por Gunawardana Yogashrama Charitable Trust.
Originalmente expresada como un sermón bajo el Árbol Bodhi en Kalutara.
Traducido del cingalés al inglés por el Profesor U.D. Jayasekera.
Traducido del inglés al español por Gloria Ávila Fecha: 1997





ACUPUNTURA PARA EL DOLOR DE CADERA









Dolor o molestias en la región de la cadera es un problema común entre ambos sexos y todas las edades. Hay muchas condiciones que causan dolor en la cadera como la osteoartritis, artritis reumatoidea, tendinitis del iliotibial (IT), las cepas de la banda posterior del muslo / ingle, dislocaciones, fracturas, infecciones, osteonecrosis o tumorales. Es importante consultar a un profesional médico cualificado y obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuado para su condición. Aquí sobre todo tratar la bursitis de cadera trocantérica, una de las causas más comunes de dolor en la cadera.
¿Qué es la bursitis trocantérea en la cadera?
La bursitis significa bursa inflamada. Una bursa es una bolsa pequeña de lleno de líquido amortiguador que evita la fricción entre los huesos y los tendones. Bursas más importantes están situadas alrededor de las grandes articulaciones como los hombros, codos, rodillas y caderas. Hay dos bursas más importantes de la cadera. La bolsa trocantérea, que está situado en el lado exterior de la cadera y la bolsa isquiática, que se encuentra en el área de la nalga inferior (cerca del hueso sentado ). La bursa trocantérea está diseñado para reducir la fricción entre el trocánter mayor y la banda iliotibial. Cuando una bursa se ​​inflama, puede causar inflamación y dolor.
La bursitis trocantérea es a veces vista como una condición entre las personas de mediana edad o ancianos. Sin embargo, debido a la bursitis puede desarrollar ya sea por un traumatismo directo en la zona, la presión prolongada, o por una fricción repetitiva de la banda iliotibial de la bolsa por el uso excesivo a través del deporte y otras actividades, la condición es común entre las personas jóvenes y deportistas.
Signos y síntomas de la bursitis trocantérea
  • La bursitis de cadera causa dolor y rigidez. El dolor puede ser sordo, ardiente o punzante, y puede ser muy grave.
  • La bursitis generalmente causa dolor en la parte externa de la cadera y el muslo.
  • El dolor es a menudo agravado por caminar excesiva, correr o subir escaleras.
  • El dolor a menudo se intensifica por la noche, especialmente cuando uno se encuentra en el lado doloroso.
  • Los médicos a menudo pueden detectar un punto sensible o un área que es doloroso al tacto o la presión en la región del trocánter mayor (una protuberancia ósea en la parte superior de la parte exterior del hueso del muslo). Una maniobra que implica la rotación externa de la cadera a menudo provoca el dolor.
  • Levantarse de una silla o salir de un coche puede ser difícil debido al dolor y rigidez en la cadera.
  • La bursitis de cadera puede causar dolor que se irradia por la pierna hacia la rodilla. Sin embargo, si el dolor se irradia por debajo de la rodilla hacia el pie, otra de las causas u otras lesiones de la cadera debe ser investigado (por ejemplo, una hernia lumbar o ciática ). Otro tipo de bursitis de cadera se conoce como bursitis isquiática puede causar dolor en la nalga sentados alrededor de la parte superior de los huesos y los músculos isquiotibiales. En estos casos el dolor a menudo se agrava después de estar mucho tiempo sentado sobre una superficie dura.
El tratamiento con acupuntura de la bursitis de cadera
El trocánter mayor es el punto de unión de varios poderosos músculos del muslo y la pelvis. El tratamiento con acupuntura está dirigido a reducir la tensión excesiva y espasmos de los músculos que se insertan en el trocánter mayor (el saliente palpable en la parte superior del fémur). Esto puede ayudar a disminuir el estrés excesivo en los tendones ligados a la cadera. En muchos casos, utilizamos un procedimiento de acupuntura dinámico en el que uno mismo periódico y el movimiento articular asistida llamada dynapuncture. Esto es particularmente útil para pacientes que tienen problemas para encontrar una posición cómoda para descansar en largos períodos de tiempo, lo cual es muy común entre los pacientes con bursitis.
La aplicación de hielo a menudo se recomienda para la bursitis. Formación de hielo constriñe los vasos sanguíneos locales y temporalmente disminuye el flujo sanguíneo, lo que puede ser útil para controlar la inflamación local aguda. Además, usamos una terapia de calor tradicional llamada moxibustión. En muchos casos, los músculos alrededor de la articulación de la cadera inflamada y tendones están realmente en un estado de isquemia (flujo pobre de sangre y oxígeno). La aplicación de calor localizado en determinados puntos de acupuntura se utiliza para mejorar el flujo sanguíneo y reducir la tensión muscular. Por lo tanto, con una selección cuidadosa de los puntos de acupuntura , moxibustión terapia de calor pueden ser utilizados eficazmente para la bursitis durante las fases agudas y crónicas.
Aunque los especialistas ortopédicos pueden estar en desacuerdo, creo que un elemento muy importante para el éxito a largo plazo del tratamiento de la bursitis es el manejo del estrés. El posible mecanismo es el mismo que en la relación entre el dolor de espalda y estrés emocional, que se describe con más detalle en el dolor de espalda baja. El tratamiento con acupuntura el Dr. Harvey Rivadeneira Galiano MD, abarca una técnica de manejo del estrés, que incorpora la respiración y los procedimientos sistemáticos de acupuntura .
Además de la acupuntura, los pacientes con bursitis de cadera se recomiendan para obtener un descanso adecuado y modificar las actividades que empeoren el dolor y la inflamación. Una de las consideraciones más importantes es evitar dormir sobre el lado doloroso, particularmente para los pacientes con bursitis. Si el paciente tiene sobrepeso, bajar de peso es un elemento muy importante para la mejora a corto y largo plazo.
Consultas

Harvey Rivadeneira Galiano MD
523 02 2236069 / 097388009
Quito   Ecuador









STRESS TRATAMIENTO ACUPUNTURA










Combatir el estrés con ACUPUNTURA

A menudo se confunde el estrés con la tristeza, la depresión, la irritabilidad, etc. Pero cuando hablamos de estrés, nos referimos a una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa. Nuestro sistema nervioso simpático se pone en marcha cuando nos encontramos frente a una situación peligrosa (o interpretada como tal) y prepara el cuerpo para la huida, aumentando el latido cardiaco, reduciendo por constricción el flujo sanguíneo de los órganos digestivos para derivar la sangre a los músculos esqueléticos, etc.
La ansiedad es una reacción normal al estrés que tiene múltiples manifestaciones. En general ayuda al enfrentamiento, pero cuando se convierte en excesivo e irracional en la vida diaria, pasa a ser un trastorno inhabilitador. Este trastorno puede acabar en ciertos modos de vida, que desencadenan problemas graves de salud.
Todos los trastornos de ansiedad implican un miedo excesivo e irracional, preocupación y, a veces, terror.
¿Qué síntomas se pueden sentir para saber que se padece ansiedad?
• Inquietud sin causa aparente
• Pensamientos negativos u obsesivos
• Angustia
• Miedo
• Insomnio
• Taquicardia
• Sensación de ahogo
• Temblores de las extremidades
• Sudoración espontánea
• Rigidez muscular
• Debilidad muscular
• Fobias
• Crisis de pánico
• Pérdida de control o de conocimiento
La sobrecarga de tensión, cuando se acumula, puede repercutir en el organismo y provocar enfermedades y anomalías patológicas. La Medicina Tradicional China tiene múltiples herramientas como la acupuntura, el masaje Tui Na y los ejercicios de Tai Chi, que cuando son combinadas resultan muy efectivas para tratar la ansiedad y serenar el estado de ánimo.
Recomendaciones:
• Realizar ejercicios físicos con muchos estiramientos musculares.
• Pasear por la naturaleza
• Regular tu reloj interno con ciclos de sueño y de comida regulares (acostarse antes de medianoche)
• Evitar mirar la televisión por la noche y sobre todo la programación violenta y/o con mucha acción.
• Haz ejercicios para la educación de la voluntad.
• Tratamiento clinico con Acupuntura
Además, puedes recibir masajes y auto-masajes en las zonas siguientes:
Cabeza: Frotarse la cara durante 40 segundos, peinarse la cabeza con los 10 dedos desde delante hacia atrás 10 veces, frotar las orejas entre el dedo índice y el dedo pulgar 20 segundos, insistir en los lóbulos de las orejas.
Hombros: Presionar con alternancia con la mano derecha el trapecio izquierdo y con la mano izquierda el trapecio derecho durante 1 minuto cada lado.
Tronco: Frotar de arriba hacia abajo la zona del esternón durante 30 segundos, insistir masajeando el punto más sensible del esternón durante 1 minuto con la yema de los dedos índice y corazón. Frotar las costillas durante 30 segundos. Masajear el abdomen colocando las dos manos una sobre la otra, encima del ombligo y rozar superficialmente en sentido de las agujas del reloj.
Estos ejercicios de auto masaje se pueden repetir todo el día, ayudan a desbloquear la circulación energética lo que facilita la relajación.

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miércoles, 30 de mayo de 2012

Buda Azul / AKSHOBYA










AKSHOBYA

el Buda Azul

 

 

Introducción



Este texto es un capítulo tomado del libro “Meeting the Buddhas” (Conociendo los Budas) escrito por Vessantara, un miembro de la Orden Budista Occidental. El libro presenta las figuras de los Budas “arquetípicos” - es decir - Budas simbólicas sin necesariamente tener una existencia histórica. Vessantara evoca nuestra imaginación para llevarnos a conocer estas figuras. El Buda Akshobya que conocemos en el texto presente es uno de cinco budas que componen el importante “Mándala de los Cinco Budas”.
El libro original es publicado por Windhorse Publications.


Traducido por Sonia Rodríguez Yada (Abayagita), México.


Descargado de www.librosbudistas.com


© Vessantara 1993


© Librosbudistas.com 2003


Akshobya.



No puedes recordar cuanto tiempo llevas viajando, por mucho rato sólo has estado tú, tu balsa y el mar. Es de noche, y navegas guiado por las estrellas. Por momentos, echando una mirada hacia el universo, sientes como si la Tierra fuera tu balsa, conduciendo su curso a través del firmamento hacia algún cielo por mucho tiempo buscado.


Conforme avanza la noche los mares se vuelven menos turbulentos, los vientos son más favorables y puedes dormir. En tus sueños, eres un príncipe en busca de tu reino, una sacerdotisa esperando a un mensajero, hay focos de luz brillante en un escenario vacío. Por un momento eres el foco, tintineando, brillante. Eres el escenario, infinito en posibilidades. Entonces una figura de túnica blanca aparece en el resplandor del escenario. Con un lento gesto abre su capa por su pecho. Hay un universo dentro de su corazón.


Cuando despiertas, la luz del amanecer está iluminando el cielo y puedes ver tierra hacia el este. Te diriges hacia ella a través de un tranquilo y suave mar hasta que eventualmente tu balsa entra a una bahía en calma. Las aguas tranquilas frente a ti reflejan el contorno de un extraordinario edificio. Es un palacio hecho de cristal, con ventanas elevadas, y altas torres incrustadas de zafiros. Está fuertemente construido y cimentado con vajras doradas.


Levantando tus ojos de los reflejos del agua, miras el palacio mismo, sus puertas son dos grandes semicírculos, los cuales se encuentran en una gran luna. Ellas también son de cristal el cuál refleja el agua, tu balsa y a ti.


Mirando hacia adentro, ves las cosas como son, en su desnuda simplicidad. Te ves a ti mismo en ese momento, sin juicios, sin aceptar o rechazar nada - eres sólo un reflejo más en las puertas de la luna.


Después de darte su mensaje, las puertas giran abriéndose. Estás entrando al reino del Buda Akshobya (inmutable e imperturbable). Estás siendo admitido en su Tierra Pura, en donde todo es un recordatorio del Dharma y una motivación en el camino hacia la iluminación.


Akshobya está sentado en el corazón de su reino, en un inmenso trono de loto azul, sostenido por cuatro enormes elefantes. El cuerpo del Buda esta hecho de una luz azul profunda, el color del cielo al anochecer en los trópicos. Tiene pelo oscuro, está vestido con túnicas ricamente decoradas y sentado en una postura de loto completo. Todo su cuerpo irradia luz. Su mano izquierda descansa totalmente relajada sobre sus piernas. Sobre su palma sostiene un Vajra dorado, hacia arriba.


Su mano derecha va hacia abajo, con la palma hacia adentro. La punta de sus dedos azules apenas tocan el cojín blanco en forma de luna en el que está sentado. Hay algo que te habla en su gesto. Es un llegar a casa, golpea el fundamento de la existencia, es la respuesta a todas las preguntas. Toda su figura transmite inalterable confianza. Está tan firme que nunca nada podría alterar su postura.


Sonríe y toda la tierra comprende. La cualidad especial que transmite es sabiduría. Al entender el significado de ese gesto, todos los habitantes de su Tierra Pura se convierten en sabios, y entran una etapa  del camino a la Iluminación del cual no hay retorno.


En su corazón hay una sílaba hecha de una luz azul tenue - hum - símbolo de la integración de lo individual y lo universal. De su corazón hace eco el mantra que personifica su sabiduría. Su sonido llega a todos los rincones de su reino, suave y mesurado como el llamado de un gran tambor: om... vajra...  akshobya...  hum.


El sonido del hum tiene toda la certeza inalterable con la cual un elefante pisa la tierra con su pie sobre. Tiene la misma cualidad inalterable como los dedos del Buda tocando la tierra. Es una estampa, un sello de la Realidad. Tal como una acción en un momento del tiempo, una vez que el momento ha pasado, nunca podrá ser borrado o deshecho.


Viendo y escuchando todo esto, tu mente se vuelve absolutamente tranquila y en calma. Cada momento es una experiencia total, la cual tu sientes completa y profundamente. No carece de nada, está completa como está. Todo es sólo un perfecto reflejo en el espejo de tu mente.


AKSHOBYA Y EL CETRO DEL VAJRA


Ahora que hemos entrado al mándala y hemos llegado frente a frente con Akshobya (Mikyopa en Tibetano), es tiempo de aprender un poco más sobre él. La devoción hacia él apareció temprano en la historia budista y juega un papel central en varios Sutras Mahayana.


En el Sutra Akshobya Vyuha el Buda Shakyamuni describe la historia de Akshobya. Hace años en una tierra llamada Abhirati (regocijo intenso) un Buda llamado Vishalaksha encontró a un monje que quería hacer votos para ganar la iluminación por el bien de todos los seres vivientes. El Buda le advirtió que ésta sería una tarea ardua ya que para lograr su objetivo debería renunciar todos los sentimientos de enojo. En respuesta, el monje tomó una serie de grandes votos; nunca dar paso al enojo o la malicia, o premeditación o mala intención, nunca comprometerse en la más mínima acción inmoral, y muchas otras. Durante eones sostuvo sus votos de manera inalterable (akshobya en Sánscrito) y como resultado llegó a ser un Buda con ese nombre y creó la Tierra Pura o Campo de Buda (Buddhakshetra en Sánscrito).


La Tierra Pura es una palabra que expresa la conciencia iluminada de un Buda. Surge a través de la infinidad de acciones meritorias que ha realizado. Es un mundo en él que existen las condiciones óptimas para progresar rápidamente en el camino a la Iluminación. Muchos seguidores del Mahayana centran su aspiración en renacer en una u otra de las grandes Tierras Puras descritas en los Sutras Mahayana. La Tierra de Akshobya se representa situada al este de nuestro mundo, a una distancia impensable, y como la tierra en la cual él realizó su primer voto, es llamada Abhirati.


La descripción que he dado del reino de Akshobya en la introducción a este capítulo está diseñada para sobresaltar las cualidades con las que se le asocia, en lugar de seguir la descripción tradicional de su Tierra Pura. En el Sutra Akshobya Vyuha, Abhirati se describe como una tierra en la cual los jazmines y palmeras se mecen con el viento creando sonidos celestiales que sobrepasan toda música mundana. Es un mundo en el cuál todos viven en el regocijo del Dharma, abunda la comida y la bebida, no hay enfermedad y sus mujeres son hermosas, y “nunca sufren dolores de menstruación”. Lo más importante de todo, quien quiera que re-nazca ahí logra el estado de no-retorno - ellos alcanzan un estado de desarrollo espiritual en el cual la Budeidad está asegurada.


Tal vez el sutra más conocido en el que aparece Akshobya es “la Perfección de la Sabiduría en 8,000 líneas”. Akshobya es una figura particularmente importante en los Tantras, porque al igual que todos los Budas del mándala, no está solo. Akshobya es la cabeza de una kula  o “familia” de figuras espirituales. En su familia se encuentran muchas de las “deidades patrones superiores” (o Yidams como se llaman en Tibetano) del Tantra Supremo. Encontraremos algunas de estas figuras en el capítulo veintidós. Aparte de la mayoría de estos yidams, otras dos figuras, Vajrapani y Vajrasattva, son tan importantes que tienen capítulos propios (ver capítulos catorce y veinte).


La familia espiritual de Akshobya es llamada la familia Vajra. El vajra (en sánscrito, dorje en Tibetano) es el simbólico diamante o trueno diamantino. En el último capítulo encontraremos una muralla de vajras circundando el mándala. Akshobya tiene un solo Vajra, como cetro diamantino, colocado recto hacia arriba en su palma izquierda. Es un emblema de soberanía que tiene Indra, el rey de los dioses en la tradición Indú. Sin embargo, es mucho más que sólo un signo monacal.


El acertijo estudiantil “¿Qué pasa cuando una fuerza irresistible se encuentra con un objeto inamovible?” tiene una respuesta en el Budismo Tántrico. Simplemente funde los dos juntos para formar un vajra.


El vajra tiene todas las cualidades inmutables de un diamante – tan fuerte que nada puede cortarlo ni hacer una impresión en él. Al mismo tiempo es una fuerza irresistible. Es un pariente oriental del trueno empuñado por Zeus y Atenea en la mitología Griega, y del martillo de Thor, el dios de las tormentas en la mitología Nórdica. Es el trueno que puede destrozar cualquier cosa que se cruce en su camino.


Para el Budismo, es la realidad trascendental la que tiene estas inmutables e irresistibles cualidades. Todo lo mundano es mutable y cambiante. Por lo que el vajra se convierte en el símbolo de la realidad y de la sabiduría intuitiva que la conoce. El vajra se presta a sí mismo para nombrar al Budismo Tántrico - el Vajrayana. Esta es la clase de Budismo que tiene el punto de vista de la Realidad Ultima como punto de partida. En casi todos los rituales tántricos el lama sostiene un Vajra en su mano derecha. Muchas de las ofrendas en los rituales tántricos también tienen un prefijo con la palabra “vajra”. Por lo que uno ofrece “Vajra flores” y etc. Todo esto es un recordatorio para ver todo en términos de su naturaleza vacía.


El vajra estilizado utilizado en los rituales tántricos tiene cuatro partes principales. En su centro hay una forma de huevo, representando la unidad primordial de todas las cosas antes de que “caigan” en el dualismo. Emergiendo a cada lado de la forma de huevo hay flores de loto. Con ellas nace el mundo de los opuestos, incluyendo los opuestos de samsara y nirvana, ignorancia e iluminación. De cada una de las protuberancias sale la cabeza de un animal extraño, un makara. Esta es una especie de cocodrilo, cuya naturaleza anfibia indica el encuentro con las alturas de la conciencia y con las profundidades de lo inconsciente. Entonces cada cabo del vajra se ramifica en una serie de puntas. Normalmente hay cuatro en cada lado, las cuales finalmente se reúnen en el tope del vajra. Corriendo verticalmente a través de todo el vajra hay otro cabo. Por tanto, si uno mira el final del vajra, lo que uno ve es un arreglo en forma de mándala, normalmente con cuatro rayos alrededor de un punto central.


Se entiende que una punta del vajra representa las cualidades negativas que nos encadenan a samsara, la otra las cualidades espirituales que nos liberan. El gran logro del Tantra es que su perspectiva es lo suficientemente amplia para unir a las dos. Por lo que el mismo eje corre a través de las dos mándalas. Para el Tantra incluso fuerzas negativas tales como odio o envidia se ven simplemente como la obra pura de la Realidad. Y más allá de eso, sugiere que hay correlaciones entre las cualidades negativas y las de la Iluminación. Re-dirigidas, las energías que están sujetas a la avaricia, orgullo y otros estados no hábiles pueden ser usadas para alimentar nuestra persecución de la Iluminación.


Para darle la mayor fuerza posible a este punto, el Tantra asoció cada aspecto de lo mundano con una cualidad espiritual. Por ejemplo, viendo la tabla de correlaciones verás que Akshobya está asociado no sólo con sabiduría sino también con el amanecer, el agua, y la forma e incluso con el odio, ritos de destrucción y los infiernos.


El Tantra nunca aprobaría el odio dirigido hacia cualquier ser viviente. No obstante, el odio puede ser redirigido y usado para aumentar nuestro desarrollo. Cuando tenemos una experiencia de esta naturaleza, con frecuencia hay una especie de claridad, de fría precisión en la forma en la cuál vemos los errores en las cosas. Es un estado totalmente carente de sentimentalidad o vaguedad. Sólo tenemos que ver cuál es el verdadero enemigo. Una vez que odiamos el sufrimiento y la ignorancia, y estamos determinados a destruirlos, esa energía nos conduce a la Tierra Pura de Akshobya en lugar de llevarnos a los infiernos de la violencia y la desesperación.


Examinar las diferentes correlaciones con cada uno de los cinco Budas, haría este libro muy largo. He señalado algunas de ellas al describir sus reinos, otras puedes verlas y reflexionar sobre ellas en la tabla de correspondencias. Es suficiente que veamos la idea: que para el Tantra todo es un recordatorio, incluso una expresión de la Realidad. El amanecer, el color azul, incluso un vaso con agua, todos pueden traernos a Akshobya a la mente. Cuando ves todo de esta forma, el mundo ordinario de las apariencias empieza a convertirse en la Tierra Pura.


TOCAR LA TIERRA


Ahora que hemos aprendido un poco sobre Akshobya y el Vajra, es el momento de contestar una pregunta. ¿Cómo apareció Akshobya? ¿Cómo es que surgió la tradición de meditar en él? Todas estas figuras de Budas y Bodhisattvas son contactadas a través de la meditación profunda. Al retraerte del mundo de los sentidos, aspectos más profundos de la mente tienen la oportunidad de llegar a ser conscientes. Todo el mándala es una expresión de la Iluminación a través de símbolos. Más específicamente, la tradición de Akshobya tiene dos posibles fuentes dentro de la experiencia meditativa. Estos son el meditar en el Buda histórico y la meditación en la vacuidad. Veremos cada una de ellas a continuación. Ambas nos conducirán profundamente dentro del pensamiento Budista.


¿Cómo surgió el Buda Akshobya de la meditación sobre el Buda histórico? Como veremos, cada uno de los cinco Budas del mándala personifica cualidades que posee Shakyamuni. Es de esperar ya que la esencia de la Iluminación es la misma en todos los tiempos y lugares, todos los Budas tendrán las mismas cualidades espirituales, aunque tal vez las expresen de formas diferentes. En el caso de Akshobya hay una fuerte conexión entre una de sus cualidades y un incidente particular en la vida de Shakyamuni, conocido como el incidente “Llamar a la Diosa Tierra para que sea Testigo”.


Este no es un incidente histórico literal; aparece en la leyenda Budista. Eso no quiere decir que no sea “verdad”, sino que intenta transmitir otro nivel de verdad, más interior. Este incidente pasó en el momento en que el Buda estaba a punto de alcanzar la Iluminación. Dentro de la mente del futuro Buda un drama de proporciones cósmicas se estaba desarrollando. Es el drama psíquico que la leyenda intenta transmitir.


La leyenda describe a Siddhartha sentado bajo su árbol, luchando para lograr la Iluminación a través de la profunda meditación. Su tremendo esfuerzo pronto llamó la atención de Mara. Mara es la personificación en Budismo de todo lo mundano, todo ya sea dentro o fuera de nosotros mismos, lo cual nos ata a la rueda de la existencia condicionada. Su nombre literalmente quiere decir muerte. Lo que menos quería Mara era que alguien escapara de su reino logrando la Iluminación, por lo que lanzó un gran ataque sobre la figura que meditaba. Mandó ejércitos poderosos contra el Buda, enviándole un diluvio de piedras y armas. Continuó meditando tranquilamente y todas las rocas, lanzas, y flechas, tan pronto tocaban el aura de pacífica concentración formada alrededor de él, sólo se convertían en flores que llovían hacia sus pies. Habiendo fallado para hacerle cambiar por la fuerza, Mara envió a sus hijas para que trataran de seducirlo. Pero el Buda ni siquiera las miró. Simplemente continuó su búsqueda interior hacia la libertad.


Después de que estos crudos ataques habían fallado, Mara intentó con un truco. Se dirigió al Buda y le dijo “Estás sentado en el asiento en el cual todos los Budas pasados han alcanzado la Iluminación. ¿Con qué derecho te sientas tú en ese lugar?” La leyenda dice que todos los Budas logran la Iluminación en el mismo sitio, el vajrasana (el asiento del diamante), el cuál es el primer punto en solidificarse fuera del torbellino en el comienzo de la evolución universal, y será el último punto en disolverse y desaparecer al final. En términos de nuestra discusión actual, es como si Mara hubiera dicho “Te has sentado en el mismo centro del mándala. ¿Quién eres tú para atreverte a sentar ahí?” El vajrasana es, probablemente, una pequeña analogía al Asiento Peligroso en la leyenda de Arturo – sólo alguien de absoluta pureza puede reclamarlo como propio sin caer en desventura.


El Buda contestó “he practicado generosidad, disciplina ética, y otras prácticas espirituales durante eones, por tanto he ganado el derecho de sentarme aquí”. Pero Mara fingió no estar satisfecho. Le dijo al Buda “¿Tú puedes decir eso, pero quién es tu testigo?” Si los esfuerzos de los ejércitos de Mara y sus hijas representan las últimas olas de odio y avaricia obrando consigo mismo en la mente del Buda, entonces este incidente sugiere una última y sutil duda propia. Tal vez el Buda mismo apenas podía creer lo que estaba a punto de alcanzar. ¿Por qué él, de entre todos los hombres y las mujeres?


Su respuesta a Mara fue enfática. El no dijo nada. Silenciosamente, con la punta de los dedos de su mano derecha, simplemente tocó la tierra. En respuesta, del suelo frente a él emergió la Diosa Tierra. Ella dijo: “Yo seré su testigo. Lo he visto purificarse a sí mismo durante eones a través de prácticas espirituales”. Esta fue la respuesta del Buda. Con ella, pudo finalmente liberarse de los esfuerzos de Mara para disuadirlo, y continuó su meditación sin obstáculos, al final logró la suprema y perfecta Iluminación.


Fue probablemente a través de la meditación en este incidente de la vida del Buda histórico que budistas yogins y yoginis hicieron contacto con el Buda Akshobya. Contemplando las cualidades que mostró, viéndolas en su mayor eficacia, llegaron a Akshobya. Hay mucho más que tan sólo el hecho de que Akshobya hace el mismo mudra, el mismo gesto expresando una cualidad de Iluminación que hizo Shakyamuni cuando fue retado por Mara. La interconexión y la interrelación de pensamiento y símbolo dentro del mándala, son muy complejos. Vale la pena examinar este incidente y desenvolver los hilos más, para obtener una idea de lo que está involucrado. Al explorar este ejemplo, lograremos una mayor percepción del significado multidimensional del mándala como un todo.


Hemos visto que el Tantra trata de subsumir o incluir toda la existencia condicionada bajo un aspecto u otro del mándala. Incluyendo en ésta están los diferentes niveles posibles de la conciencia del ser humano. Estos aspectos, niveles o formas diferentes de funcionar de la conciencia son conocidos como las vijnanas. Jnana es una palabra en Sánscrito que significa conocimiento o sabiduría. El prefijo “vi” denota separación. Por tanto, vijnana es una conciencia - una forma de conocimiento - la cual ha caído en la dualidad, que tiene experiencia de sí misma como un sujeto separado de un “mundo objetivo” el cual percibe.


En el sistema Yogachara del pensamiento Budista, normalmente se enumeran ocho vijnanas (como en el último capítulo en donde las vimos asociadas con ocho comentarios del mándala). En el Tantra cada uno de estos era atribuido a uno de los cinco Budas. En este sistema, Akshobya está asociado con la “alaya vijnana relativa”. Esta “alaya relativa” tiene una función muy importante, la cual está relacionada con un problema en la filosofía Budista. Central a todos los aspectos del Budismo está la idea de que acciones tienen consecuencias. Acciones hábiles basadas en estados mentales como amor, sabiduría, o tranquilidad tienen como resultado futuras experiencias placenteras. Acciones no hábiles basadas en avaricia, odio o ignorancia, conducen al sufrimiento. Esta es la ley budista del karma .


Sin embargo los pensadores Budistas se enfrentan con un problema. ¿Cómo es que una causa, tal como una volición hábil basada en generosidad en el presente, puede traernos un efecto placentero en el futuro? ¿Qué es lo que une a las dos a través del tiempo? Explorando la mente en meditación los Yogacharins concluyeron que todas nuestras acciones y estados mentales dejan una huella a un nivel profundo en la mente. Estas huellas son como semillas (en Sánscrito bija) que un día llegan a dar fruto cuando las condiciones son correctas. Así que ninguno de nuestros pensamientos o acciones jamás se pierden; son preservados en un profundo nivel de la conciencia conocido como “alaya relativa”. La palabra alaya, ya hemos visto significa almacén; incluso puede denotar un granero.


Ahora estamos en la postura para ver una conexión más profunda entre el incidente de Shakyamuni llamando a la Diosa Tierra y el Buda Akshobya. Cuando le contestó a Mara tocando la tierra, Shakyamuni está señalando el hecho de que él está listo para lograr la Iluminación porque las semillas de todas las acciones positivas que ha realizado durante eones en el camino espiritual ahora van a fructificar.


Llama como su testigo a la Diosa Tierra, quien surge de las profundidades de su conciencia. La tierra fielmente preserva todas las marcas de todo lo que ha pasado sobre ella. Pasando por sus estratos puedes reconstruir su historia. Cada acción ha tenido su efecto. La tierra es un testigo mudo de las vidas y las luchas de todos los seres humanos. Lleva las cicatrices de su construcción y destrucción. Alberga el polvo cuando el día ha terminado. La Diosa Tierra es un símbolo de la “alaya vijnana”.


Todo esto se vuelve más claro si leemos el propio relato del Buda en el Canon Pali sobre lo que le pasó mientras estaba sentado bajo el árbol bodhi. Primero, dice, entró en concentración meditativa. Esto corresponde a sobreponerse a las fuerzas de Mara. En dhyana, como se le llama a la concentración meditativa, vas más allá de las crudas fuerzas de atracción y repulsión dentro de un estado de profunda calma. Después de esto, como vimos en el primer capítulo, fluyendo en su mente, llegaron recuerdos de vidas previas. Recordó interminables nacimientos con detalles de la forma como había vivido y como había muerto en cada uno de ellos y tomado luego un nuevo renacer en algún otro sitio. Esta descripción psicológica es, seguramente, lo que la leyenda del Buda llamando a la Diosa Tierra para ser testigo, está expresando en el lenguaje más rico del mito.


Ahora podemos ver más claramente cómo el simbolismo de Akshobya está estrechamente conectado con este aspecto histórico en la experiencia de la Iluminación del Buda. Al llegar tan lejos, empiezo a preguntarme sobre el simbolismo de los animales den Akshobya. ¿Es realmente una coincidencia que las “bestias reales” del reino del este sean elefantes, quienes se dice que “nunca olvidan”? Aunque tal vez eso sólo sea un chiste de la naturaleza, lo que sí es cierto es que aún tenemos que dar un paso más para descubrir el significado del mudra Tocando la Tierra.


LA SABIDURÍA COMO UN ESPEJO


Para hacer esto, necesitamos considerar el simbolismo de los elementos en relación con Akshobya. Con esta cualidad inmutable e inamovible, sentado en su trono de elefante, tocando la tierra, entonces podrías asumir con confianza que su elemento es la tierra. No obstante, es el agua. Después de que has estado contemplando el mándala de los cinco Budas por un tiempo, esto no te sorprendería. Como sugerí en el primer capítulo, el mándala posee una unidad orgánica que va más profundo que lo racional. Tratar de que embonen todas las conexiones en un esquema lógico es como tratar de meter a un gran elefante en una caja un poco más pequeña que él. Siempre hay una alguna parte que no entra bien.


Sin embargo, hay una explicación racional para la asociación de Akshobya con el agua. Esto nos conduce a la cualidad más importante de los cinco Budas. Cada uno de ellos personifica una “Sabiduría” (en Sánscrito jnana) - una forma Iluminada de ver. Este es su primer mensaje. Al meditar en ellos, lo que en realidad estamos tratando de hacer es darnos cuenta de la Sabiduría que es su esencia natural.


La Sabiduría especial que encontramos en el este, a través de meditar en Akshobya, es la Sabiduría Como un Espejo. Con esta sabiduría vemos todo tal cual es, imparcialmente, sin estar afectado. Sostén una rosa o una daga sangrienta frente a un espejo. El espejo reflejará ambos tal cual son, no hará juicios entre los dos rojos, queriendo mantener el primero y escapar del segundo. La realidad es sólo nuestra experiencia sin ideas añadidas. La mente refleja todo perfectamente, pero no está manchada por ello. Así como las aguas quietas de una bahía pueden reflejar perfectamente una balsa o un palacio, sin sentir ninguna necesidad de escoger a uno por encima del otro. Es esta capacidad del agua de actuar como un espejo lo que la hace particularmente apropiada para Akshobya.


Vimos, al considerar el vajra, que Akshobya abarca ambos mundos, samsara y nirvana, los cuales, después de todo, son el mismo mundo visto con diferentes grados de claridad. Por tanto él está asociado con la alaya vijnana relativa en estados puros e impuros. Antes de lograr la iluminación uno se aferra a "objetos externos", reaccionando a veces positivamente, y a veces negativamente. Todo el tiempo, por tanto, ponemos semillas frescas dentro de la alaya vijnana relativa. Creamos karma nuevo para hacer que la rueda del nacimiento y la muerte gire hacia el futuro. Hasta lograr la Iluminación la alaya relativa es el nivel mas profundo de la mente, del cual podemos llegar a ser directamente conscientes (incluso eso requiere una gran concentración en meditación). Sin embargo, cuando penetramos en la Realidad misma, contactamos la alaya absoluta, “la conciencia inmaculada”, más allá del espacio y del tiempo. Más allá de condiciones, la cual no conoce el sufrimiento.


El contacto con la Realidad tiene un efecto muy profundo en la mente, y precipita una total reorganización dentro de ella. Hasta ahora, sutil o fuertemente hemos estado bajo la influencia de la conciencia de nuestros sentidos, atrapados en la lucha por sobrevivir en el mundo. Ahora todo cambia, y ocurre lo que en el Yogachara es llamado el  paravitti - el “giro en el asiento más profundo de la conciencia”. De ahora en adelante nuestro centro psíquico de gravedad es la alaya absoluta. El contacto con la alaya absoluta nos cura de la ilusión de que vivimos en un mundo de dualidad, apartados del mundo externo. Con el paravitti percibimos que todo es producto de la “mente única”. (Esto es de acuerdo al punto de vista de la escuela Yogachara, la cual también fue conocida como Chittamata o “sólo mente”).


El darnos cuenta de que la dualidad es un sueño afecta la alaya vijnana relativa. Cambia de ser una vi-jnana (operando desde la ilusión de sujeto-objeto) y se convierte sólo en jnana –una sabiduría no-dual. Específicamente se transforma en la “Sabiduría Como Un Espejo” de Akshobya. Una persona iluminada continúa actuando pero él o ella ya no crea karma. El karma surge de la acción de un sujeto sobre un objeto. Viéndolo crudamente, tú empujas al universo y tarde o temprano el universo te empuja de regreso, pero cuando conceptos como “tú” y “el mundo” han desaparecido, sólo queda una perfecta danza, sin entidades separadas rozándose una con la otra, no hay fricción.


Ninguno de los reflejos en el espejo se adhiere a él, ninguno es repelido por él. El espejo nunca reactúa, no reacciona, siempre se queda imperturbable, inmutable. Alcanzar este nivel de práctica en el cuál no se produce Karma nuevo, serenamente permitiendo al drama de la vida y la muerte jugar su papel por última vez, has entrado a la tierra pura de Akshobya.


MEDITACIÓN EN LA VACIEDAD


Por ultimo, necesitamos ver brevemente otro posible significado al encuentro con Akshobya. Este es a través de la meditación en shunyata. Como hemos visto, este término, central al Budismo Mahayana y al Budismo Vajrayana, significa vacuidad. La esencia natural de todo es shunyata. Cuando leemos algunos viejos libros sobre el Budismo Mahayana en los cuales el término es explicado pobremente, algunas personas tienen la impresión de que esta “vacuidad” es una especie de nada. Dan la idea de que el Budismo es nihilista, y que shunyata es un tipo de agujero negro al centro de su filosofía, extrayendo la vida y el color a todo. Nada podría estar más lejos de la verdad.


Shunyata, esencialmente, es la negación de la idea de que alguna vez podamos capturar nuestra experiencia en palabras y conceptos. Fuertemente pegamos etiquetas a efímeras experiencias. Yo me llamo “Vessantara” a través de lo grueso y lo delgado, a pesar de todas las variaciones en mis estados físicos y emocionales, todas las altas y bajas de mi conciencia. Me acostumbro tanto a ser Vessantara que llego a pretender que representa una realidad fija, la cual se queda permanentemente atrás del flujo de mi experiencia. El Budismo niega la existencia de alguna entidad fija sin cambios, que permanece atrás de la experiencia. Todo es shunyata, exenta de una naturaleza fija. Como vimos en el tercer capítulo, lejos de ser negativo, este aspecto de la realidad hace posible un desarrollo infinito.


La comprensión de shunyata pone todo en la perspectiva adecuada. Vemos que las cosas a las que tememos y de las que deseamos son todas pasajeras e insustanciales, como reflejos en un espejo. Entonces podemos dejarlas ir y venir, sin preocuparnos. La transición al mundo de shunyata llega cuando empezamos a creer en nuestra experiencia directa más que en nuestros conceptos acerca del mundo. Nuestros conceptos están fijos y rígidos. Muy a menudo tratamos de distorsionar o negar nuestra experiencia, para que quepa en la Cama de Procusto de nuestras ideas sobre el mundo. A través de ello nos sujetamos a nosotros mismos, y nos causamos interminables frustraciones.


Por tanto, cuando meditamos en shunyata, podemos llegar a la experiencia con Akshobya. Aunque cada uno de los cinco Jinas (Budas) está asociado con un aspecto de sabiduría, Akshobya es particularmente quien representa la sabiduría en general. Por lo que meditar en shunyata es entrar al mándala por la puerta de cristal del este. Ahí vemos la figura de azul profundo del Buda inmutable, sosteniendo el cetro diamantino de la realidad el cuál hace pedazos todas nuestras ideas y conceptos sobre ella. Al mismo tiempo que la punta de los dedos de su mano derecha tocan la tierra, la tierra de experiencia directa, la cual es la única cosa en la que cualquiera de nosotros puede finalmente apoyarse.




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